Luis González echa la vista atrás en esta entrevista para rememorar los durísimos momentos que se vivieron en el ComplejoAsistencial Universitario por la agresiva propagación de la temible y mortífera covid-19 y, al mismo tiempo, se muestra optimista ante la capacidad de respuesta del nuevo hospital en el caso de se produjera un rebrote de la pandemia durante el próximo otoño.
–Los hospitales han estado al borde del colapso. En Salamanca se usaron incluso recursos de la sanidad privada y de la Universidad (Santísima Trinidad y Fonseca). ¿Llegó a temer por no ser capaz de atender a todos los pacientes de covid y que la situación se descontrolase?
–La preocupación de que eso sucediera estuvo en todo momento presente, especialmente en las unidades de críticos, como estaba pasando en Madrid. Pero la verdad es que, gracias la planificación realizada por el Comité de Crisis y al trabajo en equipo de profesionales de todas las especialidades y categorías, se desarrollaron en las áreas estratégicas (críticos, urgencias y hospitalización de Medicina Interna) las actuaciones necesarias con tiempo suficiente para que eso no llegara a suceder. Para dar asistencia a los pacientes críticos, se crearon UCIs extendidas con el objetivo de dotar al hospital de 94 camas; al final, en los momentos de mayor presión, el número máximo de pacientes fue de 57, entre el 2 y el 4 de abril. Se ocuparon la UCI del Hospital Clínico, la UCI cardíaca, la UCI coronaria, la Reanimación, la UCI pediátrica y parte de la UCI extendida creada en la Unidad de Endoscopias. En cuanto al área hospitalización, se llegó en las mismas fechas a 519 pacientes con ocupación de 18 plantas (12 en el Hospital Clínico y 6 en Los Montalvos). Pero se logró un objetivo prioritario que era no ocupar, con pacientes covid-19, el Hospital Virgen de la Vega; para ello fue clave la expansión hacia el Hospital de Los Montalvos y el traslado de pacientes oncológicos a la Fundación Hospital General Santísima Trinidad, así como el recurso socio-sanitario del Colegio Arzobispo Fonseca.
–¿Cuántos miembros del personal sanitario del Complejo Asistencial se contagiaron por la covid-19 (médicos, enfermeros, auxiliares, celadores) y cuántos del personal no sanitario (administrativos, personal de cocina o limpieza?... ¿Falleció algún trabajador del Complejo Asistencial por esta causa?
–El personal sanitario estuvo permanentemente controlado por el Servicio de Prevención de Riesgos Laborales tanto en la formación impartida con respecto a la pandemia covid como al tipo y manejo de los EPIs que se tenían que utilizar en cada actividad asistencial. También llevó a cabo el seguimiento de los profesionales PCR positivo, así como de todos sus contactos, siguiendo de forma estricta los criterios marcados por el Ministerio de sanidad y el SACYL. Posteriormente, en cuanto recibimos los reactivos necesarios, se llevó a cabo un estudio de seroprevalencia a todos los profesionales pertenecientes al complejo hospitalario, que ha finalizado a principios del mes de junio. Actualmente estamos esperando los resultados de dicho estudio a través del cual podremos cuantificar la situación inmunológica de cada uno de dichos profesionales.
El porcentaje de profesionales contagiados ha permanecido a disposición de todos los ciudadanos en el portal de transparencia de la Junta de Castilla y León. Con respecto a al número de fallecidos, no hemos tenido que lamentar la muerte de ninguno de los trabajadores del CAUSA.
–En algunos sectores de la opinión pública se habla de que el Gobierno ha sido incapaz e incluso no ha querido dar la cifra real de fallecidos por el coronavirus. ¿Se sabe exactamente cuántas personas fallecieron por la covid-19 en el Complejo Asistencial de Salamanca?
–Los criterios marcados para la contabilización de los fallecidos por coronavirus han venido definidos en todo momento por el Ministerio de Sanidad. Con respecto al número de fallecidos en este complejo hospitalario por coronavirus puedo decirle que han sido 371 defunciones. Quiero aprovechar este momento para trasladar nuestro más sincero pésame y condolencias a los familiares y amigos de todas las personas que han fallecido a causa de la covid-19, o por otras causas, en esta época de emergencia sanitaria y en especial a las de todos aquellos profesionales sanitarios que han perdido su vida como consecuencia de esta terrible pandemia.
–¿La situación habría sido distinta de haber contado con más medios materiales y humanos?... ¿En qué momento de la pandemia comenzaron a escasear los recursos materiales en el hospital?
