La Diputación de Salamanca reconoce con su Medalla de Oro la trayectoria de los médicos fallecidos por la covid

El acto, pospuesto un año por la pandemia, comenzó con la lectura de los acuerdos adoptados en la sesión plenaria de la Salina el pasado 31 de agosto de 2020 cuando se decidió por unanimidad de los grupos la concesión de las medallas. El citado documento repasaba la trayectoria de Fernando Mateos, desarrollada desde 1981 en la provincia salmantina, especialmente en Agallas y Martiago, quien pasó sus diez últimos años en Linares de Riofrío. «Era un doctor comprometido con sus pacientes, más allá del ámbito profesional. No tenía horarios, daba su teléfono personal y abría las puertas de su casa a los vecinos. Más que un médico, era un amigo», rezaba el acuerdo.

En la declaración institucional firmada por todos los grupos provinciales se destacaba asimismo la figura de Isabel Muñoz, quien se licenció en la Universidad de Salamanca e hizo un máster en Gerontología. Desarrolló su carrera profesional en varios municipios de la provincia charra y también en diversos centros de salud de la capital. Los últimos cinco años ejerció en La Fuente de San Esteban. «Recta e intachable, amaba su trabajo. De pequeña, jugaba a los médicos porque ya entonces quería dedicarse a ayudar a los demás. Siempre fue un apoyo para sus pacientes, especialmente los más mayores, y ha dejado una imborrable huella en la provincia«, citaba el acuerdo.

Recuerdo para siempre

El presidente de la Diputación de Salamanca, Javier Iglesias, fue el encargado de entregar las medallas a los familiares de los médicos fallecidos y durante su discurso, destacó la importancia de «haber dejado unido para siempre el recuerdo de los médicos, Isabel y Fernando a la institución provincial«. Por otro lado, agradeció a los alcaldes y concejales presentes en el auditorio su «relevante papel» durante la pandemia, «protegiendo a los vecinos frente a un virus, en aquel momento, desconocido».

Sobre los médicos tristemente fallecidos al contraer el virus al inicio de la propagación, Iglesias destacó que «lucharon desde la primera línea y pagaron el precio más alto, su propia vida». «Ha sido difícil contener las lágrimas al recordares, y por momentos no lo hemos conseguido. Queremos realizar nuestro más sincero homenaje por su valentía y su contribución a la lucha contra el virus. Ambos ofrecieron la medicina más cercana que se puede ofrecer, la del ámbito rural. Eran simplemente Isabel y Fernando», manifestó el mandatario de La Salina.

Sobre su cercanía, Iglesias incidió en que «no tenían ni que mirar los expedientes para saber quienes eran sus pacientes», destacando su «vocación, valores y pasión», ya que «en los consultorios locales la palabra médico se queda pequeña para definir su labor». En este punto, el presidente se dirigió a los familiares para darles las gracias. «Deseo fervientemente que sintáis la compañía y la gratitud de las decenas de miles de salmantinos que hoy representamos a través de la institución provincial. Vuestros familiares son los mejores ejemplos de esta lucha y no vamos a olvidarlos. Sirva la Medalla de Oro para reconocer el afecto, la cercanía y el agradecimiento de toda la provincia», remarcó.

Finalmente, el presidente de la Diputación se dirigió a los alcaldes y concejales de la provincia presentes en el Palacio de Congresos para destacar su labor durante la gestión de la pandemia. «Habéis marcado la diferencia salvando vidas. Gracias por todo ese esfuerzo. Somos conscientes de que no ha sido fácil», valoró. Además, sobre su labor de Gobierno, recordó que la Salina ha impulsado medidas concretas y ha alcanzado «consensos fundamentales». «Deseo destacar la dedicación y trabajo constante de los diputados del equipo del Gobierno y agradecer la participación constructiva de la oposición. No nos hemos conformado con nuestras competencias sino que hemos apostado por políticas de futuro para generar oportunidades en el mundo rural. Somos un administración segura, cerca y útil», concluyó.

Otros discursos

Durante el acto se proyectaron distintos vídeos para contextualizar la trayectoria de los médicos homenajeados. Tras la entrega de la Medalla de Oro por parte de Javier Iglesias, los familiares tomaron la palabra para agradecer el gesto. El primero en hacerlo fue Baldomero González, viudo de Isabel Muñoz, quien devolvió al auditorio su sonora ovación con gesto de cariño llevando su mano al pecho. «Es un honor y un orgullo recibir esta distinción de la provincia donde Isabel realizó su trabajo y dio su vida», resumió, visiblemente afectado por la emoción.

Pilar, la hija de Fernando Mateos, recibió la medalla en nombre de su padre y recordó que, tanto él como Isabel, «se enfrentaron a una enfermedad totalmente desconocida, cargados solo con su vocación de servicio a los demás». Para Pilar Mateos, «perder la vida mientras se ayuda a los demás es el acto de generosidad más grande que puede acometer una persona». Sobre su padre, aseguró que «su bondad es un testimonio esencial de la grandeza del ser humano, y también de la vida en sociedad». Finalizó reconociendo que el coronavirus ha dejado un gran hueco en la familia que «no se puede llenar», pero recordó que «nadie muere mientras siga en nuestros corazones».