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Silvia G. Rojo
Jueves, 1 de septiembre 2016, 12:03
De momento nadie se atreve con los plazos, pero no resulta exagerado afirmar que en aproximadamente un mes, si todo transcurre según lo previsto, podrían comenzar las obras para adaptar el Monasterio de la Caridad de Ciudad Rodrigo a uso hostelero.
Este proyecto pasó por la Comisión Provincial de Patrimonio celebrada ayer y según fuentes de la Junta de Castilla y León, «el proyecto ya va bien encaminado» y tan solo se ha requerido a los promotores, la empresa Hotel Abadía número 100 S.L., documentación complementaria sobre algunas partes del mismo, algo que los empresarios pretenden solventar en los próximos días y, por lo tanto, agilizar plazos.
Una vez que la empresa tenga en su poder la autorización de la citada comisión para la ejecución de obras será el Ayuntamiento de Ciudad Rodrigo el que otorgará la licencia de obra, un trámite que también debería ser rápido ya que desde el Consistorio siempre se ha manifestado la intención de dar todo tipo de facilidades al proyecto.
En cualquier caso, hay cuestiones que ya son un hecho y, tal y como confirma el arquitecto redactor del proyecto, Antonio Bolao, «será un hotel histórico con 35 habitaciones de lujo con spa, tanto para los residentes como para los que no lo sean, ya que se le ha dotado de entrada independiente a través de la puerta situada al sur del complejo para mantener la privacidad del hotel».
El arquitecto reconoce que la intervención es «muy complicada» dado que se trata de un Bien de Interés Cultural (BIC) y «se pueden modificar pocas cosas, más bien el proyecto se adapta y aprovecha las edificaciones existentes para adecuarlas al uso hostelero».
La intervención, que podría durar un año o año y medio, se desarrollará por fases y la primera consistirá en adaptar el edificio al uso hostelero con la restauración de las edificaciones que están en mejor estado.
En la segunda fase se incluiría la restauración de la iglesia y en la tercera se contempla reconstruir algunas partes del monasterio que están actualmente derruidas, dichas partes se restauran en esta primera fase con el concepto de lo que se considera como «ruina romántica» de John Ruskin.
Además de esas 35 habitaciones, se habilitarán comedores y cocinas las cuales estarán preparadas para acoger cursos de alta cocina y degustaciones privadas.
La superficie consolidada supera los 4.000 metros cuadrados divididos en tres plantas y sótano, pero a eso se deben sumar los jardines o huertas que conforman la propiedad y que alcanzan unas 150 hectáreas. Dentro del concepto de este establecimiento, la idea es aprovechar todos esos rincones, «reproducir la vida monacal», sugiere el arquitecto, y que todo aquello que se produzca en sus huertos ecológicos también se pueda utilizar en el hotel. Además, cabe destacar, la calidad del agua de su manantial.
Empresas locales
Hotel Abadía número 100 contará, en principio, con empresas de la zona para llevar a cabo las obras y, de hecho, hay trabajos muy especializados que requieren de técnicas muy concretas para los que ya se han sugerido algunos nombres.
Antonio Bolao destaca, igualmente, que «la comunicación con la Junta ha sido inestimable, y todos hemos estado de acuerdo desde el principio en que la mejor manera de mantener el edificio es que se restaure y entre en funcionamiento».
La familia Uhagón de Foxá firmó la venta de este histórico edificio el pasado mes de diciembre en una notaría de la capital salmantina y desde entonces no se ha dejado de avanzar en el proyecto.
Es evidente que además de los encantos propios de la comarca, este establecimiento será un importante valor añadido para la zona y así se entiende desde el Ayuntamiento de Ciudad Rodrigo. «Al Ayuntamiento le interesa el proyecto por muchos motivos: por un lado, porque supone un ingreso de impuestos de obra importante, pero sobre todo, porque generaría puestos de trabajo directos e indirectos», matizó Domingo Benito, concejal de Obras y Urbanismo.
Es más, la promotora ya ha abonado al Consistorio alrededor de 50.000 euros en concepto del impuesto de construcciones de la parte de la obra que está autorizada. «En el momento que Patrimonio de luz verde vamos a hacer los trámites con la mayor celeridad que permita la ley y si es inmediata, así se hará porque lo estamos facilitando todo lo posible», indica Benito. Además recuerda que «hemos mantenido conversaciones permanentes con la Junta, personal del Ayuntamiento estuvo en la ponencia de Patrimonio y vamos a estar pendientes hasta última hora».
Este monasterio premostratense fue fundado en el año 1171. De la época medieval quedan restos de una torre de ladrillo estilo mudéjar y con el paso de los siglos fueron realizándose sucesivas obras hasta que en 1590 se construye la fachada de la iglesia que aún se conserva.
En 1755 sufrió importantes destrozos como consecuencia del terremoto de Lisboa y la posterior restauración corrió a cargo del arquitecto Sagarvinaga. Durante la Guerra de la Independencia fue ocupado por Cuerpos del Ejército de Napoleón con el fin de expulsar de la Península a las tropas inglesas del duque de Wellington. Es más, este fue el cuartel general de los mariscales más laureados de Napoleón en aquella guerra.
En 1835 el monasterio pasa a manos privadas en el proceso conocido como Desamortización de Mendizábal.
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