![Nueva sede llena de ilusión y ganas](https://s2.ppllstatics.com/elnortedecastilla/www/pre2017/multimedia/noticias/201701/23/media/cortadas/Imagen%20DSC_0103_xoptimizadax-kQfD-U211582183057ZHH-575x323@Norte%20Castilla.jpg)
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Cecilia Hernández
Lunes, 23 de enero 2017, 18:22
La hermandad de Nuestro Padre Jesús del Perdón y, por tanto, la Seráfica Hermandad del Cristo de la Agonía están de estreno. Tras cinco años de espera, han conseguido una sede, ubicada en el espacio de participación ciudadana de la plaza de San Vicente. O, mejor dicho, la asociación cultural Nuestro Padre Jesús del Perdón ha conseguido ese lugar, cedido por el Ayuntamiento para el desarrollo de sus actividades. «Nos va a venir más que bien», comenta, muy contento, el hermano mayor Julián Pérez-Moneo. Y es que, dentro de la campaña de revitalización y puesta en valor de ambas hermandades que comenzó el año pasado, tener una ubicación física, a la que los cofrades puedan dirigirse, en la que poder organizar actos y en la que poder guardar y archivar documentación y algunos objetos es un paso muy importante.
Dentro de esa campaña de revitalización de esta cofradía, fundada en 1926 por los comerciantes de la época, destaca la captación de nuevos hermanos que, por el momento, se ha saldado con 23 nuevas altas. Eso sí, la intención es seguir creciendo hasta llegar a duplicar el número de hermanos actuales, para que no haya problemas a la hora de organizar los desfiles procesionales. Por ello, de cara a la Cuaresma que comenzará el próximo 1 de marzo se pondrá en marcha de nuevo este programa de captación de cofrades.
«Ideas, ilusión y ganas de trabajar no nos faltan», remarca el hermano mayor, muy satisfecho también por el buen resultado de la campaña de Navidad. La rifa El gran mogollón no pudo salir mejor, ya que el ganador decidió donar todos los premios a la hermandad. Un anónimo benefactor que ha dado un impulso muy cuantioso, de casi 5.000 euros, a las arcas de la Seráfica y el Perdón. «Esta junta de gobierno entró hace casi un año, éramos novatos y nos ha costado adaptarnos, pero creo que hemos hecho las cosas bien y se empieza a notar», señala Pérez-Moneo.
En el aire y pendientes de realización quedan proyectos como la incorporación de una Virgen a la procesión de Nuestro Padre Jesús del Perdón en la tarde del Domingo de Ramos. Las negociaciones con la archicofradía del Rosario, propietaria de la imagen, están avanzadas, pero esta próxima Semana Santa no será posible, como confirma el hermano mayor. No obstante, la idea está ahí y se quiere llevar a cabo, con intención de recuperar relevancia y cofrades. «La procesión del Perdón tiene entidad propia, es la única que no pasa por el centro de la ciudad, es puramente de barrio y contiene uno de los actos más importantes de la Semana Santa, el indulto del preso», recalca Pérez-Moneo.
Pero la incorporación de esa imagen mariana trae consigo otro aspecto a resolver: la necesidad de un lugar en el que darle culto. La sede canónica de la hermandad del Perdón, el convento de las Bernardas, no parece el más adecuado, toda vez que hace más de un año que las monjas ya no viven allí. La falta de vocaciones obligó a la orden cisterciense a desalojar el convento salmantino, que siguen utilizando como lugar de descanso cuando algunas hermanas viajan entre los conventos de Toledo y Benavente.
Pero allí, en el deshabitado monasterio, permanece el Cristo del Perdón, insigne obra de Bernardo Pérez de Robles. «El Cristo es suyo, eso no se puede discutir, pero en mi última conversación con la superiora me confirmó que todavía no hay tomada ninguna decisión», explica Julián Pérez-Moneo al respecto. Por lo tanto, esta próxima Semana Santa todo seguirá como siempre y el Cristo del Perdón saldrá de las Bernardas el Domingo de Ramos.
«Algún día habrá una noticia, buena o mala, y ese día se verá qué hacemos», añade el hermano mayor. Si el Cristo se queda en Salamanca pero el convento cierra, la hermandad se enfrenta al mismo desafío que en el caso de la compra de la imagen mariana: buscar un lugar adecuado para el culto. Pero eso queda para el futuro, un futuro lleno de proyectos e ilusiones.
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Iker Elduayen y Amaia Oficialdegui
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