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Román Hernández y Carlos Tapia durante la presentación del programa 'VoluntaTormes 2020'. M. LAYA
La covid también condiciona el desarrollo del programa ambiental 'VoluntaTormes' de Salamanca

La covid también condiciona el desarrollo del programa ambiental 'VoluntaTormes' de Salamanca

La iniciativa reduce el número de voluntarios, cambia fechas y se ve afectada la interrelación de los jóvenes con los vecinos de los pueblos

ROSA M. GARCÍA / WORD

SALAMANCA

Viernes, 18 de septiembre 2020, 11:37

'VoluntaTormes', el programa de voluntariado ambiental que desarrollan la Diputación de Salamanca y la Fundación Tormes EB, también se ha visto afectado por la pandemia de la covid-19. Menos voluntarios, cambios en las fechas y menor interrelación de los jóvenes con los vecinos de los municipios donde trabajan en la recuperación de elementos etnográficos son las consecuencias.

«Desde la Diputación tenemos un especial interés en recuperar todos estos elementos y esa vinculación de lo rural y lo urbano. Esa interrelación y ese entender de la gente joven por la gente del medio rural es importante para nosotros», afirmó el diputado de Medio Ambiente, Román Hernández, durante la presentación de un programa que cumple su octava edición y que cuenta con un presupuesto de 18.000 euros.

Sin embargo, esa interrelación se ha visto condicionada este año por la pandemia, tal y como apuntó el director técnico de la Fundación Tormes EB, Carlos Tapia. «Desde algunos municipios que contactamos previamente para ir a ver qué podíamos hacer, no han querido que acudiéramos y en otros nos pidieron que no mantuviéramos relación con ningún vecino», afirmó, y añadió que «con esa dificultad se han cortado un poco las relaciones, el compartir con las gente de los pueblos, la convivencia y la colaboración en los trabajos que se puedan realizar».

Pero no es el único aspecto del programa que se ha visto afectado por la situación de pandemia. Así, explicó Tapia, «normalmente el programa se desarrolla en los meses de octubre, noviembre y diciembre a lo largo de seis fines de semana; este año ha habido que concentrarlo» y se ha actuado «en la primera semana y en la última de agosto», como «si se hubieran cumplido cuatro fines de semana». Aún quedan dos fines de semana del programa, que en principio se desarrollarán a lo largo de octubre, dependiendo de la evolución de la pandemia.

Además, «para reducir el riesgo de contagio, se ha reducido el número de participantes». Lo habitual es que participen hasta 25 voluntarios, pero «en este caso lo hemos limitado a 15», señaló Tapia. La situación actual, con las medidas de seguridad, como la distancia o las mascarillas, «también ha limitado y marcado un poco las actuaciones, sobre todo en lo que se refiere a las relaciones sociales entre los participantes», porque «lo bonito también está en colaborar, en participar y ayudarse unos a otros y eso se ha tenido que limitar muchísimo; solo en alguna ocasión puntual han estado trabajando dos o tres personas». A todo eso se une «el calor; trabajar en el campo en agosto, con mascarilla... se ha notado en el rendimiento».

Trabajo en cinco municipios

Pero todos estos condicionantes no han impedido que se haya actuado en los municipios «donde se nos ha permitido ir». Se trata de Golpejas, Ledesma, Almenara de Tormes, Juzbado y San Pedro del Valle, explicó Tapia. Entre las acciones principales que se han llevado a cabo, según explicó, se encuentran las plantaciones de especies de la ribera, las plantaciones de encina, la recuperación de patrimonio etnográfico como fuentes o lavaderos, así como las señalizaciones y el mantenimiento de rutas del entorno, aunque este año solo se ha realizado en una.

Otra de las acciones que se lleva desarrollando desde hace años, es «el control y muestreo de especies exóticas invasoras, sobre todo se está trabajando con la almeja asiática en la parte del río de Almenara». Aunque «erradicarla va a ser materialmente imposible, pero se ve si aumenta o disminuye y, en este caso, estamos comprobando que en los últimos dos o tres años, por lo menos en la zona donde nosotros trabajamos más, sí se ha reducido». A todas estas acciones, añadió, se une la formación en aspectos ambientales.

Diputación y Fundación Tormes EB colaboran desde hace 15 años, pero en 2012 reconvirtieron el convenio en un programa de voluntariado.

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