De Argentina a Mogarraz pasando por las manos de Florencio Maíllo

Han pasado ya casi 10 años desde que, en 2012, en el pueblo de Mogarraz, 388 retratos de antiguos vecinos poblaron la localidad salmantina. Lo que empezó con una exposición que duraría unos meses se ha convertido en una seña de identidad que está cerca de cumplir los 10 años.

Todo empezó gracias a Florencio Maíllo, el artista que decidió recuperar el archivo fotográfico de Alejandro Martín Criado, quien realizaba las fotos del DNI para los mogarreños y mogarreñas. Maíllo decidió entonces pintar sus retratos a través de aquellas instantáneas sin saber que a día de hoy el municipio contaría con unos 700 retratos decorando sus calles.

Desde El Norte de Castilla, hemos podido hablar con Florencio. Nos explica que los primeros retratos tenían que ver con «los guardianes del pueblo», es decir, los que no habían abandonado la localidad. Sin embargo, los últimos 400 son personas que han llegado de algún modo u otro a Maíllo, a través de familiares, amigos o conocidos, para ser inmortalizados en Mogarraz.

Concretamente los 4 que fueron colocados ayer son «muy significativos» tal y como explica el artista. «Se trata de dos parejas. La primera emigró en 1921 a América, cogiendo el barco en Vigo, se marcharon a Argentina. Vivieron toda su vida en Córdoba y no volvieron».

¿Pero cómo llega entonces la historia a las manos de Maíllo? En este caso, una de las nietas de la pareja es quien contacta con el pintor para ponerle al corriente de la situación y expresarle su deseo de que formen parte de las pinturas del pueblo.

Además, Florencio nos cuenta que se trata de un caso «muy emotivo» porque al parecer la pareja, Miguel Jesús Inestal Criado, de Mogarraz; y Cecilia Martín Gómez, de La Alberca; habrían emigrado con 18 años a Argentina para poder casarse y vivir juntos ya que «en aquella época estaba muy mal visto que se casaran personas jóvenes de diferentes pueblos».

En cuanto a la otra pareja, se trata de dos personas que marcharon en la primera inmigración de los años 60, después de que se abrieran las fronteras durante la dictadura de Franco en 1959. «Pero ellos no se van a Europa, deciden moverse a Asturias y nunca más regresaron al pueblo. Eran personas muy humildes y no tenían recursos, por eso al final nunca volvieron a pesar de que en Mogarraz se quedaron algunos de sus familiares».

En esta ocasión es la hija de ambos la que contacta con Florencio para que de algún modo estuvieran representados en su pueblo junto a sus hermanos su padre y su madre.

«Es curioso como este tema de identidades retratadas tiene que ver con la memoria y la recuperación de la identidad de esas personas que forman esa última cartografía de mogarreños y que con motivo de la emigración se va deshaciendo».

Además de estas cuatro nuevas historias que ya forman parte de las calles de Mogarraz, Maíllo señala que tiene aproximadamente otros 6 retratos pendientes de hacer que ayudarán a ampliar la colección y conmemorar los 10 años de la primera exposición.

En cuanto al total de las obras, Florencio Maíllo nos confiesa: «yo he ido pintando desde hace trece años, comencé tres años antes de la instalación de las pinturas en el pueblo. He realizado unos 813 retratos a pesar de que tenemos aproximadamente 700 colocados por el pueblo». Además, también indica que, entre estos 813, del mismo modo que se encuentran retratos de vecinos del pueblo también aparecen personajes ilustres que han pasado por Mogarraz como el bañezano, Antonio Colinas, o el salmantino, Vicente del Bosque.

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