–En cuanto a los equipos de protección individual (EPI), Salamanca, como todos los hospitales de Castilla y León, sólo tuvo, al principio, escasez de mascarillas en relación, en parte, con el hurto que se produjo del 40% de las mismas. Pero gracias a la labor de apoyo de la Gerencia Regional, el trabajo realizado por la Dirección de Gestión buscando proveedores alternativos y la supervisión de la Dirección de Enfermería, con sus jefes de Área y de Unidad, en el diseño de un sistema de dispensación y control de equipos de protección individual que permitiera garantizar, en la medida de lo posible, la disponibilidad para los trabajadores y su uso racional, se pudieron solventar esos momentos de escasez inicial.
–¿Cómo se sentía usted cuando circulaban en las redes sociales, en los peores momentos de la pandemia, imágenes de personal sanitario protegiéndose, ante la escasez de EPIS, con bolsas de plástico en las caras, como sucedió con bastantes enfermeras?
–Insisto, como le he comentado en la pregunta anterior, en que no podemos negar que tuvimos escasez de EPIs en los momentos iniciales de la crisis sanitaria, motivado primero por el hurto de material de protección previo a la declaración del estado de alarma denunciado preceptivamente ante las fuerzas de orden público, y, segundo, por el desabastecimiento generalizado de todos los mercados con respecto al suministro de estos equipos. Esto nos obligó a ser extremadamente cuidadosos en la gestión y optimización de los recursos de protección bajo la supervisión y asesoramiento permanente con el Servicio de Prevención de Riesgos Laborales y de Medicina Preventiva. Ha sido una prioridad máxima para este equipo de dirección desarrollar la prestación asistencial que se nos tenía asignada con respecto a la población y proteger a los profesionales en todas aquellas actividades que conllevasen algún riesgo.
–Sacyl ha reservado material de protección sanitaria para dos meses. ¿Cree que es suficiente para aguantar un rebrote de coronavirus?
–Las exigencias por parte del Ministerio de Sanidad con respecto a la existencia de una reserva permanente de material de protección, requiere que la Gerencia Regional y cada uno de sus hospitales tengan que llevar a cabo la adquisición de este tipo de material en cantidad suficiente para mantener unos stocks de reserva. Estas compras se tendrán que mantener en el tiempo para que dichos stocks no disminuyan y así poder afrontar con garantías cualquier rebrote que pudiera surgir.
–¿El Hospital de Salamanca aguantaría un rebrote de la misma intensidad que la pandemia que hemos dejado atrás?
–El personal sanitario ha hecho un trabajo enorme y está cansado, tanto física como emocionalmente. Para el que no ha visto el trabajo día a día en el hospital durante el periodo álgido de la crisis, es difícil comprender estas situaciones. Desde el equipo directivo hemos intentado estar cerca de ellos en todo momento, transmitirles personalmente nuestro agradecimiento y darles ánimos, tanto a los mandos intermedios como a cualquier profesional de los que estaban al pie del cañón trabajando. Todos han demostrado una vocación de servicio al prójimo innegable. Por ello, creo que por su responsabilidad y profesionalidad actuarían del mismo modo y con la misma energía si hubiera otro rebrote. Además, el CAUSA ha demostrado que estructuralmente está preparado.
–¿El nuevo hospital permitirá darnos mucha más seguridad respecto a posibles futuros rebrotes del coronavirus?
–El nuevo hospital se encuentra en pleno desarrollo del plan de montaje del equipamiento y finalizando las obras de las plataformas de acceso, así como del vial. En la primera fase de la crisis conseguimos no vernos desbordados con los espacios del Hospital Clínico y con el de Los Montalvos, manteniendo libre de covid el Virgen de la Vega. Creemos que si hubiese un rebrote, con estos hospitales, como comentaba antes, sería suficiente para contenerlo de nuevo. Pero si fuese necesario, podríamos utilizar la zona de Reanimación ubicada en el bloque quirúrgico, y alguna planta de hospitalización del nuevo hospital, con el equipamiento, los recursos humanos y los permisos preceptivos
–Algunos ayuntamientos se han quejado porque la Junta ha prohibido las fiestas patronales para evitar aglomeraciones. Si estuviese en su mano, ¿las autorizaría?
–Este tipo de decisiones no me competen. Lo único que puede hacer desde mi cargo es reiterar nuestro agradecimiento a toda la ciudadanía, que ha demostrado su compromiso con la emergencia sanitaria, cumpliendo con las medidas de confinamiento y facilitando nuestra labor, gracias al uso responsable de los recursos sanitarios; pero a la vez solicitarles una vez más que no se relajen porque esa relajación podría propiciar un gran rebrote que sería dramático para todos. Tenemos que ser conscientes de que la batalla ante el virus todavía no ha terminado
–La Organización Mundial de la Salud (OMS) no recomendó al principio de la crisis las mascarillas, el Gobierno cambió de opinión en varias ocasiones e incluso Fernando Simón dijo en su momento que no hacían falta, aunque ahora sean obligatorias por ley. ¿Este cambio de criterios pudo influir en el contagio de la enfermedad?
