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D. BAJO / WORD
SALAMANCA
Martes, 7 de abril 2020, 11:36
La crisis iniciada por el coronavirus tiene muchos efectos secundarios. Cuando comenzaron los positivos y los fallecimientos se desató una reacción en cadena que afectó, y aún afecta, a muchos otros sectores que no tiene nada que ver con la sanidad.
Coronavirus en Salamanca
RICARDO RÁBADE / WORD
La decisión gubernamental de ... limitar la movilidad de los ciudadanos y prácticamente frenar en seco la economía ha dejado en el paro a miles de personas y ha puesto a prueba los recursos del Estado. A nivel de la calle, las medidas del Ejecutivo se han traducido en negocios cerrados, la suspensión de multitud de eventos (la Semana Santa, sin ir más lejos) y el aplazamiento de muchos otros hasta que la tormenta amaine. Por ejemplo, las bodas, bautizos y comuniones.
Entramos en esa época del año llena de compromisos sociales, pero la mayoría de ellos tendrán que esperar unos cuantos meses más.
El responsable de la unidad pastoral centro de Salamanca, Policarpo Díaz, explica que las bodas programadas para abril y mayo se han trasladado «de manera casi masiva» a septiembre y octubre, cuando todos confiamos en que la pandemia sea sólo un recuerdo. La unidad pastoral centro de Salamanca engloba a las parroquias de San Martín, San Julián, San Sebastián y la Purísima, todas en la parte histórica de la ciudad.
Según explica Policarpo Díaz «la gente que las tenía programadas para abril y mayo, y casi todas las de junio, han llamado para trasladarlas. Algunas de julio también se han movido». Por ahora «hemos cambiado ya 11 bodas». Una pareja que prevé casarse a finales de mayo y otro a mediados de junio aún no han contactado con la unidad pastoral, aunque Díaz cree que «estarán al llamar».
Los expertos
Doménico Chiappe
El párroco opina que la decisión de trasladar la fecha de los enlaces hasta después del verano está relacionada con la incertidumbre que genera el estado de alarma. «Las de abril y mayo las tienen encima. Y aunque el estado de alarma termine a finales de mes, no sabemos si habrá más prórrogas ni en qué condiciones se permitirá celebrar actos públicos. Es una incógnita». Por supuesto también hay que recordar que un enlace matrimonial moviliaza a restaurantes, floristerías, fotógrafos y tiendas de regalos, entre otros sectores. «Hay más gente implicada, además de la iglesia, y hace falta una previsión», apunta Díaz.
Las parejas suelen preguntar si hay problemas para cambiar las fechas. En la unidad pastoral les explican que «les damos las opciones para cambiar» y los contrayentes eligen la nueva fecha. «Estamos en una situación en la que hay que facilitarlo todo. Bastante tienen con cambiar y cancelar como para ponerles más dificultades. Vamos a facilitarles las cosas».
La situación de los bautizos es similar a la de las bodas. En el caso de las comuniones son, Díaz comenta que «aún no hay una decisión diocesana», pero cree que «hay que tomarla». Es «muy difícil» que se puedan celebrar en abril, mayo y junio y opina que «lo más prudente» podría ser posponerlas a septiembre y octubre.
La intención es hablar con lo arciprestazgos para recoger sus opiniones antes de adoptar una decisión. Díaz cree que a lo largo de esta semana podría haber una resolución en este sentido, aunque las celebraciones de la Semana Santa tal vez la pospongan unos cuantos días más.
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