La Alberca: «Somos un pueblo solidario, con mucho que ofrecer»

Vivimos tiempos difíciles, de incertidumbre y los pueblosVivimos tiempos difíciles, de incertidumbre y los pueblos también. Parece lejano que la guerra, la peste o la crisis nos pueda afectar porque somos pocos, pero nos afecta y mucho, porque somos una parte de la sociedad muy importante y nos gustaría que se volvieran los ojos al mundo rural, porque también lo sufrimos. La Sierra de Francia, y en concreto La Alberca a la que tengo el gusto de representar, no es ajena a lo que está pasando y, una vez más, los pueblos estamos mostrando solidaridad en estos tiempos. Nos estamos volcando con la gente, somos refugio o lo hemos sido en la pandemia, y estamos en primera línea volcándonos con todos.

La Alberca es un pueblo que vive del turismo y no hemos sido ajenos a esta crisis. Pero si algo debemos destacar es el emprendimiento, la fuerza, el trabajo de la gente de La Alberca, que hace cada día del municipio un pueblo más bonito, más maravilloso y muy apreciado.

Mantener las tradiciones no sólo se hace para tener el pueblo atractivo a ojos de los visitantes sino porque las vivimos, las sentimos, son nuestras y nos gusta exponerlas al mundo y disfrutar con ellas. Además, tenemos la obligación de dejárselas a nuestros hijos y nietos tal y como nos las dieron nuestros padres y abuelos. Es algo que tenemos muy metido en el ADN y hay tradiciones para todos los gustos y todo el mundo puede sentirse representado.

La Alberca tiene mucho que contar, no sólo es escenario y arquitectura, sino trabajo, esfuerzo, sentimiento e historia viva. La Alberca ha pasado a lo largo de la historia por muchos momentos, buenos y malos, de pena y de gloria, que han forjado el carácter de sus gentes. Tenemos hitos históricos que debemos mostrar al mundo, como la guerra civil castellana, en la que las mujeres defendieron su pueblo y arrebataron el pendón a las tropas portuguesas del Prior de Ocrato, algo que celebramos en una fiesta local muy querida, el Día del Pendón. Otro momento histórico es la visita de Alfonso XIII en 1922, que marcó un antes y un después y de la que este año celebramos el centenario. Con ello queremos mostrar todo lo que ofrecemos: calidad, aire puro, patrimonio, cultura, autenticidad...; y solo pedimos que nadie nos ponga trabas a la hora de desarrollar nuestra vida en el mundo rural, educación y sanidad. Mucho que ofrecer y poco que pedir. también. Parece lejano que la guerra, la peste o la crisis nos pueda afectar porque somos pocos, pero nos afecta y mucho, porque somos una parte de la sociedad muy importante y nos gustaría que se volvieran los ojos al mundo rural, porque también lo sufrimos. La Sierra de Francia, y en concreto La Alberca a la que tengo el gusto de representar, no es ajena a lo que está pasando y, una vez más, los pueblos estamos mostrando solidaridad en estos tiempos. Nos estamos volcando con la gente, somos refugio o lo hemos sido en la pandemia, y estamos en primera línea volcándonos con todos.

La Alberca es un pueblo que vive del turismo y no hemos sido ajenos a esta crisis. Pero si algo debemos destacar es el emprendimiento, la fuerza, el trabajo de la gente de La Alberca, que hace cada día del municipio un pueblo más bonito, más maravilloso y muy apreciado.

Mantener las tradiciones no sólo se hace para tener el pueblo atractivo a ojos de los visitantes sino porque las vivimos, las sentimos, son nuestras y nos gusta exponerlas al mundo y disfrutar con ellas. Además, tenemos la obligación de dejárselas a nuestros hijos y nietos tal y como nos las dieron nuestros padres y abuelos. Es algo que tenemos muy metido en el ADN y hay tradiciones para todos los gustos y todo el mundo puede sentirse representado.

La Alberca tiene mucho que contar, no sólo es escenario y arquitectura, sino trabajo, esfuerzo, sentimiento e historia viva. La Alberca ha pasado a lo largo de la historia por muchos momentos, buenos y malos, de pena y de gloria, que han forjado el carácter de sus gentes. Tenemos hitos históricos que debemos mostrar al mundo, como la guerra civil castellana, en la que las mujeres defendieron su pueblo y arrebataron el pendón a las tropas portuguesas del Prior de Ocrato, algo que celebramos en una fiesta local muy querida, el Día del Pendón. Otro momento histórico es la visita de Alfonso XIII en 1922, que marcó un antes y un después y de la que este año celebramos el centenario. Con ello queremos mostrar todo lo que ofrecemos: calidad, aire puro, patrimonio, cultura, autenticidad...; y solo pedimos que nadie nos ponga trabas a la hora de desarrollar nuestra vida en el mundo rural, educación y sanidad. Mucho que ofrecer y poco que pedir.

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