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SALAMANCA
Jueves, 9 de julio 2020, 12:14
Salamanca suma un nuevo elemento a la Lista Roja del Patrimonio de la Asociación Hispania Nostra. Esta asociación cataloga aquellos bienes «que se encuentren sometidos a riesgo de desaparición, destrucción o alteración esencial de sus valores», según recoge en su web. Aparecen desde restos de ... conventos a fábricas clausuradas, molinos medievales dejados de la mano de dios o casas señoriales abandonadas a su suerte.
La última incorporación son los restos del castillo de Carpio-Bernardo, en el término municipal de Villagonzalo de Tormes, a una veintena de kilómetros de Salamanca. Lo más grave de este caso no es sólo el abandono de los restos a la intemperie, sino que, según Hispania Nostra, se están usando como pistas de motocross y 'quads'.
La agrupación cultural explica, sobre el estado de conservación del inmueble, que «el castillo se encuentra en estado de ruina. Los muros de la fortificación, de mampostería trabada con cal, presentan múltiples grietas y desprendimientos de sillarejos a causa del desnivel del elevado terreno sobre el que se encuentra. Los continuos usos como pista de motocross y de 'quads', aprovechando el montículo de los restos como pista y plataforma de saltos, han provocado desprendimientos de sillarejo, así como la excavación de surcos o canales por las zonas por donde transitan los vehículos». «Además», concluyen, «en los materiales se puede apreciar la fuerte erosión eólica y pluvial».
El castillo entró ayer en la Lista Roja por el «grave deterioro por abandono» y por la «circulación de vehículos en sus ruinas». El castillo es de propiedad privada y, aunque está catalogado como Bien de Interés Cultural y eso debería proporcionarle cierta protección, parece que ha sido totalmente olvidado por sus propietarios.
Hispania Nostra aporta más datos para conocer la relevancia histórica de la fortaleza.
El Castillo de Carpio-Bernardo, detalla, «es una fortaleza de planta rectangular, flanqueada por torres en sus ángulos, que cuenta con fuertes muros de gruesa mampostería concertada con cal. La fortaleza dispone de un foso alrededor de la misma, apreciable en el terreno. También dispone de un aljibe, a día de hoy aun al aire libre, que se encuentra recubierto con pintura a la almagra y presenta abundantes grafitos medievales en su interior».
Su historia se remonta a la reconquista. La asociación explica que «los romanceros y las tradiciones orales hacen remontar la fundación del Castillo de Carpio-Bernardo al siglo IX, durante el periodo de la reconquista. Se atribuye la decisión de la construcción de la fortaleza, o su uso como morada, al célebre héroe leonés Bernardo del Carpio». En aquellos años Salamanca era prácticamente un terreno de frontera entre los territorios cristianos y los musulmanes y era común construir fortalezas para protegerse de los avances desde el sur.
Sin embargo «las primeras informaciones documentales sobre el castillo se remontan al siglo XII-XIII; este fue probablemente construido sobre las estructuras del castillo anterior. Se conoce que esta fortaleza jugó un papel relevante durante las guerras entre León y Castilla, debido a su estratégica posición en la línea fronteriza entre ambos reinos» cristianos.
«Tras el fin del conflicto y la unión de los reinos, el Castillo de Carpio-Bernardo, que había estado tanto en manos de leoneses como de castellanos, dejó de ser objeto de disputa». Así, a finales del siglo XV, «Enrique IV donó la villa -con la fortaleza- a García Álvarez de Toledo, último conde y primer duque de Alba de Tormes. Aún así, en 1505 los Reyes Católicos mandaron derruir el castillo con la idea de frenar el poder de los dominios nobiliarios, en una época en la que el poder de los monarcas iba disminuyendo». El castillo no ha sido víctima de ninguna guerra. Fue derribado por orden de los Reyes Católicos y el tiempo y el abandono le han dado la puntilla.
El alcázar de Carpio-Bernardo es el 27º representante salmantino en la Lista Roja del Patrimonio y el tercero que se incluye en lo que va de 2020, después de la iglesia de Riolobos (19 de febrero) y la iglesia de Espino de los Doctores (11 de marzo). El compendio de bienes arquitectónicos locales en riesgo de desaparecer incluye edificios como el colegio de Pan y Carbón, el de Carvajal, el antiguo hospital de Guadramiro o la capilla de la Misericordia. Hay patrimonio civil, religioso y militar, tanto de propiedad privada como pública.
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