![Todos los acusados por el crimen de 'El Chispi' se declaran inocentes](https://s3.ppllstatics.com/salamancahoy/www/multimedia/2023/04/24/audiencia-U190846362282iP-U200137726437UJ-1200x840@SalamancaHoy.jpg)
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La primera mañana del mediático juicio por la muerte de 'El Chispi' en un turbio asunto de tiros, odios y relaciones sentimentales cruzadas ha terminado con las intervenciones en las que los abogados defensores han declarado la inocencia de los tres encausados y de dos mujeres acusadas por los hechos, para lo cual se han escudado en parte en la ley gitana y, en parte, en eludir la autoría, informan desde Salamancahoy.
Por un lado, cargándosela al único acusado que no puede defenderse: 'el Pepón', fallecido en prisión y que se autoinculpó en una nota hallada en su celda cuando se le encontró ahorcado con una sábana. Y por otro, en el caso de dos de los acusados, señalando a otro como el único que, junto al Pepón, fue reconocido por la viuda del tiroteado.
En torno a las 13.20 ha arrancado uno de los juicios más esperados en Salamanca, el proceso por el asesinato de 'El Chispi', tiroteado hasta la muerte en plena calle en el barrio del Tormes de la capital. El juicio, previsto para los próximos tres días, arrancaba este lunes a las 10 con la selección del jurado popular que ha llevado cerca de dos horas y media; el proceso ha generado gran interés mediático y ha obligado a reforzar la presencia de efectivos de Policía Nacional.
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La Fiscalía pide 22 años de cárcel por el delito de asesinato a 'El Vinas', por el delito de asesinato; otros dos años por tenencia ilícita de armas prohibidas y tres meses de multa por delito de lesiones. Para Rocío B.G. se piden 18 años de prisión por asesinato, dos más por tenencia de maras y tres meses por lesiones. Y para Rafael S.J., 'Moso', la Fiscalía pide 18 años de prisión por asesinato.
El juicio ha arrancado con la pregunta del juez a los encausados sobre si conocían los hechos. En el primero de los tres casos, Cristóbal Motos Salazar 'El Vinas', ha dicho conocer los hechos y las penas, pero no así en el segundo caso, Rocío Becerro González, con lo que se ha procedido a la lectura de la calificación y los hechos por el secretario, lo que ha permitido recordar los hechos que se les imputan.
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Según el relato, fue Estrella González Motos, alias 'Shamira', la que observando en el centro de salud de San José que estaban El Chispi, su pareja y su hija. Entonces, avisó a Sinforiano García Motos, el 'Pepón, por whatsApp de esta circunstancia a pesar de que este último le pegó unas semanas antes a El Chispi un tiro en la pierna. A partir de ese momento, Sinforiano y su padre Cristóbal Motos Salazar 'El Vinas', con la pareja sentimental del primero se dirigieron al entorno del centro de salud para vigilar al Chispi. La propia Rocío entró en un momento pasadas las 13.30 horas donde comprobó que su objetivo estaba en el interior, de lo que informó a su pareja y su padre, para que dieran muerte a El Chispi.
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Al llegar este con su mujer y su hija a la calle Maestro Soler, entre los barrios de El Tormes y San José, Sinforiano y Cristóbal, portando respectivamente un revólver y una pistola, le abordaron, el joven se percató de lo que iba a ocurrir y salió huyendo con su hija en brazos. Le dispararon por la espalda, hasta cinco veces, le alcanzaron y le remataron en el suelo con otros dos disparos en la cabeza. Posteriormente procedieron a huir en el coche dispuesto, un Seat Alteta granate, conducido por un joven sin carné de conducir. Huyeron para ocultarse primero en Madrid y luego en un municipio de la provincia de Valladolid, Tudela de Duero, donde fueron detenidos semanas después.
