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Luis Miguel de Pablos
Viernes, 11 de noviembre 2016, 12:35
No le gusta el término cantante, asegura -pactamos rápidamente artista y, entre bromas, le sale un sarcástico idiotas-. Dani Martín es pura naturalidad y la cara que muestra en su último disco, según grita hoy a los cuatro vientos, es la que siempre quiso dar. La verdadera, cansado como dice estar de «tener que gustarle a todo el mundo». Es como es, y lo que le sale de dentro es lo que ha decidido hacer a partir de ahora. Igual le dedica un tema a Luis Eduardo Aute en la gala de entrega de los Ondas, «sé que está mucho mejor y por eso me apetecía tocar una canción suya», que se marca un concierto íntimo y personal -apenas doscientas personas en el Museo de la Automoción, ayer- con los Sidonie, la banda revelación del momento.
Un concierto inolvidable que no dejó indiferente a nadie y sí a unos cuantos seguidores con los dientes largos por no haber podido entrar. «Es maravilloso tener a la gente tan cerca, aunque es cierto que asusta más porque no hay trampa ni cartón», apuntaba ayer Dani Martín, «cuando tienes al público mirándote todo el rato tan cerca causa respeto, aunque también es cierto que se genera una magia especial. Si existe esa comunión entre el escenario y la gente es muy bonito».
Dani Martín iniciará el próximo año nueva gira con su último trabajo La montaña rusa, pero antes ha querido sentir a flor de piel la sensación de tocar en espacios pequeños, más reducidos, donde el aliento casi calienta en la primera fila. «Es bonito compartir y tocar con gente que lleva veinte años sobre el escenario. Este tipo de situaciones enriquecen, entrar en medio de tres personas que llevan mucho tiempo tocando juntos», apunta el ex Canto del Loco, que confiesa tener aún la piel de gallina con el paseo/concierto que se dio no hace tanto por el centro de Madrid en un autobús de dos pisos para presentar su último trabajo. «Creo que es una brecha para mostrarle a la gente que se puede hacer cosas de este tipo sin que nadie se tuerza un tobillo. Cuando haces las cosas con cariño y le pones todo, el resultado suele ser positivo. Creo que es bueno para la sonrisa de la gente», sostiene, recién galardonado en los Premios Ondas. «Estoy muy contento por un premio que es para la música, para el atrevimiento, para compartir, ser capaz de tocar sin etiquetas», añade Dani, subido de lleno ya en su montaña rusa. «Estoy disfrutando mucho de este trabajo, y a la vez sorprendido de cómo estan yendo las ventas y la respuesta de la gente. Es bonito que te sorprenda algo después de tantos años», explica, sobre un trabajo que se grabó en los estudios de los mismísimos Beatles, en Abbey Road. Toda una experiencia, sin duda, que compartió con Sidonie. «Hay una anécdota de Paul McCartney, que dice que si le vendaran los ojos y le llevaran allí sin saberlo, lo reconocería por el olor», relata. «Es un olor muy característico. ¡A tabaco de los 70!», afirma.
«Es un regalo», dicen al unísono los integrantes de la banda Sidonie. «Los que hemos tenido la oportunidad de entrar y grabar somos unos afortunados. Es un regalo que nos da la música», apuntan.
Rematar su último trabajo no es lo último que ha hecho Dani Martín, ya que ha participado junto a otros artistas -Manu Carrasco, Bunbury, Iván Ferreiro e Izal- en el disco de Raphael. Un reto al alcance de muy pocos. «Ha sido muy bonito, porque llegó en un momento en el que yo ya tenía grabado mi disco y no tenía que pensar que si me salía una canción buena, la iba a querer meter en mi disco. En este caso no fue así, compuse la canción pensando en Raphael. Se la mandé, le encantó y es otra sorpresa. Me siento muy apabullado, la verdad», reconoce en el transcurso de una conversación que acaba derivando en el tema de la semana: las elecciones en Estados Unidos.
Raphael y Trump
Marc Ros, la voz de Sidonie, interrumpe la entrevista para confesar una anécdota, y de paso ponerle la guinda a una deliciosa conversación. «Más allá de hablar de política, que no toca porque estamos para hablar de música, tengo que confesar que yo fui al cine con Donald Trump -enfatiza-. Fui a ver Sexo en Nueva York a Nueva York y estaba sentado al lado mio viendo la peli», relata Marc Ros, cantante de Sidonie. «Nunca hubiera pensado que ese hombre iba a ser el presidente de Estados Unidos», sonríe. Lo que hubiera dado Trump por estar ayer al lado de Marc... y de Dani Martín.
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