–Desde el inicio de la crisis el Ministerio de Sanidad fue trasladando a los Servicios de Salud de las Comunidades Autónomas los criterios y procedimientos a seguir con respecto a la clasificación de los casos, las medidas a adoptar tanto asistenciales como de protección en todo aquello concerniente a la pandemia por el coronavirus. En nuestro caso, dichos criterios se cumplieron de forma rigurosa, como no podía ser de otra forma. No podría aventurar como causa última que el uso o no de mascarillas hubiese podido influir en un mayor o menor contagio. Creo que el contagio ha venido motivado por muchos factores que en la actualidad se están estudiando, factores que tuvieron que venir condicionados por la información que sobre la pandemia y el agente causante se tenía en cada momento.
–El Consejo General de Colegios Oficiales de Médicos se personará como acusación particular en los casos de denuncias por contagios por el uso de mascarillas defectuosas entre el personal sanitario, distribuidas en abril por el Ministerio de Sanidad. Y ya se ha tramitado una denuncia del Consejo General de la Enfermería Española contra el ministro Illa y contra Fernando Simón por un presunto delito contra la seguridad de los trabajadores, relacionado con una presunta falta de suficiente material de seguridad para proteger a los enfermeros en la asistencia a los pacientes con covid-19. ¿Qué opina usted de estas denuncias y querellas que se están presentado contra el Gobierno por presunta responsabilidad o presunta negligencia criminal en esta crisis?
–Sobre este asunto me va a permitir que no me pronuncie. Las causas judiciales que se deriven de las actuaciones durante esta crisis sanitaria seguirán su curso y serán los tribunales quienes, en cada momento, dictaminen lo que así consideren oportuno.
–¿Seguirán contratados los miembros del personal sanitario contratados por la crisis de la covid-19 cuando se les acaben sus contratos a finales del próximo mes de octubre?
–Gracias a la renovación de prácticamente todos los contratos que hicimos por la crisis covid hasta el mes de octubre, que han sido en total 629, nuestros profesionales podrán tomarse las vacaciones para poder descansar a lo largo de este verano. Llegado el otoño, ya tendremos una referencia más o menos clara sobre la posibilidad de sufrir un rebrote y, si nos viésemos obligados, mantendríamos el refuerzo con dichas contrataciones.
–¿Ha concluido el retorno de los servicios que salieron del hospital por la covid-19 y que fueron trasladados a otros centros?. Estoy pensando, por ejemplo, en el caso del área de Psiquiatría, que fue enviada a Los Montalvos.
–El Plan de Desescalada del CAUSA contempla el inicio de la actividad de forma progresiva tanto de la actividad quirúrgica como de las consultas externas y las pruebas diagnósticas, siempre salvaguardando la debida protección para los pacientes y los profesionales. A lo largo del mes de junio ya se ha iniciado la actividad en el bloque quirúrgico y, con respecto a las consultas, se están llevando a cabo interconsultas no presenciales para repriorizar la lista de espera e iniciar las consultas presenciales. Lo mismo estamos haciendo con las pruebas diagnósticas. En todo este proceso garantizamos la asistencia de urgencias y urgencias diferidas, a los pacientes con prioridad 1 y a los preferentes no demorables. Con respecto a Psiquiatría, que estuvieron en Los Montalvos, y a los pacientes de Oncología trasladados al Hospital Santísima Trinidad, ya se encuentran todos en sus lugares de origen dentro del Hospital Clínico Universitario.
–¿La crisis del coronavirus supondrá un incremento o empeoramiento de las listas de espera quirúrgica del Complejo Asistencial?, ¿qué áreas se pueden ver más afectadas?
–La lista de espera era y es una de nuestras prioridades por lo que tendremos que trabajar a fondo en ella. Aunque no se han dejado de intervenir los pacientes más prioritarios durante este tiempo de crisis en el Hospital Virgen de la Vega o en la Fundación Hospital General Santísima Trinidad, es necesario repriorizar a los pacientes junto con todos los servicios implicados. Durante la pandemia no se ha incrementado la cantidad de pacientes pero lo que sí ha aumentado mucho es la demora media. Con respecto a lista de espera quirúrgica, son los servicios de Cirugía General, Traumatología y Urología los más afectados; sin embargo, puede decirse que en el momento actual estamos teniendo la actividad quirúrgica habitual para estas fechas y trabajando en la potenciación del Plan Perycles.
En cuanto a las consultas externas, si algo ha enseñado esta pandemia es que las interconsultas telefónicas y telemáticas tienen un gran futuro. En la actualidad ya se está trabajando con la dirección de Atención Primaria para ampliar las consultas no presenciales; el desarrollo de un Plan Estratégico de Coordinación Asistencial con Primaria será básico.
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