Escurial de la Sierra acoge la Fiesta de las Patatas de Herradero con gran afluencia de gente

La jornada de ayer fue la elegida por la mayor parte de los municipios de la provincia de Salamanca para celebrar alguna fiesta o algún evento relacionado con el otoño, debido a que la festividad de Todos los Santos atrajo a numerosas personas que viven en otras provincias a sus localidades de origen que, aprovechando el puente festivo, también se quedaron durante todo el fin de semana. De ahí, que el sábado fuera la mejor jornada para la organización de algún tipo de actividad lúdica o cultural.

Escurial de la Sierra fue uno de esos municipios que, en la jornada de ayer, decidió celebrar la Fiesta de las Patatas de Herradero, que contó con la participación de más de 120 personas.

Una fiesta que tiene lugar todos los años coincidiendo con los días cercanos a la festividad de Todos los Santos, que era cuando se herraban los cerdos antes de echarlos al monte y las familias tenían costumbre de hacer una comida, en la que no faltaban las patatas; comida que es precisamente el acto principal de esta Fiesta de Herradero.

Una celebración que en el día de ayer se inició temprano, para aprovechar los primeros rayos del sol para realizar un paseo hasta la Poza de los Avellanales, con salida a las nueve de la mañana desde la plaza del Ayuntamiento.

A las dos de la tarde tuvo lugar la comida popular en la Plaza a base de patatas con costilla, embutidos, fruta y café. Esta comida fue sufragada en su mayor parte por los participantes, ya que cada comensal tenía que adquirir previamente un tique por valor de tres euros.

El fin de fiesta lo ponía, según indicaba el cartel de esta celebración, una calbochada y el tradicional serano, que tendría lugar en el Centro Cultural, pero este año «en lugar de celebrar el magosto, como no teníamos castañas, lo que hemos hecho han sido palomitas, porque había muchos niños en este encuentro», explica Toñi Sánchez, concejala de Escurial de la Sierra, además de muchos jóvenes, mientras que las personas mayores asistentes a esta tarde lúdica estuvieron contando historias de sus años jóvenes y también aquellas leyendas que se contaban cuando ellas eran pequeños.

«Hemos pasado un rato muy agradable», explicaba Sánchez, que añadía que hubo muy buena participación y fueron muchos los que decidieron compartir la tarde con sus convecinos en el Centro Cultural, aunque, como siempre, el acto estrella de la jornada fue la comida, que este año estuvo acompañada por buenas temperaturas.