Cecilia Hernández
Jueves, 9 de marzo 2017, 12:56
El ya tradicional homenaje que el Ayuntamiento de Salamanca, a través del Consejo Sectorial de la Mujer, realiza el 8 de marzo se convirtió ayer en una reivindicación de más presencia de la mujer en puestos de responsabilidad. Una pelea en contra de esa discriminación que se configura metafóricamente en el denominado techo de cristal de la que pueden dar buena cuenta las tres homenajeadas ayer en el teatro Liceo: Araceli Mangas, catedrática de Derecho Internacional Público de la Universidad Complutense de Madrid, Salud Parada, escultora y pintora, y Elena Pérez, empresaria.
Publicidad
Más información
Tres pioneras que saben bien lo que es desenvolverse en un mundo de hombres, como indicó la concejala de Familia e Igualdad de Oportunidades, Cristina Klimowitz, que actuó un año más como maestra de ceremonias de este evento. En primer lugar, Araceli Mangas, ilustre eminencia en el ámbito del Derecho Internacional Público, durante 20 años catedrática en la Universidad de Salamanca y desde 2011 catedrática en la Complutense. Mangas fue clara a la hora de denunciar la escasa presencia de mujeres en puestos de responsabilidad dentro del mundo de la Justicia. «Hay muchas juezas, pero sólo 13 mujeres son presidentas de audiencias provinciales, y no digamos lo que sucede en el Supremo o en el Constitucional, donde se cuentan con los dedos de una mano», señaló la catedrática, para quien cuando se trata de «responsabilidad o reconocimiento» existe un techo a partir del cual «los hombres ya no permiten la presencia de mujeres».
En el mundo de la universidad, no obstante, Mangas fue más optimista, con la excepción de carreras más científicas como ingenierías o Medicina. «En los grados de Letras, como Derecho, trabajando se puede llegar a ser catedrática, en iguales condiciones que los hombres», aseguró, aunque volvió a incidir en la mayor presencia de reconocimiento para el sexo masculino. «Ellos son más pavos reales, nosotras nos aguantamos y no pedimos nada», explicó, en declaraciones a los medios momentos antes de subir al escenario del teatro Liceo. Una vez allí, Araceli Mangas, sin papel al que asirse y utilizando sus proverbiales dotes oratorias de catedrática, lanzó un mensaje de esperanza al recordar los avances en materia de igualdad de la sociedad española en los últimos 40 años.
Porque en España, dijo, «no somos dados al orgullo», pero en este tiempo se ha conseguido mucho, aunque todavía quede mucho por hacer. Y es que, indicó la profesora, «la Humanidad durante mucho tiempo se ha perdido la riqueza de las mujeres en el trabajo», pero nuestra sociedad tiene suerte de pertenecer la Unión Europea, aseguró, ya que se trata de un espacio común que está «a la vanguardia» en materias de igualdad. De igual modo, a escala planetaria, España ocupa el número 26 en el ranking de países más igualitarios.
«Si otros lucharon, nosotros no nos vamos a quedar con las manos quietas», alentó, porque «en España aún queda mucho por hacer», sobre todo en lo que afecta a las mujeres en situación de exclusión o pobreza, que son las que más sufren las discriminaciones, sin olvidar, recordó, las víctimas de la violencia de género. «Se arrancan vidas cada semana sólo por ser mujer», apuntó, no sin antes reclamar la eliminación de las «discriminaciones indirectas, que pasan desapercibidas por pura costumbre» y pedir más cuidado a las agencias de publicidad, para que no fomenten «la cosificación de la mujer».
Publicidad
Por su parte, María Salud Parada, escultora que pinta, como ella misma se define, subió al escenario del Liceo a realizar una reivindicación por todas aquellas compañeras de profesión que, a lo largo de la Historia, vieron su nombre borrado por el simple hecho de ser mujeres. La autora de la escultura a Santa Bonifacia Rodríguez llevó al público que abarrotaba el patio de butacas a una ruta por los siglos, comenzando con Plinio el Viejo, en el año 24 antes de Cristo. Aquel escritor fue el primero en mencionar en sus obras a tres mujeres artistas, pero, tras esa cita, no hay más rastro en la Historia hasta diez siglos después, indicó Parada. «Diez siglos en los que no hubo ninguna mujer que no pintase o esculpiese», insistió la artista para demostrar la nula posibilidad de que algo así sucediese.
Pero las cosas no son mejores en el siglo XXI, añadió Salud Parada, tras repasar el Renacimiento y el florecimiento cultural y artístico femenino de los siglos XIX y XX. Ahora mismo, en 2017, tan sólo el 5% de las obras que se exponen en el museo Metropolitan de Nueva York pertenecen a mujeres. Una circunstancia que se da porque los puestos directivos «siempre lo ocupan hombres». Parada denunció así el «desfase» que existe entre sexos en el mundo del arte y terminó su intervención con una cita de Leonardo da Vinci: «soy un artista y busco la belleza y la verdad».
Publicidad
Por ultimo, Elena Pérez, empresaria, pionera y luchadora en un mundo de hombres, como es el de la conducción de camiones. Así la presentó Cristina Klimowitz, como la primera mujer salmantina que hace 40 años se puso al volante de un camión, algo que sigue haciendo hoy en día, con 70 años cumplidos. «Sigue activa al frente del negocio y se la puede ver algunos días yendo a por los residuos en los pueblos de la provincia», señaló la concejala. Elena Pérez declinó la posibilidad de dar discurso, y se limitó a agradecer emocionada este reconocimiento, aunque en declaraciones previas a los medios sí que recordó las «cortapisas» que tuvo que superar hace 40 años, cuando se metió de lleno en el mundo de los camiones, «un mundo de hombres» y todo lo que tuvo que luchar para salir adelante.
0,99€ primer mes
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.