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El obispo de Salamanca, atiende a las explicaciones durante su visita a las obras.
La Iglesia pide más apoyos para desarrollar el proyecto ‘Ranquines’

La Iglesia pide más apoyos para desarrollar el proyecto ‘Ranquines’

Cecilia Hernández

Jueves, 16 de febrero 2017, 06:14

«Nos gustaría que a partir de ahora se implicaran también las administraciones públicas». Con sencillez, pero con contundencia, Francisco Berbegal, coordinador del área social de la Congregación de la Misión (Padres Paúles), reclamó ayer que las instituciones den un paso al frente y tomen ejemplo de lo que está haciendo la Iglesia a través del proyecto Ranquines. Y es que ayer se anunció, en una rueda de prensa con la presencia del obispo de la Diócesis, Carlos López, el inicio de las obras de lo que será el Centro de Día para personas con enfermedad mental y en riesgo de exclusión social en el edificio de los Padres Paúles en Santa Marta de Tormes. Es el comienzo del proyecto Ranquines, fruto de la Asamblea Diocesana, y en el que participan la Diócesis de Salamanca, Cáritas Diocesana, la provincia canónica de Salamanca de la Congregación de la Misión, las religiosas Esclavas del Sagrado Corazón de Jesús, las hermanas de Nuestra Señora de la Consolación, la parroquia de El Milagro de San José y las religiosas de los Sagrados Corazones.

En esta primera fase, que dio inicio hace pocos días, se está reformando parte del semisótano y planta baja de la fachada principal este de los Paúles. Allí se ubicará el Centro de Día, que tendrá capacidad para acoger a 40 personas, según las estimaciones iniciales, aunque este número podrá ampliarse. Y es que, relató Berbegal, los talleres que se ofrecerán serán voluntarios, es decir, nadie, si no lo desea, tendrá que permanecer en el centro desde la mañana a la tarde, sino que los usuarios podrán variar de actividades, de modo que la cifra final de personas atendidas podría crecer.

Este centro dará respuesta a una necesidad evidente, detectada a través de Cáritas, y que se hace palpable en épocas como la invernal, cuando el proyecto Molokai sale a las calles para intentar que aquellos que viven en la calle busquen refugio en los centros de acogida. Muchos rechazan esa ayuda y prefieren seguir a la intemperie, presas de enfermedades mentales de diversa índole que podrían tratarse. «Ya nos han llamado de Valladolid para derivarnos a gente», apuntó en este sentido el coordinador del área social de los Paúles, para demostrar la fuerte demanda que existe de un recurso de estas características.

El presupuesto de las obras es de 490.000 euros, que corren a cargo de la Congregación de la Misión, que también cede las instalaciones. La coordinación y gestión del Centro de Día, que abrirá sus puertas a finales de septiembre, corresponderá a Cáritas Diocesana, cuya presidenta en Salamanca, Carmen Calzada, asistió a la rueda de prensa ofrecida en la Casa de Espiritualidad de los Padres Paúles. Cabe señalar en este punto que, desde que dio a conocer el proyecto, el pasado mes de septiembre, Cáritas ha recaudado 75.600 euros en donaciones particulares, tanto derivadas de la gran colecta que se hizo en las iglesias de la Diócesis el 25 de septiembre, como de aportaciones que particulares han ido haciendo directamente en Cáritas desde ese momento.

Se constituirá asimismo una comisión que estará compuesta por un representante de cada una de las entidades firmantes del proyecto, para todo lo referente a su gestión y organización. La previsión de personal contratado es de un coordinador, un psicólogo, dos monitores de talleres y dos educadores, más el voluntariado con el que se cuente en cada momento. El Centro de Día contará, en la planta semisótano, con una recepción, sala de estar, comedor, office, aseos, vestuarios, sala de voluntarios, cuarto de limpieza y cuarto de calderas. Y en la planta baja se ubicarán tres aulas para talleres, una sala polivalente, el despacho del coordinador, despachos para los educadores, despacho sanitario, despacho de entrevistas, sale de reuniones, almacén, archivo y aseos.

Pisos de inserción

«Este es un proyecto que se divide en tres fases, el centro de día, la residencia y los pisos de inserción», recordó Berbegal. La residencia, de 16 habitaciones con aseos incluidos, se construirá en la primera planta del edificio de la Congregación de la Misión, también decida por esta orden religiosa para el proyecto. Es aquí cuando el coordinador solicitó la ayuda de las instituciones públicas, para poner en marcha esa pequeña residencia que dará cobijo y tratamiento a enfermos mentales. Y el siguiente paso serán los pisos de inserción, ubicados en «diferentes barrios de la ciudad», en los que los usuarios podrán hacer vida normalizada, «siempre con seguimiento», de cara a su completa inserción en la sociedad.

De igual modo, desde Cáritas se prevé dar apoyo a personas que padezcan estas enfermedades pero que no estén en riesgo de exclusión social, sino que vivan con sus familias. Sería un modo de ayudar a los familiares a sobrellevar la carga. «La prioridad serán aquellos que estén en una situación más problemática, pero se puede llegar a acuerdos de colaboración con las familias o con organizaciones para que enfermos más normalizados puedan venir a pasar parte de la mañana en los talleres», apuntó en este sentido Francisco Berbegal.

Talleres que no tienen por qué ser sólo los que se ofrezcan dentro de los Paúles, ya que la intención es sacar esas personas a la sociedad y que puedan participar en la vida diaria, acudiendo al gimnasio o a cursos, siempre bajo supervisión.

Finalizada la rueda de prensa, el obispo y el resto de representantes de órdenes religiosas visitaron las obras en el semisótano de la residencia de los Paúles.

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