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Personajes cervantinos animaron la Feria Castellana de Cantalapiedra por la tarde.
La III Feria Castellana de Cantalapiedra brilla por el encanto de la artesanía

La III Feria Castellana de Cantalapiedra brilla por el encanto de la artesanía

La cita se completó con degustaciones de alimentos de calidad y talleres para niños

Jorge Holguera Illera

Lunes, 29 de agosto 2016, 11:46

La III Feria Castellana de Cantalapiedra atrajo a la localidad a numerosas personas llegadas de otros municipios e incluso a los propios vecinos e hijos de la villa, que vieron en esta cita una excusa extraordinaria para pasar el domingo en la calle. Y es que la plaza de la localidad estuvo animada durante todo el día, en este escaparate que reunió a más de 40 artesanos. Una de las notas que destacó en este excepcional mercadillo de productos de calidad fue la buena organización del evento, que corrió a cargo de personas voluntarias y del propio Ayuntamiento.

La gran plaza de la villa brilló gracias al encanto de la artesanía, que en la localidad aún se mantiene viva gracias a escasos ejemplos como el de Creaciones Valery, que expuso en la feria; el de las carnicerías locales, que también elaboran sus productos de forma artesana, o las propias monjas clarisas, que hacen las famosas pastas monacales.

Otras muestras de artesanos recordaron antiguos oficios que existieron en la localidad y además gozaban de gran fama. Un ejemplo fue el telar de Rosa María Cepa, conocida profesionalmente por las mantas de El Taxista, que llevó a Cantalapiedra desde El Bodón, un pequeño telar portátil con el que obsequió a los asistentes a la feria con muestras de cómo se elaboran las alfombras, mantas y otras cosas. También dejó nostalgia entre aquellos que conocieron el telar de Juan Acosta.

Pero lo que sobre todo despertó añoranza fue ver los cacharros de barro en el suelo, una estampa que traía a la memoria de muchos aquellas calles empedradas de Cantalapiedra, repletas de loza secándose al sol. Los niños pudieron meter las manos en el barro y llevarse una de recuerdo gracias a la demostración de Alfarería Pascual. Otro de los talleres que más cautivó a los niños fue la de elaboración de chorizos artesanales a cargo de Paqui Esteban. Las degustaciones de picadillo, queso y panes especiados fue otro de los alicientes más exitosos de la feria.

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