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Domingo, 27 de septiembre 2020, 17:19
La iglesia de San Martín afronta la segunda fase de su proceso de recuperación. Una vez concluida la intervención en la cubierta y asegurada la estabilidad del edificio, toca embellecer y acondicionar el interior. La intervención está promovida por la consejería de Cultura y Turismo ... de la Junta de Castilla y León junto a la Fundación Iberdrola España y la Fundación Santa María la Real.
El arquitecto de esta última, Jesús Castillo, explica que han presentado a la Junta de Castilla y León «el primer borrador de proyecto» para el interior del templo y que aún aguardan a los resultados de dos catas. La primera cata es para ver cómo están los paramentos de las bóvedas. La segunda, de más enjundia, para averiguar cómo se conservan los capiteles románicos. La cata se realiza en los revestimientos de yeso «de lo que se supone que son los capiteles románicos que permanecen en la iglesia. No sabemos en qué estado están. Sabemos dónde estaban y hay que ver si siguen ahí y cómo están para ver si se puede intervenir. Hasta que no tengamos los resultados de estas dos catas no podemos cerrar el proyecto del interior de la iglesia ni tener fecha» para comenzar los trabajos de embellecimiento. Jesús Castillo apunta que la idea es que las obras comiencen en 2021 «y que incluso acaben en 2021. Se deberán empezar sí o sí el año que viene» y cabe la posibilidad de que hasta puedan concluirse.
Con la estructura del templo asegurada, el objetivo ahora es «devolverle a la iglesia el esplendor que tuvo y que fue perdiendo con el tiempo». Jesús Castillo explica que desde que se levantó San Martín, hace ocho siglos, «hubo muchas actuaciones dentro con mejor o peor resultado». El proyecto actual contempla recuperar los paramentos interiores, limpiar las bóvedas de piedra vista, eliminar humedades y filtraciones, cambiar la calefacción «porque hay radiadores muy aparatosos, que se notan mucho» y «lógicamente, la iluminación» para «resaltar los valores del templo».
El arquitecto añade que los problemas en la construcción repercutieron en el interior. Las fallas estructurales «movieron la cubierta, el agua entraba y acrecentaba la humedad dentro, que agravaba los problemas estructurales... era un bucle. Dentro se veían aspectos alarmantes, con deformaciones, grietas, manchas...».
Cuando concluya la rehabilitación interior de San Martín, el templo estará prácticamente recuperado. «Estos edificios tan complejo y grandes nunca se acaban. Siempre hay mucho que hacer, hay estructuras sobre las bóvedas que se podrían intervenir, pero en términos generales y para que lo que el gran publico puede ver, como el aspecto, las cubiertas… estaría completo, porque lo demás es zona de sacristías, interiores... pero el interior del templo estaría consolidado y rematado».
La primera fase de la intervención fue una obra «de cirugía» tras años de monitorización para saber dónde intervenir. Básicamente se levantaron las cubiertas y se trasladaron las cargas para obtener un mejor coeficiente de seguridad. «Era muy necesario. La iglesia ha tenido muchos problemas desde su origen. Ya en el siglo XIII se cayeron las bóvedas y la preocupación ahora era que al medir aún se veían movimientos» en la estructura, explica Jesús Castillo.
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