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Luis Miguel de Pablos
Jueves, 2 de marzo 2017, 19:49
Hay que escarbar mucho para encontrar hoy día una actriz con tantos proyectos de calidad como los que caen en manos de Blanca Portillo. Con papeles como el de Segismundo aún en la retina, la actriz tiene ahora el privilegio de subirse a escena de la mano de Juan Mayorga y de colarse también en la pequeña pantalla junto a Pau Freixas (Sé quien eres), dos genios que marcan el paso en la actualidad en sus respectivos géneros. En El cartógrafo vuelve a rizar el rizo junto a José Luis García-Pérez para dar vida a los doce personajes que ideó Mayorga para trasladar a las tablas su particular mirada al Holocausto de la Varsovia de los años 30.
Blanca Portillo (Madrid, 1963) llega este sábado al Teatro Liceo. Yen él nos dejará un puñado de incógnitas y no pocas preguntas, muchas de ellas sin respuesta.
Se trataba, sin duda, de una apuesta arriesgada que está teniendo una gran respuesta del público.
Está siendo una aventura maravillosa. Cuando empezamos no sabíamos cómo iba a resultar, lo único que teníamos claro era lo que sí queríamos hacer porque todo lo que se ha hecho ha sido por consenso absoluto de todos. Todos estábamos enamorados con el proyecto pero hasta que no se pone en contacto con el espectador, no sabes cómo va a resultar, y la verdad es que la respuesta de los espectadores está siendo maravillosa.
Mayorga la ideó en un viaje a Varsovia en el año 2008, y enseguida le puso Blanca a su personaje femenino pensando en usted... con un matiz importante. ¡Era una obra para doce personajes!
Sí. Cuando me enseñó el guion en 2008, me encantó y siempre he querido hacerla. El único pero era que tenía doce personajes, y ya sabemos que desde el punto de vista de la producción, levantar un proyecto con doce personajes es muy complicado para una compañía privada. Incluía también una niña, y durante años estuvimos hablando la posibilidad de reducirlo. Primero se limitó de doce a ocho, se planteó que fuera una adolescente en lugar de una niña, porque una menor también supone problemas, y bueno, a partir de ahí y de las ganas que tenía de trabajar mano a mano con José Luis García Pérez le propuse la locura de hacerlo todo entre los dos. A él le fascinó la idea, y la propia estructura de la obra con escenas que siempre son dos personajes en escena, hizo que todo cobrara sentido. Finalmente el hecho de que seamos dos refuerza la idea cartográfica de la función.
Un trabajo especial preparar varios personajes en una sola obra.
Es un trabajo apasionante porque hemos trabajado cada uno de esos personajes con toda la profundidad que se necesitaba, y para un actor es un privilegio poder desarrollar tantos personajes en una sola función.
¿Existe algún personaje que le resulte más fácil de domar o alguna piel con la que se sienta más cómoda?
No. Cada uno tiene su grado de dificultad. Personalmente todavía no he encontrado un personaje que sea fácil. Todos se resisten, tienen su complicación y requieren de mucho trabajo.
Sin embargo al de jueza empieza a habituarse con aquella serie Acusados y ahora Sé quien eres.
No creas. No es la profesión lo que determina al personaje. Lo determina el carácter, su forma de ser, lo que le conmueve,...
Jueces que hoy están cada día en los telediarios, ¿le inspira algo para preparar sus personaje?
No, no. Porque cada persona es un mundo. Es cierto que interpretas a un juez, pero ¿cómo es ese juez? Cada uno es de una manera.
Mayorga en teatro, Pau Freixas en televisión,... ¿se pellizca usted por las mañanas?
Tengo la suerte de trabajar con gente muy interesante, cada uno en su faceta. Para mí Juan (Mayorga) es el autor vivo más importante que tenemos. Está testadísimo porque es el autor más publicado y más traducido. Y Pau (Freixas), dentro de la televisión tiene mucho que contar, que hacer y que decir dentro de la ficción. Además de ser un genio, es un ser maravilloso trabajando. Me siento una privilegiada. Tengo mucha suerte, la verdad, aunque también hay que decir que la busco. Siempre que puedo me gusta elegir.
¿Es más fácil si la suerte le pilla trabajando?
¡Exacto! Ése es mi caso, así de claro.
Y por si fuera poco, está a punto de cambiar de registro una vez más para hacer de presentadora en un proyecto llamado Ellas.
Es una experiencia muy especial. Nunca he hecho nada parecido. Soy una persona muy curiosa por naturaleza y cualquier persona me despierta un profundo interés. Soy preguntona, me gusta saber, y cuando me presentaron este proyecto, enseguida ví que lo tenía todo y dije que me interesaba. No soy presentadora, simplemente me voy a limitar a conducir un programa y a hacer preguntas que haría aunque no hubiera una cámara delante. Es un programa que investiga a pioneras en este país, a mujeres que han hecho que el lugar de la mujer avance, y es algo que siempre me ha atraído. Es un proyecto precioso y nuevo porque no interpreto. Me voy a mostrar tal cual soy. Yo a mi misma me aburro bastante, me parecen bastante más interesantes mis personajes, y aquí vamos a descubrir a mujeres que brillan por su trabajo.
¿Sus entrevistados son todo mujeres?
Sí y son mujeres que ahora pueden desarrollar su trabajo porque alguien en su momento tuvo el valor de hacerlo.
Aprovechando que este domingo es el Día Internacional de la Mujer, le animo a que lance una reflexión sobre el papel de la mujer en su mundo y en otros mundos.
Sigo pensando que tenemos muchísimo camino por recorrer todavía. Es posible que el mundo del actor donde más mujeres nos encontramos, pero hay otras facetas como la dirección o la producción donde las mujeres seguimos teniendo problemas. Sinceramente el cambio tiene que venir por parte de los hombres. Nosotras hacemos un trabajo y un esfuerzo diario reconocible, y ahora es la mentalidad masculina la que tiene que cambiar.
¿Sigue habiendo falta de oportunidades?
Exacto. Falta de oportunidades y también hay una serie de arquetipos que son muy difíciles de romper. Ideas que todavía cuesta asimilar. Nos cuesta pensar que haya una mujer que se haya presentado a presidenta de los Estados Unidos, algo que debería ser normal. Y seguimos celebrando el Día de la Mujer porque todavía hay cosas por resolver.
¿Ha notado alguna vez alguna traba para desarrollar su profesión?
Son dificultades. Te encuentras gente que le da menos credibilidad a una mujer. Si a ti te nombran director, la gente no va a poner en duda tus conocimientos. Sin embargo con las mujeres sigue habiendo muchas reservas.
¿Hablamos de un problema cultural, de educación,..?
Sí. Es algo cultural que hay que afrontar todavía y resolver. Cuando veo los libros de textos que estudian los niños, los ejemplos femeninos son mínimos, casi inexistentes, cuando hay mujeres brillantes en todos los ámbitos. Por ejemplo, tiene que venir Hollywood a contarnos que hay mujeres que son artífices de muchos de los trabajos de la NASA.
Usted es voz autorizada porque tuvo que sentarse en un despacho a gestionar y negociar contratos como directora del Festival de Mérida. ¿Le costó meterse en el papel?
No, pero sentí muchas veces la sensación de que al ser una mujer, las cosas no van a ir bien.
¿Qué querría a día de hoy Blanca Portillo que no se perdiera en el mapa de su vida?
Pues una de las cosas que conforman el mapa de mi vida son algunas personas más importantes con las que me he cruzado y a las que no querría perder nunca.
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