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EVA Fernández Illera / word
SALAMANCA
Lunes, 9 de agosto 2021, 11:21
La innegable revolución que trajo consigo la Covid-19 a Salamanca, como al resto del mundo, llegó también a Proyecto Hombre. Desde que el Gobierno decretó el estado de alarma, la asociación ha buscado alternativas para seguir atendiendo a todas las personas que acuden en ... su ayuda. Los datos aportados por Vicente García, uno de los responsables de servicios generales y las declaraciones de Manuel Muiños y Esperanza González, presidente de Proyecto Hombre y directora de la Comunidad Terapéutica en Salamanca, respectivamente, permiten hacer balance de los cambios vividos desde los meses de confinamiento hasta el presente en comparación con periodos anteriores.
El detalle más significativo de los primeros siete meses de este año es el aumento de las demandas de mujeres con problemas de alcoholismo. Así lo apunta García, quien explica que a raíz de la pandemia han surgido muchos problemas psicológicos y la población ha quedado realmente «tocada», por lo que pueden haberse refugiado en este tipo de consumo. A todas ellas, al igual que al resto de personas que requieren ayuda por adicción al alcohol o a otro tipo de sustancias, se les recibe en el Servicio de evaluación, orientación y diagnóstico (SEOD). Como explica la directora de la comunidad, este servicio pasó a desarrollarse de manera telefónica o telemática durante los tres meses de confinamiento, pudiendo seguir entrevistando y valorando qué recurso de Proyecto Hombre era el más adecuado para cada persona. Por el motivo mencionado, entre otros, el número de personas que recibió el SEOD en 2020 ascendió a 110 frente a las 151 recibidas en 2019.
Hasta agosto de 2021, la cifra de personas atendidas en el SEOD ha llegado a las 132, observándose un aumento considerable. Este incremento se debe, en parte, a que «la gente ha sido más consciente del problema de adicción que presentaban. Se ha puesto más de manifiesto por el hecho de convivir en familia, de estar con los suyos… se ve más esa realidad de la situación y entonces no les ha quedado más remedio que reconocer su situación y pedir ayuda», apunta Muiños.
La organización, la protección y las estrictas medidas llevadas a cabo desde la Comunidad Terapéutica de 'El Caminero' han dado resultado, la Covid-19 no ha traspasado las puertas de su gran hogar.
Con la llegada de la pandemia, los voluntarios no pudieron actuar con los usuarios, pero desde el Centro se trabajó para conseguir adaptar los espacios a las medidas higiénico-sanitarias.
De este modo, el comedor se ha trasladado a una zona más amplia y con ventilación y, además, se han construido varios espacios en la comunidad.
Una de las novedades es lo que denominan 'nave', un gran local con ventanas ubicado en el terreno del jardín donde se pueden llevar a cabo actividades y reuniones de manera segura.
De igual forma, se ha acondicionado la Casa Mateo 25, cuyo nombre responde a un versículo del Evangelio. Formada por dos plantas y ubicada a continuación del edificio principal de Proyecto Hombre, cuenta con todo lo necesario para vivir. Como explica Muiños, «sirve para periodos de cuarentena especialmente de usuarios en situación de calle o con mayor dificultad para encontrar un espacio».
Haciendo referencia a la situación que actualmente se vive en la sociedad, Manuel Muiños envía un mensaje de esperanza, «la vida nos da muchas oportunidades y este momento no hay que vivirlo como una dificultad, sino como una oportunidad de mejora, de crecer, de aprender a afrontar lo que estamos viviendo desde las relaciones humanas sanas. Cuanto más piña hagamos entre todos, mejor nos irá. Hay que romper con el individualismo y el egoísmo, es tiempo de arrimar el hombro. Entre todos salimos a flote o entre todos nos hundimos, todo depende de la actitud que tengamos ante la vida».
Por su parte, Esperanza González invita a la gente a llamar en caso de necesitar la ayuda de Proyecto Hombre, «que la gente llame, que no tengan miedo. Aquí estamos para acompañar desde la ayuda, no para juzgar ni condenar a nadie».
Al igual que en el SEOD, las personas atendidas en la Comunidad Terapéutica también forman una cifra menor durante 2020 (55 personas) frente a las 93 de 2019. Éste es el resultado de la incapacidad que tuvo la asociación de aceptar a nuevos usuarios durante los meses de marzo, abril y mayo. Por su parte, hasta agosto de este año, se han atendido ya a 74 personas teniendo en cuenta las que se encuentran en 'Línea Huertas' -destinado a personas con un trastorno mental concomitante con un trastorno por consumo de drogas o personas con un deterioro cognitivo- y en 'Línea Caminero' –la terapia se realiza de forma grupal e individual donde los instrumentos más importantes son la autoayuda y la confrontación empática- en conjunto.
El resto de programas que lleva a cabo Proyecto Hombre, entre los que se incluyen el programa de reinserción sociolaboral, el programa ambulatorio Alba, el programa intrapenitenciario Puente, el programa de atención domiciliaria en el medio rural Trashoguero o el programa de atención a familias, no ha experimentado grandes cambios en sus cifras. Durante la pandemia «todos siguieron funcionando, pero supuso mayor complicación en la fase final de reinserción sociolaboral al no poder salir. Fue más complejo pero no por ello se dejó de hacer», cuenta Muiños.
«Cuando al familiar lo quieres, te nace ayudarle». Así resume la pareja de uno de los usuarios de Proyecto Hombre su situación. Con una adicción al alcohol, los porros y el cannabis, el chico terminó por tener un conflicto legal.
«Estuvimos intentando ayudarle, por activa y por pasiva. Estuvo en un centro privado pero no hubo manera. Manolo intentó varias veces que ingresara en Proyecto Hombre pero no hubo manera hasta que se metió en un conflicto legal que le llevó a un centro penitenciario. Fue allí donde abrió los ojos y se dio cuenta de lo que no quería en su vida, entonces empezó a rehabilitarse». En el centro penitenciario, el joven recibía atención a través del programa Puente de tratamiento intrapenitenciario y después ya se incorporó a la comunidad.
Tras mes y medio en Proyecto Hombre, la pareja y la madre del usuario reconocen «mucho cambio en él, solo en la manera de hablar y de valorar las cosas, el sentirse afortunado con cosas que antes no valoraba», afirman ambas.
En cuanto al tipo de adicción y los usuarios que acuden a Proyecto Hombre no existe gran variación de un periodo a otro. La gran mayoría, superando el 80% de personas atendidas, son hombres y las sustancias principales que motivan la demanda son alcohol y cocaína, «habitualmente consumidas juntamente», como afirma García. Proyecto Hombre Salamanca ha venido atendiendo, además, a una mayor demanda de gente joven con drogodependencia, tal y como afirman García, Muiños y González.
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