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l centro penitenciario de Topas se ha convertido en un auténtico oasis frente al temible coronarivus, dado que en sus módulos no hay cuantificado actualmente ... ningún caso positivo de contagio por la covid-19, ni entre la población reclusa ni entre los funcionarios de la plantilla. Así lo pone de manifiesto el director de la cárcel de Topas, Carlos García, quien recalca que las medidas preventivas adoptadas están funcionando bien, ajustándose en todo momento a las disposiciones fijadas por la Secretaría General de Instituciones Penitenciarias.
Únicamente hay que reseñar los casos de dos trabajadores de la prisión que tuvieron que ser hospitalizados hace unas semanas al haberse contagiado por coronavirus, pero afortunadamente ya recibieron el alta médica tras evolucionar favorablemente en el Hospital, encontrándose ya en sus domicilios.
Hasta el momento las únicas personas que han sido vacunadas en la cárcel de Topas son el personal sanitario de la prisión, es decir, médicos, enfermeras y auxiliares de clínica. Después de que la dirección de la cárcel remitiese a la Delegación y a la Subdelegación delGobierno la relación completa de los funcionarios y demás miembros de la plantilla, se espera que en breve puedan comenzar a realizarse las primeras vacunaciones a los funcionarios, concretamente a los que tienen cada día un contacto directo con los reclusos, que iría ampliándose en una segunda fase al resto de los trabajadores.
El caso de Topas difiere frontalmente de la dramática realidad que se está sufriendo en otras cárceles del país. El caso más alarmante es la prisión valenciana de Picassent –la mayor de toda España– que fue aislada a finales del pasado mes de enero por Instituciones Penitenciarias, después de que un cribado practicado entre la población reclusa detectara 133 positivos por covid-19.
Las medidas adoptadas por la dirección de la cárcel han supuesto la suspensión tanto de las comunicaciones orales como de las comunicaciones especiales de los reclusos. De esta forma, no se permiten la visitas de familiares de los internos, ni tampoco de ONG y ministros de cultos religiosos, todo ello con el fin de prevenir los posibles riesgos que conllevarían las visitas a los internos de personas del exterior. Además y conforme a la estrategia que ha diseñado la Secretaría General de Instituciones Penitenciarias para hacer frente a la covid-19, se han suspendido todos los permisos de los reclusos, una medida que, lógicamente, desagrada a los reclusos, pero sí está siendo acatada y entendida por la población reclusa como herramienta para luchar contra la pandemia. De hecho y desde que se cancelaron los permisos «no estamos teniendo un mayor índice de conflictividad que en otras épocas y el comportamiento de los internos está siendo bueno, pese a no poder disfrutar de permisos».
Todas estas medidas obedecen a la preocupante y difícil situación epidemiológica que está padeciendo Castilla y León, con una incidencia acumulada que está superando los 500 casos por cada 100.000 habitantes. Carlos García confía en que en los próximos días puedan ir aliviándose todas estas restricciones de manera progresiva, una vez que se consiga que la incidencia acumulada en nuestra Comunidad descienda por debajo del umbral de los 500 casos. Cuando esto se consiga, podrían restablecerse las comunicaciones orales y, de manera progresiva, podrían ir concediéndose permisos a la población reclusa. Pero todo depende, reitera el director del centro, de la mejora de la situación epidemiológica.
Actualmente la prisión cuenta con casi 700 reclusos –exactamente 680– en sus diferentes módulos e incluyendo también a los centros de inserción social de Salamanca yZamora, mientras que la plantilla está formada por unos 500 trabajadores.Recientemente, la dirección de la cárcel remitió a la Delegación delGobierno en Castilla y León y a la Subdelegación delGobierno enSalamanca la relación de trabajadores de la plantilla, atendiendo así a la solicitud que le realizaron en este sentido ambos organismos.Por el momento no hay fechas para un hipotético cribado, a diferencia de lo que ha sucedido en la prisión de Dueñas, en la provincia de Palencia, donde comenzó este pasado jueves, 18 de febrero, un cribado masivo a los 450 trabajadores de la prisión, después de detectarse un segundo brote que había contagiado a 51 internos y 22 funcionarios, procediéndose a aislar cuatro módulos.
Dueñas no es la única cárcel de Castilla y León con un preocupante registro de contagios. En noviembre se produjo un importante brote de coronavirus en la prisión leonesa de Mansilla de las Mulas, con cerca de 30 positivos entre los internos y una veintena entre los funcionarios.
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