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RICARDO RÁBADE / WORD
SALAMANCA
Viernes, 3 de abril 2020, 18:08
Pedro Baños (León, 1960) es coronel de Ejército y uno los mejores especialistas españoles en Geopolítica y Geoestrategia. Ha realizado numerosos cursos, tanto civiles como ... militares, en España, Alemania, Francia, Estados Unidos, Bélgica, Turquía, Reino Unido, Israel y China. Ha sido conferenciante habitual en universidades y fundaciones, tanto en España como en el extranjero, sobre estrategia, geopolítica, inteligencia, terrorismo, relaciones internacionales, defensa y seguridad. Su profundo conocimiento del terrorismo yihadista quedó patente en marzo de 2017 en la conferencia que pronunció en la Facultad de Geografía e Historia de la Universidad de Salamanca. Además, es autor de los libros 'Así se domina el mundo. Desvelando las claves del poder mundial' y 'El dominio mundial. Elementos del poder y claves geopolíticas'.
–¿Comparte usted la teoría de que el auténtico trasfondo de la crisis del Covid-19 es el duelo que mantienen Estados Unidos y China por la supremacía mundial?
–En realidad este duelo entre Estados Unidos y China ya estaba servido y se está acelerando con este proceso, donde no solo existe una crisis sanitaria, sino también una lucha económica, además de una lucha mediática y propagandística, que parte de unas estrategias de descalificación en los medios de comunicación, tanto en los tradicionales como a través de Internet y en el ámbito cibernético. China va a intentar durante esta crisis superar definitivamente a Estados Unidos, pero Estados Unidos va a tratar que eso no ocurra por todos los medios. Desde luego nos quedan muchos episodios por ver y por padecer en esta lucha entre Estados Unidos y China, en la que los demás nos convertimos en agentes sufridores y pacientes. Pero también existen otras potencias que no se pueden desdeñar, como es la India, que quiere ser un competidor de China; Rusia, que trata de obtener ventajas de esta situación y una Unión Europea que no parece que esté encontrando su sitio.
–¿Cree que el virus fue fabricado y obedece a una mutación artificial realizada en un laboratorio?
–Esas teorías encajan con lo que parte de la diplomacia y de las autoridades chinas están diciendo, que están acusando a Estados Unidos de provocar todo esto. Por su parte, Estados Unidos se está dedicando a atacar a China dando una imagen de que se trata de un país subdesarrollado, que ha demostrado que no ha sido capaz de mantener las mínimas normas de higiene y Donald Trump esá hablando del virus chino. Debemos ser muy prudentes a la hora de absorber toda esta información, ya que sigue sin estar claro a día de hoy cuál ha sido el origen de este virus... Algunos aseguran que obedeció a causas naturales, pero hasta el momento nadie ha podido demostrar una causa que sea aceptada por toda la comunidad internacional.
–¿Seguirá esta desinformación?
–Desde luego nos queda mucho por conocer y nos vamos a seguir encontrando con más desinformación. Estamos viviendo una guerra híbrida entre Estados Unidos y China en la que se lucha no por medios militares, sino a través de las mentes de las personas. Y se está luchando también con instrumentos económicos.
–En determinados círculos se plantea la tesis de que esta crisis ha sido provocada por los promotores del denominado Nuevo Orden Mundial. Estoy pensando en las sagas familiares de los Rockefeller y los Rothschild, George Soros, el Club Bilderberg... ¿Qué opina?
–Yo no voy a entrar en esas teorías conspirativas, pero desde luego la crisis del coronavirus dará paso a un nuevo orden internacional. Esta pandemia constituye un acontecimiento histórico que será recordado y estudiado en los libros de historia. Pero también sabemos que en las grandes crisis hay grandes inversores y familias oportunistas que tratan de beneficiarse de esas situaciones caóticas para hacerse con el control. Esto pasó en la Revolución Rusa, de la que se aprovecharon inversores extranjeros. Estamos hablando de buitres financieros, que están a la espera de que caigan los mercados multinacionales e incluso los países.
–Estos días hemos visto a altos mandos militares rusos enviados a Italia por el presidente Vladimir Putin con el fin de trabajar codo a codo con mandos militares italianos para combatir la propagación del coronavirus. Esta imagen habría sido imaginable hace solo dos meses.
