Un farmacéutico pasa la tarjeta sanitaria de un paciente por el lector para poder acceder a la receta electrónica del mismo.

La receta electrónica se usa ya en el 50% de los casos en la provincia

Se calcula que en la farmacia que estrenó el método ya no se hacen en papel un 90% de las recetas

Jorge Holguera Illera

Lunes, 14 de noviembre 2016, 11:57

La receta electrónica se usa ya en la mitad de los casos en toda la provincia de Salamanca. El mes pasado, la utilización del nuevo sistema rondaba el 45% y con el tiempo se ha ido incrementando el porcentaje de uso de este método de suministro de fármacos prescritos, ganando terreno a la tradicional receta en papel.

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Esta semana se cumple un año de la implantación de la receta electrónica en la provincia de Salamanca, que se implantó gradualmente, y se estrenó el 18 de noviembre de 2015 en la Zona Básica de salud de Cantalapiedra. Precisamente, en la farmacia de esta localidad, la del licenciado Ángel Flores Estades, se calcula que cerca del 90%de las recetas ya son electrónicas. Pronto, el sistema llegará a aproximarse al 100%, aunque no del todo, porque «entre un 2 y un 5% de los casos seguirá usándose la receta papel por casos de urgencias, atención especializada, desplazamientos del médico al domicilio u otros casos especiales en que tendrán que seguir coexistiendo ambos sistemas, aunque la receta papel se irá desbancando poco a poco».

Estos porcentajes los facilita el Colegio Oficial de Farmacéuticos de Salamanca, al que pertenecen alrededor de 700 profesionales, y a cuya cabeza se encuentra el también farmacéutico, Carlos A. García Pérez-Teijón, presidente del mismo.

La receta electrónica favorece «un mayor control, y todo lo que sea más control es mejor para toda la red», destaca Pérez-Teijón, quien opina que «es bueno para el propio sistema, para los centros de salud, para el farmacéutico, para los médicos, para la Sanidad de Castilla y León, y para el paciente, que es el centro de la Sanidad».

La implantación total del sistema en la provincia llegó en el mes de julio, con su llegada al Centro de Salud de Garrido Sur.

La implantación de la receta electrónica se trata de un hito para Salamanca, Castilla y León y España, pues esta región fue la última en implantar la receta electrónica. Algo que puede parecer negativo, aunque en opinión de Carlos A. García, puede haber sido por estrategia, porque se han podido evitar errores que previamente fueron detectados en otras regiones, además afirma desconocer hasta que cierto punto se podría haber hecho antes, teniendo en cuenta las limitaciones de la comunidad debido a que tiene muchos municipios pequeños separados por grandes distancias kilométricas, en muchos de los cuales no había red hasta hace poco tiempo. Este inconveniente también se lo encontraron en Salamanca, donde fue necesario un esfuerzo extra por parte de la Administración, por parte del Colegio Oficial de Farmacéuticos, por parte de los propios farmacéuticos y de la compañía telefónica. En este sentido, el presidente del colegio está agradecido con Vodafone, por el esfuerzo realizado por esta compañía para que llegue correctamente la red a todas y cada una de las 257 farmacias de la provincia, en especial a esas poblaciones pequeñas y alejadas, en las que ya funciona con normalidad la receta electrónica. No obstante el verdadero esfuerzo ha sido el de cada uno de los farmacéuticos de la provincia que han tenido que asumir los gastos que ha ocasionado la adquisición de nuevos equipos aptos para poder poner en marcha esta nueva forma de hacer llegar a los pacientes los medicamentos recetados por los médicos.

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Puesta en valor

El papel del farmacéutico se ha visto beneficiado con la receta electrónica, en palabras del presidente del colegio, «nos pone en valor más aún». Esto sucede porque el paciente no tiene que acudir tantas veces al médico como antes, sin embargo, a la farmacia continua acudiendo con la frecuencia previa. Además, los farmacéuticos pueden llevar un seguimiento farmacoterapéutico más riguroso porque disponen de la información que les ofrece el sistema de receta electrónica. También pueden incidir más en que «no se minusvalore el tratamiento farmacológico y que se tome correctamente». Carlos A. García Pérez-Teijón, no se olvida de «que el sistema enlentece el proceso de dispensación», si bien, «en cuanto a la gestión, agiliza el proceso y nos favorece con otros beneficios que aporta».

Algunas de esas ventajas es que «agiliza mucho el trabajo administrativo, se reducen errores de transparencia con la Administración (que ya era brillante), y tenemos mucha más coordinación con los agentes implicados (médicos o enfermeros)». En cuanto a las ventajas para el paciente también son evidentes, una de ellas es que se reduce el número de visitas simplemente para buscar recetas al médico de cabecera.

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Siempre hay cosas que mejorar, en este caso, Pérez-Teijón, estima que sería conveniente que el farmacéutico tuviera un mayor acceso al historial, además «aún hay pequeñas prescripciones que aunque aparecen en la receta electrónica, siguen teniendo que hacerse en receta papel», un ejemplo son los pañales o la formulación magistral y fármacos que realizan en todas las farmacias. Todo ello aparece en el sistema pero aún tiene que ir por receta en papel. Por otro lado, sería positivo que los medicamentos publicitarios y de autocuidado también pudieran incluirse en el sistema, «para poder tener una visión más global» y mejorar la atención que ya da la farmacia al paciente.

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