El 63% de los casos de delito sexual eran personas del entorno de las víctimas

En 15 de los casos las víctimas son o eran menores de edad en el momento del maltrato o agresión sexual, «y aumentan en cinco casos», relataba ayer durante la presentación del balance la coordinadora de la asociación, Charo de Castro.

De hecho, el 73% de los menores atendidos habían sufrido abuso o agresión sexual. Por otra parte, recordaron que en los primeros seis meses del año contabilizaron un total de 379 actuaciones, 301 del programa de malos tratos y 78 de violencia sexual. Las responsables de Adavas destacaron que en 83 casos, fueron otros profesionales los que pidieron información a la asociación por un caso cercano (como por ejemplo, los profesores de instituto), además, han notado un incremento de las intervenciones de familiares o allegados a la víctima, en 34 de las situaciones, «que quieren saber qué recursos existe y cómo deben de actuar».

En cuanto al origen de las víctimas, el 21% de las atendidas son personas extranjeras, un porcentaje ligeramente superior al del año pasado, «la mayoría de ellas, el 68%, demandaron ayuda por situaciones de maltrato por la pareja o expareja». Asimismo, un 5% de las personas atendidas presentan algún tipo de discapacidad, en concreto, el 5%.

De los delitos sexuales, Charo de Castro recordó que en el 63% de los casos eran personas del entorno de las víctimas y la incidencia de la agresión, en el 48%, fue reiterada en el tiempo. Otro análisis de ese primer semestre está relacionado con el perfil de las víctimas de violencia de género, que en el 46% de los casos las mujeres contaban con empleo, pero como relató la coordinadora:«Vemos muchas que están en el desempleo o que tienen pequeños puestos de trabajo que están mal remunerados y no tienen autonomía económica por lo que necesitan ayudas sociales».

En relación a la edad media, al igual que en años anteriores, el mayor porcentaje se encuentra en mujeres de edades entre los 31 y 64 años, con el 62% del total, y aumenta al 21% las de entre los 19 y los 30 años, frente al 17% que se registró en el primer semestres de 2017.

También apuntaron que el 25% de las mujeres residían en el medio rural, un dato que se mantiene similar durante los últimos años. Del abandono del agresor, en Adavas se mostraban satisfechas del incremento de personas que lo hacen, alcanzando un 73%, tres puntos más que en el mismo periodo del ejercicio anterior, que fue del 71%, y mayor que en 2016, con el 67% de los casos atendidos.

La abogada de Adavas, Manuela Torres, detalló el balance del primer semestre de 2018 del servicio psicológico a las víctimas, con 46 atenciones, 34 por violencia de género, cinco por abusos sexuales y siete por agresiones sexuales, con una edad media de 35 años (la mayoría están en el rango de edad entre 30 a 50).

Cabe destacar también de estos casos que más de la mitad cursan o han cursado estudios superiores (24 universitarios, 11 de Secundaria, 8 de Primaria y 3 sin estudios. En lo que se refiere a su situación laboral, el 48% trabaja, frente al 23% que no y el 29% que estudia. Un 69% no tenía hijos a su cargo frente a un 30% que sí, y de ellos, el 28% eran mayores de edad ya emancipados, y el 72% estaban a su cargo. Otro dato a resaltar es el comienzo de la violencia de género, que según concretó Manuela Torres, «desde el principio de la relación supone el 17%, mientras que en los últimos tres años, máximo tres años y mínimo ocho meses antes de pedir ayuda y dejar la relación, es la mayoría, el 83%». En este sentido, la abogada de Adavas advierte que cada vez el porcentaje es más alto entre las que han prolongado la situación en el tiempo.

Esta responsable también desgranó los motivos de consulta más frecuentes, como por ejemplo, la ayuda para tomar decisiones y a que se sienta menos confusa para salir de la situación; para el manejo de la relación con los hijos y con su educación; superar la dependencia emocional y la pena o eliminar la ansiedad, entre otras. La sintomatología más frecuente entre las víctimas está la ansiedad, la angustia, la confusión, en enganche emocional, el estado de ánimo deprimido, apatía, tristeza o culpabilidad.

Manuela Torres también habló sobre la sentencia del caso de la 'manada' o de Juana Rivas, «donde no parece que se esté dando una respuesta judicial adecuada, y puede desanimar a las mujeres a la hora de poner una denuncia, pero deben de acudir siempre a servicios especializados, como Adavas, y el no es rotundo a esas decisiones».