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EVA CAÑAS / WORD
SALAMANCA
Viernes, 16 de marzo 2018, 11:43
Después de producirse una grave agresión a un médico del centro de salud de San José, el 30 de mayo de 2017, la Gerencia de Atención Primaria de Salamanca se puso en marcha para buscar soluciones frente a ese tipo de situaciones que durante esa época cada vez se daba con mayor frecuencia.
En ese caso, los agresores eran de etnia gitana, algo que ocurría en una mayor proporción de los casos de agresión, y como destaca el gerente de Atención Primaria de Salamanca, Luis Javier González Elena, «aunque no todos los de etnia gitana agreden, la mayoría son de ellos».
Por ese motivo, tras la agresión de mayor, los responsables de la Gerencia de Atención Primaria comenzaron a reunirse con dos patriarcas (personas mayores con gran influencia dentro de la etnia gitana), asociaciones del barrio de San José, el coordinador del centro de salud y con la Fundación de Secretariado Gitano.
De dichos encuentros nació un modelo pionero en Salamanca que busca poner freno a las agresiones (las más habituales suelen ser leves, de tipo verbal) a través de la mediación intercultural. Como aclara González Elena, «llegamos al acuerdo de que en aquellos casos que hubiera una agresión verbal leve, cuando el profesional lo considerara oportuno, no llamaría a las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado, sino que lo que hacemos es que se pone en contacto con la Gerencia de Atención Primaria y nosotros a su vez con la Fundación de Secretariado Gitano, hablamos con ellos, les transmitimos quiénes han sido los supuestos agresores y ellos a través de o bien los patriarcas, las asociaciones o los familiares, se ponen en contacto con ellos, y se informan de lo que ha ocurrido y toman medidas, en el sentido de decirles que por favor, tengan más educación y respeto». Desde que se puso en marcha esta medida, como confirma el gerente de Atención Primaria, en el centro de salud de San José se han dado entre 8 y 10 situaciones resueltas con mediación intercultural, «con muy buenos resultados».
Esta situación se ha dado este año unas 8-10 veces y con muy buenos resultados. «Lo hemos hecho en San José y muy bien, ha sido receptivo por ambas partes, porque si que es cierto que en estos casos da resultado, y lo reconocen, recapacitan y lo ven de otra manera, y la situación no ha ido a más», sentencia.
Aunque el gerente sí admite que siguen produciéndose agresiones, pero con esta medida han podido evitarse muchas de ellas o que no vayan a más. Respecto a otras medidas que pusieron en marcha tras la agresión de mayo, fue la de contar con un guardia de seguridad el centro de salud de San José durante los turnos de consulta, que aunque en un principio la medida era para un mes, al final se prolongó un total de tres. Y la decisión de terminar con su presencia también ha formado parte de la mediación intercultural, «porque la etnia gitana se sentía ofendida y molesta por su presencia, el hecho que no parezca que tenga que haber un guardia de seguridad cuando van a una consulta, y como detalle hacia ellos lo quitamos».
Luis Javier González Elena asegura que han descendido el número de agresiones verbales, «más débiles, por lo que esta medida si ha dado resultado». De hecho, asegura que todos los casos con motivo de mediación han sido leves, «y con intención de solucionarlo». Aunque el profesional médico está en su derecho de utilizar el protocolo que crea más conveniente, ya sea el establecido a través de los cuerpos y fuerzas de seguridad, o a través de la mediación intercultural. «Es la primera vez que se pone en marcha una iniciativa así, y cuando nos lo plantearon desde la Fundación de Secretariado Gitano nos pareció muy buena idea, el hecho de que pudieran mediar, nosotros encantados», confiesa González Elena.
Al respecto, siempre habla de casos leves, «que son la mayoría», porque como insisten, «hay pocas agresiones muy graves y físicas», y la del compañero que sufrió una en el mes de mayo «fue excepcional».
Desde la Fundación de Secretariado Gitano de Salamanca también aplauden esta medida, y así lo reconoce uno de sus responsables, Raúl Bermúdez, porque como recuerda, a raíz de la agresión en San José y todo lo que se generó alrededor, con concentraciones de protesta, un guardia de seguridad permanente en el centro de salud, podía afectar a la convivencia en el barrio». Y al apostar por la mediación, un pilar importante han sido la elección de dos personas mayores de etnia gitana, patriarcas, que tienen una gran influencia en su comunidad.
«La agresión fue de una persona a un médico, no de una comunidad entera, en este caso la gitana, la idea era apaciguar la tensión, porque al final lo que eso hace es dividir a la población», lamenta Bermúdez. Porque como todo ciudadano, añade que «estamos en contra de cualquier agresión porque somos parte del barrio, y utilizamos la asistencia sanitaria, son nuestros médicos».
Desde Secretariado Gitano aplauden a la Gerencia de Atención Primaria por haber apostado por la medicación, o por decisiones como la de no contar con un vigilante de seguridad de forma permanente, porque según Raúl Bermúdez, «se creaba recelo, era como si siempre existiese la amenaza, y creemos que el centro de salud del barrio no necesita un guardia de seguridad, lo que necesita son más médicos».
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