A partir de ahí, se ha conocido el trasfondo sentimental del crimen ya que, según el relato del fiscal, 'El Chispi' tuvo una relación previa con un familiar de Sinforiano, que no salió bien, lo que enturbió las relaciones. El consejo gitano estableció un destierro de 45 días para el fallecido, que Sinforiano y Cristóbal consideraron quebrantada. En octubre de 2019, se encontraron en la calle 'El Chispi' y 'El Vinas', discutieron, el primero le pidió esperarle y, a su regreso, «se descamisó y le gritó 'qué vas a hacer'». En el tiroteo, El Chispi resultó herido y acudió al Hospital, pero renunció a ir al juzgado, aunque el procedimiento continuó e intentó citarle, algo a lo que se resistió. En enero de ese año, se conseguía citarlo, pero 24 horas después se produjo el tiroteo y muerte de El Chispi.
Las cámaras de seguridad presentes en la zona recogieron imágenes de la víctima, de los acusados, de la entrada de una de las acusadas en el centro de salud para dar el aviso de la presencia del Chispi y su vigilancia, y de los movimientos de todos los implicados, acabando en su huida. También se han podido seguir las llamadas telefónicas realizadas, horas y momentos, pero no su contenido; y conversaciones telefónicas posteriores que ayudaron a determinar como dos de los autores intentaron inculpar a uno de los participantes.
Posteriormente ha intervenido el abogado de la acusación particular, el mediático Carlos García Montes, que ha relatado que fue telefoneado por la viuda de 'El Chispi', que le propuso hacerse cargo del procedimiento a pesar de que no tenía recursos. «No queremos ser abogados sólo de los que pagan bien, queremos justicia», ha afirmado el conocido abogado que ha calificado de «buen padre» y que «estaremos abiertos a que nadie quiera convertir a la víctima en culpable».
El abogado de la víctima ha destacado que su defendido fue «ejecutado» con su hija en brazos «como las ratas de ETA» con «alevosía» y «ensañamiento» por la cantidad de disparos que los presuntos autores propinaron al fallecido al que abordaron «embozados» lo que dificultó su identificación.
A partir de ahí, han empezado las intervenciones de los abogados de los acusados que han negado la cooperación de las mujeres y la colaboración o autoría de l. El primero, el de Susana, ha asegurado que los asesinos del Chispi son dos personas y no tres, dejando fuera a su representada, y que «como muchas películas» cada uno de los implicados «tiene su propia historia».
El defensor de una de las acusadas ha apelado al nivel de participación de su defendida y a la «intrahistoria» detrás de lo ocurrido, en referencia el incidente anterior. En este punto, incidió en que el asunto se trató en la justicia española, donde se archivó, y en la justicia gitana, que terminó en el destierro de El Chispi, que fue quien recibió el disparo en aquel primer incidente.
El abogado ha planteado una versión diferente en la que Susana y su marido Rafael se vieron abordados en su coche por uno de los autores de los disparos y decidieron seguir adelante, pero acabaron huyendo y refugiados en la misma localidad.
En la misma línea se manifiesta la abogada defensora de Rafael que asegura que «huyen» porque tenían miedo «porque en la cultura gitana una vida se paga con otra vida», motivo por el que convivieron con uno de los autores y su mujer, el Pepón y Estrella, «eran dos parejas que a la fuerza estaban conviviendo juntas» y que a Rafael «se le ofrece hacerse cargo de su hijo con tal de que se lo coma» y asuma la autoría.
En este punto, ha recordado como Rafael 'moso' fue agredido y estuvieron «a punto de cortarle el cuello» en prisión. «Ni antes tuvo nada que ver ni participó en la muerte del Chispi, sino que por esas cosas que pasan, entró en su coche un señor que acaba de matar a tiros a una persona y le dijo »tira«», ha asegurado para pedir su inocencia.
La abogada de Estrella, alias 'Shamira', al que el caso le llegó del turno de oficio, ha defendido su inocencia, aunque ha reconocido que sí llamó a su pareja, uno de los autores, para comentar que El Chispi estaba en el centro de salud ya que había sido desterrado por un proceso de ley gitana.
Por último, el abogado de Cristóbal Motos, El Vinas, y Rocío, su pareja sentimental, para los que piden la libre absolución por no quedar acreditadas las acusaciones del ministerio Fiscal y la acusación particular, la de la víctima. «El señor Pepón sí fue el autor de la muerte del Chispi, se está buscando ahora un autor, y el otro es el Rafi, el mismo al que la única testigo presencial, la viuda, y los únicos a los que identificó», ha asegurado.
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