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Fachada del edificio de la Fundación Sánchez Ruipérez en Peñaranda de Bracamonte.
Desazón ante el despido de los últimos empleados de la Sánchez Ruipérez en Peñaranda

Desazón ante el despido de los últimos empleados de la Sánchez Ruipérez en Peñaranda

La familia anuncia una nueva fase para el centro, que se convertirá en parte en un museo dedicado a su creador

Cecilia Hernández

Jueves, 1 de diciembre 2016, 11:49

Como en la crónica de una muerte anunciada, ayer llegó la noticia más temida por muchos peñarandinos: el despido de los cinco últimos trabajadores de la fundación Germán Sánchez Ruipérez en el Centro de Desarrollo Sociocultural, buque insignia de la labor de mecenas del editor en su localidad natal. Un despido que se hará efectivo el 15 de diciembre y que supone el punto final a la larga despedida que la fundación mantiene con Peñaranda desde el fallecimiento de Germán Sánchez Ruipérez, a comienzos de 2012.

El Ayuntamiento de Peñaranda, a través de un comunicado, aseguró que ha estado trabajando en los últimos tres meses con la fundación en la «definición de la nueva fase de funcionamiento del Centro de Desarrollo Sociocultural».

Al parecer, el patronato de la fundación y la familia de Germán Sánchez Ruipérez mantienen la idea de que Peñaranda «se consolide como el centro emotivo y de relación con los usuarios», y pretenden dedicar parte del edificio «a la vida y obra de su creador». No en vano el CDS está construido en el solar donde estuvo la casa natal del mecenas: las antiguas escuelas del municipio, ya que su madre fue maestra.

El comunicado del Ayuntamiento continúa asegurando que la fundación seguirá dando cumplimiento a la «voluntad del mecenas en cuanto a la ligazón del edificio, sus contenidos y su historia a los ciudadanos e instituciones locales del municipio», y anuncia que la institución renovará «los esquemas de trabajo y las herramientas» para conseguir una mayor vinculación con la sociedad peñarandina, así como que los ciudadanos «van a seguir disfrutando de los mismos servicios». De igual modo, se anuncian «nuevas experiencias con la lectura».

De hecho, la alcaldesa del municipio, Carmen Ávila insistió en que «se mantendrán todos los servicios», lanzando un mensaje de tranquilidad a los peñarandinos. Además, explicó que se está trabajando «en un convenio con la fundación para definir la gestión y el funcionamiento del centro», aunque no quiso entrar en muchos detalles hasta que el acuerdo esté cerrado.

Pero pese a estas buenas palabras, la certeza de lo inevitable se adueñó ayer de Peñaranda ante la incertidumbre generada por esa «nueva fase» del Centro de Desarrollo Sociocultural, con el que han crecido varias generaciones de peñarandinos. Algunas fuentes señalan que el CDS pasará a estar gestionado por una empresa privada con la que la fundación mantendrá un acuerdo, en la línea de lo que sucedió con el Centro Internacional de Tecnologías Avanzadas hace dos años y medio. En el verano de 2014 la fundación se desligó de la gestión directa del gran centro tecnológico inaugurado en 2005, que pasó a la empresa Mares Virtuales, formada por antiguos trabajadores de la propia institución. Cabe añadir que el que fuera tercer centro de la fundación en Peñaranda, el Departamento de Análisis y Estudios, ya había desaparecido por aquel entonces.

No se dan fechas, no obstante, para esta nueva fase del CDS. Mientras tanto, trabajarán en el centro los dos bibliotecarios que paga el Ayuntamiento y el personal de la Escuela de Música, que es municipal.

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