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ROSA M. GARCÍA / WORD
SALAMANCA
Jueves, 30 de abril 2020, 11:22
El sector de la hostelería salmantina vive un periodo «de caos», con «mucha improvisación, falta de coherencia, desinformación y una inacción tremenda desde el inicio del estado de alarma». Así lo afirma Álvaro Juanes, presidente de la Asociación de Empresarios de Hostelería de Salamanca, que considera que el plan de desescalada tal y como plantea el Gobierno puede llevar al cierre «a más del 30%» de los locales salmantinos, que generan 35.000 contratos al año.
«Lo de los aforos es inviable a todos los efectos. Cómo vamos a hacernos cargo de los gastos con un 30% de aforo, económicamente es inviable, sobre todo si los ERTES no los flexibilizan», afirma Juanes. En este sentido, señala que, «sin ERTES flexibles que se vayan adecuando al funcionamiento real de los negocios, es imposible». Por este motivo, considera que esta situación «me suena a pulso económico a la patronal y los empresarios».
Otra de sus críticas al plan es la que versa sobre lo que considera una falta de medidas concretas médico-sanitarias en relación a la covid-19. En este sentido, Juanes pide «un protocolo único para todos los sectores a nivel nacional y consensuado a nivel internacional», para de esta manera, «transmitir en el exterior que en España hay un protocolo y que se está cumpliendo», sin perjuicio, añade, que «nos tienen que dar uno específico para la hostelería».
«Necesitamos una seguridad, pero no solo para nuestros clientes, también para los trabajadores y los residentes de Salamanca», insiste.
Por otro lado, está la parte económica, donde el sector reclama beneficios fiscales y ayuda para poder hacer frente «a la readaptación de los establecimientos», que además llevan cerrados mes y medio, señala Juanes. En este sentido, apunta a la estacionalidad de la hostelería y a un turismo que «ha bajado las cuotas a cero, en el caso del internacional, y el nacional ya veremos cómo reacciona».
El presidente de los hosteleros salmantinos insiste en que «si no se cambia la hoja de ruta, un 30% como mínimo de los negocios van a cerrar». En España afecta, señala Juanes, a 317.000 establecimientos que dan empleo a 1,7 millones de empleados, 35.000 de ellos en la hostelería salmantina. Por este motivo, afirma que todo el sector « está en desacuerdo y va a mostrar una oposición en bloque».
Añade que «tampoco se ha marcado un protocolo sanitario. si lo tuviéramos, tendríamos algo con lo que trabajar». En realidad, los hosteleros no se oponen a las fases concretas del plan de desescalada, sino a las medidas, porque «los aforos se deben volver a estudiar en base a unos protocolos e indicaciones», afirma y añade que deben ser «viables económica y sanitariamente».
Son «necesarios mecanismos laborales, medidas fiscales y sanitarias y una garantía económica», porque «sorprende que se diga a los hoteles que pueden abrir cuando no hay movilidad interprovincial ni turismo internacional».
Juanes insiste en que «todo es muy genérico, no se ha dicho nada y hay una incertidumbre tremenda», por lo que considera que «se lo irán replanteando y tomarán medidas», aunque «tiene que ser ya, porque la fecha de apertura está ahí y casi 320.000 establecimientos están pendientes».
Ante esta situación de incertidumbre, decenas de hosteleros de la zona centro de la capital salmantina han iniciado una protesta contra las medidas de la desescalada y las consecuencias que puede tener en el sector, colocando carteles con el mensaje 'Se traspasa' en sus establecimientos de hostelería de la ciudad.
La protesta nació de un grupo de Whatsapp de hosteleros de la ciudad como una protesta simbólica contra las medidas tomadas por el Gobierno.
Germán, uno de los hosteleros pioneros en esta iniciativa, explica que «se creó un grupo de Whatssapp en la hostelería salmantina» cuando llevaban varios días en casa y con sus establecimientos cerrados. «Se nos ocurrió la idea de empezarnos a mover y a exigir, tanto a nivel del Ayuntamiento como de la Junta y Gobierno una serie de ayudas y de medidas; y así empezamos». El grupo que se creó lo formaban una veintena de establecimiento, pero «se nos hizo una petición de que se abriese para más gente y ahora está casi toda la hostelería salmantina incluida».
Los carteles pegados en sus locales «es una forma de protestar porque nos quieren hacer abrir en una condiciones que no son normales; para abrir como pretenden, no hubiéramos cerrado nuestra actividad», afirma.
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