Castilla y León debería «aumentar la cifra de empresas exportadoras»

Durante su alocución, Peña repasó la situación actual de las empresas exportadoras españolas, aludió al «gran potencial» de las compañías de la región para vender fuera de nuestras fronteras y analizó los retos a los que se enfrentan tanto las compañías como las instituciones públicas que tratan de ayudarlas en su expansión.

Las industrias españolas, por lo que se deduce de su charla, no perdieron el tiempo durante la crisis. Según Peña, actualmente hay unas 161.000 empresas exportadoras en nuestro país. Son 50.000 más que antes de la crisis. La economía española actual es «más abierta» y «más competitiva» que la de los países de nuestro entorno. España es de los pocos países que «ha conservado la cuota de mercado internacional», que actualmente ronda el 2% de todo el comercio mundial, empujado sobre todo por el sector servicio. Este guarismo está por encima del peso del PIB español en el conjunto planetario, de en torno al 1,6%. En esta punto, María Peña llamó la atención acerca de que los servicios no turísticos, tales como la consultoría, el transporte o la logística, «tienen cada vez más peso» y de hecho ya han superado a los servicios turísticos, tradicionalmente asociados con nuestros país.

Además, España sigue siendo uno de los países que más inversiones extranjeras recibe. El año pasado ascendieron a 36.000 millones de euros y en la primera mitad de 2018 fuimos el 8º destino preferido de las inversiones del resto del mundo. España, por tanto, tiene «un sustento sólido para resistir las tormentas» que pueda traer el futuro y, en su conjunto, ofrece «una imagen muy sólida» al extranjero.

La consejera delegada del ICEX comentó que «uno de los grandes pasos de la promoción externa» de España había sido «lograr que dentro de una imagen de conjunto quepan las partes». María Peña se refería a las proliferación de marcas propias de cada Comunidad Autónoma o provincia y a cómo fuera de nuestras fronteras convergen bajo el mismo paraguas de productos españoles. España participa en multitud de ferias en todo el mundo y, dentro de su pabellón, se reflejan las «peculiaridades» de cada Comunidad Autónoma. En este caso «el conjunto de las partes genera mejor resultado» que si cada una fuese por separado.

Castilla y León ha mantenido una tendencia similar. Es la 7ª región que más exporta y aún tiene «un gran potencial» que explotar. María Peña comentó que «el grado de concentración de las exportaciones» de Castilla y León será, sin embargo, «un reto» que habrá que acometer. ¿Por que? Porque las cinco primeras empresas exportadoras de la región acaparan el 55% de las ventas en el extranjero. Además, somos una de las Comunidades que menos diversifica sus exportaciones: el 79% van a países de la Unión Europea, entre los que destaca el mercado francés, que supone el 25% del total. No es algo exclusivo de Castilla y León, pero «hay que trabajar más mercados». «He ahí un reto, el aumentar la cifra de empresas exportadoras para diversificar ese porcentaje», añadió.

María Peña reveló otros desafíos del sector exterior español. Uno de ellos es el tamaño de las empresas. Aunque en los últimos años han aparecido 'unicornios' (compañías tecnológicas que aparecen de la nada y multiplican su valor de un día para otro), lo más habitual es que una compañía crezca paulatinamente y, en un momento dado, decida internacionalizarse. Y en estos casos la cuestión del tamaño de la empresa «sigue importando. Es un terreno en el que las compañías españolas deben «seguir trabajando», porque cuanto mayores sean, mejor preparadas estarán para «soportar las incertidumbres».

Las cadenas de valor también merecen la atención de los empresarios. María Peña, además, reveló que «los nuevos emprendedores salen desde el principio al exterior porque no conciben el mercado si no es globalizado» y que los consumidores actuales buscan valores añadidos en los productos que consumen. Por ejemplo, que en el proceso de producción se hayan respetado los derechos laborales de quienes los han manufacturado o que la elaboración de los bienes tenga un mínimo impacto en la naturaleza. Son cuestiones que las empresas deben tener en cuenta. «La digitalización y la sostenibilidad son claves hoy en día. Los consumidores piden respuestas y soluciones», advirtió.

La consejera delegada del ICEX comentó también el reciente acuerdo entre España y China y sus repercusiones para las exportaciones nacionales. La clase media china está creciendo «exponencialmente» y hay «ansia» por «consumir y posicionarse». El ICEX está abriendo camino a las empresas españolas. «Es difícil entrar», admite, pero «estamos trabajando en la imagen de España». Las Comunidades Autónomas «deben apostar por ese mercado» porque «todo lo que entra se consume», desde productos agroalimentarios a servicios o tecnología.

En un debate sobre comercio exterior había que hablar sobre cuestiones como el Brexit o el 'America First' de EE UU. Convergen dos fuerzas «antagónicas» como son «un mercado globalizado y posturas proteccionistas». ¿Teme el ICEX que se declare una 'guerra mundial comercial'? María Peña cree que no habrá tal. La «política ombliguista» de algunos Gobiernos «no se da cuenta del daño que genera». Los mercados, las cadenas de valor productivo... «están lo bastante integrados» como para soportar las «batallas comerciales». «La integración y la digitalización» de la economía «no tienen vuelta atrás. No caben guerras comerciales».

El Brexit es otro dolor de cabeza para el mercado mundial. «No se sabe muy bien qué va a pasar», opinó Peña. El 'status quo' se mantendrá como muy tarde hasta finales d 2020, por lo que hay «tiempo para analizar el estado marco» de las relaciones entre Reino Unido y la Unión Europea. «Las condiciones van a cambiar», pero todos los actores intentarán que lo hagan «lo menos posible. Los flujos económicos con el Reino Unido son muy fuertes». Es uno de los grandes mercados españoles y uno de los países que más invierte en nuestra economía.

Una de las preguntas de los asistentes trató sobre la poca importancia que parece darse al mercado africano en favor de China y otros países asiáticos. María Peña, que ha trabajado en varias naciones africanas, explicó que la renta per capita en África suele ser muy inferior a la de Asia y que hay un par de diferencias importantes. A saber: que las «injerencias» del Estado en la economía y los mercados suelen ser más comunes que en Asia, lo que puede echar atrás a los empresarios; y que la mentalidad habitualmente es «muy cortoplacista», cuando un inversor extranjero suele pensar a medio o largo plazo antes de plantearse recoger los frutos. Esta mentalidad «conjuga mal» con la estrategia de los inversores. «Puede haber grandes oportunidades», pero también «riesgos», concluyó.