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‘Molino’, escultura en bronce de Venancio Blanco expuesta en el Lecrác. A la derecha, uno de los dibujos.
El Quijote visto por Venancio Blanco

El Quijote visto por Venancio Blanco

El escultor salmantino sintetiza la esencia del universal personaje de Cervantes en una exposición abierta en Palencia

fernando caballero

Jueves, 29 de diciembre 2016, 20:39

La obra de Venancio Blanco no es desconocida en Palencia. El año pasado, con motivo del quinto centenario de la muerte de Santa Teresa de Jesús, los palentinos pudieron contemplar una exposición de dibujos y alguna escultura sobre la autora del Libro de las fundaciones. Ahora llega otra exposición monográfica dedicada al Quijote y a Cervantes por el cuarto centenario de la muerte del gran escritor.

Las dos exposiciones cuentan con el patrocinio del Instituto Castellano y Leonés de la Lengua y tienen como escenario del Centro Cultural Antigua Cárcel (Lecrác).

La actual muestra, que permanecerá abierta hasta el 8 de enero, está centrada en el proceso de creación del monumento que Venancio Blanco diseñó para el municipio madrileño de Valdepeñas con el Quijote y Cervantes como motivo principal. Es una exposición artística con un guiño didáctico, que se manifiesta en una colección de dibujos preparatorios del monumento y fotografías que ilustran las fases de la elaboración de la obra, además de los bronces finales y alguna pieza previa.

Venancio Blanco, uno de los escultores más reconocidos del panorama artístico nacional, nació en Matilla de los Caños del Río (Salamanca) en 1923 y fue Premio Nacional de Escultura en 1959 y de las Artes de Castilla y León en 2001. Fue además profesor, y entre 1981 y 1985 dirigió la Academia Española de Bellas Artes de Roma.

El monumento de Valdepeñas es una escultura de bronce que tiene unas dimensiones de 11 metros y un peso de 2.500 kilos, y está creado con la técnica de la fundición a la cera perdida. Lo que se puede ver en el Lecrác son varias piezas preparatorias y una serie de dibujos que también esbozan el resultado. Venancio Blanco creó un Quijote sintético, lineal, de huecos y espacios vacíos. Una recreación muy personal basada en el mundo plástico del escultor salmantino, en el que busca la esencia de los motivos que aborda, un esquematismo que, sin embargo, ofrece una sensación de movimiento, a la vez que de liviandad. El volumen de sus obras es interno, interiorizado en leves espacios enmarcados en una ligera armadura. Así es el Quijote de Valdepeñas y así es la obra de Venancio Blanco, un esquematismo que se constata también en los dibujos, de línea ágil y firme, que permiten esbozar la figura con un mínimo de trazos. Es una de las cualidades del gran dibujante, y Venancio Blanco lo es.

Dibujos de 1970

La exposición incluye dibujos del Quijote y Sancho realizados en 1970, lo que pone de manifiesto la querencia de este artista hacia el inmortal personaje cervantino, y unos cuantos dibujos que reflejan vistas desde el estudio en la Academia de Bellas Artes de Roma, que aportan además color.

También dos piezas escultóricas en bronce que no tienen nada que ver con Cervantes: Loba capitalina, de 1981, y Marco Aurelio, de 2005, que expresan la preocupación historicista del creador salmantino.

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