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rosa M. García / word
SALAMANCA
Miércoles, 27 de enero 2021, 11:56
El Teléfono de la Esperanza de Salamanca atendió en 2020 un total de 2.504 llamadas, lo que supone un incremento del 62,5 por ciento respecto al año anterior, en el que se alcanzaron 1.567. «Son casi mil más con aumento generalizado del ... tipo de llamadas», señala Carmen Igea, presidenta de esta ONG en Salamanca.
Los factores asociados a la pandemia explican este incremento. «Muchas llamadas ha sido como consecuencia de la covid. Ha habido épocas, como cuando el confinamiento, que las personas por las circunstancias estaban solas y no se encontraban bien, por la soledad, sobre todo, y ha habido muchas llamadas con miedos, angustia de no saber el porvenir», explica Igea. «El no saber qué va a pasar, cómo van a resolver las situaciones, por miedo a la enfermedad, por el miedo al paro», además «en esa época también hubo situaciones de violencias; se han roto muchas seguridades afectivas y psicológicas».
«Todo ha influido para que tuviéramos más llamadas, sobre todo de esas personas que a lo mejor habitualmente, aún estando solas, tiene la posibilidad de contactar con otras personas, pero en estos momentos de casi confinamiento lo tienen más difícil, aparte de los miedos. Muchas llamadas han sido por esa circunstancia» y «también por depresiones, algunos por enfermedades crónicas y las personas que tenían algunas deficiencias, patologías o trastornos, esa situación ha aumentado y también hemos tenido llamadas en ese sentido»
En las pasadas navidades, expone, «aumentaron las llamadas por situaciones de tristeza, personas que pensaban contar con la familia y, ante la situación de la pandemia, no han podido; ha causado mucho dolor, a veces rabia, angustia y soledad sobre todo».
Un total de 29 voluntarios atienden las llamadas al Teléfono de la Esperanza en Salamanca «con un gran esfuerzo». Están «como teletrabajando», ya que en la sede «solo puede estar como mucho una persona», comenta Carmen Igea, que explica que la ONG puso en marcha una aplicación «para que se pueda coger el teléfono desde diferentes sitios» y el servicio «pueda seguir funcionando las 24 horas de todos los días del año».
Además de estos voluntarios, hay otros que «están dedicados a la formación», que, debido a la pandemia, es online, pero no se deber «perder la esencia del Teléfono que también es ofertar esa serie de cursos de desarrollo personal para ayudar y hacer crecer a la persona».
Por otro lado, el equipo de profesionales que «atiende de manera gratuita y anónima, psicólogos, educador y abogados, también ha estado trabajando con un programa que se puso en marcha para acceder a través del correo y el profesional se ponía en contacto con la persona que lo necesitaba». El programa continúa y también se está realizando ya «de manera presencial».
«Nosotros continuamos y estamos siempre sobre todo escucha, las 24 horas al día los siete días de la semana y también con la atención personalizada» y «esperamos que la situación mejore para poder empezar con cursos, convivencias y las actividades de todos los daños», comenta Igea, que recuerda que para hacer cursos online o participar en alguna actividad se puede llamar al teléfono 923 34 94 46 y para hablar sobre un problema o o con un profesional , al 923 22 11 11.
En cuanto al perfil de las llamadas, señala Igea, «ha cambiado por la situación de paro, de angustia por el futuro», pero «por lo general, el tipo de llamadas han sido más o menos las que tenemos habitualmente», aunque «sí con ese aumento de personas que no sabían qué sentido iba a tomar su vida, personas en ERTE y con la angustia de cómo sacar a flote a su familia o cómo hacer frente a todos los gastos».
Todas estas situaciones «han estado presentes, pero las llamadas han sido más o menos como las habituales, por problemas con la pareja, problemas de trabajo, soledad e incomunicación», etc. Además, añade, la covid ha aumentado el número de llamadas por «la situación de pérdidas de las personas, por ese estrés, ansiedad y angustia de no poder estar con ellas, ese dolor profundo, esos duelos tan terribles que han tenido que pasar muchas personas por un fallecimiento sin poderse despedir de la persona que quieren».
Y es que «el problema del virus ha expuesto a todo el mundo a unas vivencias muy complicadas y también a dificultades económicas importantes, y como consecuencia de ello, dificultades emocionales, y todo eso arrastra miedo, ansiedad, depresión, trastornos del estrés. La pandemia nos ha traído situaciones más complicadas, como daños colaterales ,acrecentando a lo mejor una situación que ya no era muy buena», afirma Carmen Igea.
En cuanto a las llamadas de temática suicida, a nivel nacional fueron 4.935, un 55% más que el año anterior; en 205 de ellas (38% más) el llamante declaró que el acto suicida estaba en curso, el resto fueron «con crisis existenciales, como mi vida no merece la pena, voy a tener que tomar una decisión», comenta.
Y el nuevo año ha comenzado «poco más o menos», con muchas llamadas, porque «el futuro todavía es muy desconocido para todo el mundo», aunque «es verdad que las vacunas como que animan un poco, pero todavía hay incertidumbre de qué va pasar».
En toda España, el Teléfono de la Esperanza atendió durante el año pasado 160.646 llamadas - 38 % más que el año anterior-, el 65 % realizadas por mujeres y el 35% hombres. El 70% de esas llamadas fueron por problemas psicológicos y psiquiátricos, el 24% por problemas relacionales o familiares, el cuatro por ciento por problemas asistenciales y el 2% jurídicos.
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