«Un claro en el bosque», un lugar para refugiarse en tiempos de dictadura, presentado en el Casino Obrero de Béjar

En primer lugar los dos intervinientes, Tomás García Merino y José Francisco Merino, periodista, grabaron un vídeo de corta duración en el que desvelaron unas pinceladas de la novela en la biblioteca del Casino. Esa grabación se cuelga en el canal Youtube del Centro de Estudios Bejaranos ese mismo día por la noche, sirviendo como aperitivo del vídeo completo cuya disponibilidad solemos demorar un par de días para primar la asistencia física de público.

Ya en el salón de conferencias y exposiciones, la presidenta del CEB, Josefa Montero García, abrió la presentación dando las gracias a la junta directiva del Casino Obrero por cedernos tan amablemente su espacio para nuestros actos, a la vez que daba la bienvenida los intervinientes y a los presentes por acudir a tan interesante propuesta.

Tras esta pequeña introducción, tomó la palabra el periodista José Francisco Merino quien, al margen de ofrecernos un primer acercamiento a la novela de Tomás García Merino, estableció un diálogo a modo de entrevista con el autor que resultó ameno y divertido. Se destacó la rapidez con la que la novela salió a la luz gracias al micro mecenazgo, una vez presentado el manuscrito a la plataforma Libros.com. En tres meses se había obtenido la liquidez necesaria para que la primera novela de Tomás se editara en formato papel. No era la primera incursión literaria del autor, pues con anterioridad había escrito un relato en Bibalvos. Su vocación es tardía, aunque siempre ha demostrado interés por los libros y la asistencia a un Taller de escritura creativa en la Casa de las Conchas hizo brotar esas ganas de escribir ya sin cortapisas.

El argumento de la novela transcurre en los difíciles años de la posguerra en Béjar con el contexto textil como fondo. Manuel, su protagonista, sobrevive amarrando sus ideas en una época de dictadura y miedo, inmerso en un amor imposible. Temas como el sindicalismo, los topos o la carestía se tocan en una narración ágil en la que la naturaleza que rodea a sus personajes está siempre presente. La idea de ambientarla en los años 40 en Béjar venía motivada por las dificultades que tuvieron los bejaranos para sobrevivir en una ciudad marcada por los sonidos de las sirenas de las fábricas, las máquinas a pleno rendimiento y las voces de los obreros al terminar su jornada laboral. Es una época en cierta forma soñada y dorada, con sus luces y, sobre todo, con sus sombras, para cualquier narrador nacido en Béjar: retornar a un tiempo que ya pasó, tiempos en los que los niños llevaban cestas con comidas para sus padres, tiempos en los que el tren pasaba por debajo de ciudad entre humos y carbones, tiempos en los que las calles estaban pobladas de paisanos, tiempos de trabajo duro y racionamiento, tiempos en los que muchos topos dejaban pasar su existencia sin otra luz que la de la bombilla del techo.

El título de la novela, Un claro en el bosque, vino dado por un fragmento mismo que podemos encontrar entre sus páginas: es una metáfora de un lugar donde respirar la libertad en tiempos de dictadura. Ambos intervinientes animaron a leerla mientras Tomás García Merino ofrecía la primicia de su continuación y de la búsqueda de una editorial que apueste por su proyecto. Que tenga mucha suerte.