–¡Hace solo dos meses!... ni hace dos semanas se habría pensado que esto pudiera ocurrir. Lo que ocurre es que a Rusia se la estaba descalificando constantemente y se la estaba presentando como el enemigo de Europa, cuando eso no es así. Italia se ha sentido abandonada en esta crisis por sus aliados naturales de la OTAN y de la Unión Europea y por eso está buscando la ayuda de Rusia y de China. Este hecho ha sentado muy mal en las altas esferas, pero insisto en que debemos ser muy prudentes a la hora de absorber toda la información que se está produciendo, ya que nos está llegando muchísima desinformación.
–¿Considera que España debería encaminarse por la senda iniciada por Italia y dirigir su mirada hacia Rusia y no a la OTAN?
–Llama especialmente la atención que la única ayuda que nos ha llegado de la OTAN en esta crisis venga de Turquía, con todo el papel contradictorio de Turquía dentro de la OTAN. Habrá que replantearse, en situaciones tan graves como éstas, quienes son nuestros amigos y quienes no, porque tener amigos en tiempos de bonanza es muy fácil, pero no cuando hay situaciones de crisis. Además, a la hora de dar cifras sobre el número de contagiados y de muertos, cada país de la Unión Europea está interpretando estas cifras de forma diferente. No digo que estén falsificando los datos, pero los aportan según sus intereses, para beneficiar no solo a su país, sino también a su Gobierno y eso obedece a decisiones que no son de Estado, sino puramente ideológicas.
–¿Se pudo haber previsto la pandemia con tiempo suficiente y haber reaccionado mucho antes?
–Participé en el programa 'Cuarto milenio' de Iker Jiménez que se emitió el pasado 1 de marzo y entonces ya hablamos de todo esto. No había que ser ningún lince ni ningún científico para comprender lo que iba a pasar. Basta recordar que entonces estaban operativos todos los vuelos directos de Italia a España. Por ejemplo, estaba funcionando el vuelo Zaragoza-Bérgamo!!!... Se estaba jugando con fuego manteniéndose los vuelos directos de Italia a España. Es decir, lo que estaba pasando esos días en Italia ya lo teníamos en España. Y ahora viene la situación de los países del Magreb. Por eso, hay que adoptar medidas para frenar el virus, aunque sean duras y resulten impopulares. Por eso a mí no me gustaría estar ahora en el pellejo de ningún Gobierno, porque siempre va a suceder que si se adoptan medidas impopulares, como el confinamiento y la paralización de la economía, habrá críticas, pero si no se hicieran también habrá críticas. Desde luego, hay que adoptar medidas de Estado, pero respetando siempre los valores y los principios democráticos, porque si no lo hiciéramos así, podríamos caer en el absolutismo.
–¿Cuándo atisba que veremos la luz al final del túnel?
–Yo no soy científico, pero se está hablando muchísimo de cuándo vamos a llegar a ese famoso pico de la curva. Nos dicen que estamos llegando, pero nos acabamos de encontrar con lo que ha pasado hace poco en Italia, donde de repente ha vuelto a repuntar el número de contagiados. Yo creo que aún estamos lejos, aunque insisto en que yo no soy un científico. El problema es que no solo nos enfrentamos a una pandemia sanitaria, sino también a una pandemia económica. Si no afrontamos todo esto, miles de personas se convertirán en pobres, no podrán comprar los alimentos que necesitan y eso afectará a la salud de todas estas personas. Por eso hay que pensar en buscar políticas de Estado.
–En el caso concreto de España, ¿cuándo saldremos de este agujero en el que nos encontramos inmersos?
–Yo tengo una gran confianza en el pueblo español y seremos capaces de salir adelante, como lo hemos hecho en otros momentos difíciles de nuestra historia, pero nos llevará mucho tiempo y va a resultar muy doloroso. Acabamos de conocer los datos del paro del mes de marzo y las cifras son demoledoras. Nos vamos a encontrar con muchas personas que agotarán los recursos y los ahorros que tenían y todo eso va a ser irrecuperable. Nos enfrentamos a una crisis de proporciones que no se conocían hasta ahora y se ha producido en un frenazo absoluto en nuestra economía, no como pasó en la crisis del 2008, que es suave si la comparamos con ésta. Soy pesimista a corto plazo, pero sí soy optimista a medio plazo.
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