El Consejo de Ciudad es uno de los órganos de participación más criticados por los vecinos. En la imagen, una de sus reuniones en el salón de recepciones del Ayuntamiento de Salamanca.

Las asociaciones de vecinos se rebelan y rechazan los presupuestos participativos

Barrios como Puente Ladrillo o Buenos Aires recuerdan que llevan años haciendo propuestas que no han sido escuchadas

Cecilia Hernández

Viernes, 1 de julio 2016, 12:43

El alcalde de Salamanca, Alfonso Fernández Mañueco, aseguró ayer que los presupuestos participativos han recibido «bastantes propuestas de todo tipo y condición» durante el plazo que se ha mantenido abierto desde el Consistorio para recibir las iniciativas ciudadanas. En los próximos días se presentarán cuáles han sido esas propuestas y la evaluación realizada sobre las mismas por parte del personal municipal encargado de analizarlas.

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Ideas de la ciudadanía sobre una ciudad mejor, sí, pero no ideas de las asociaciones vecinales, que, tal y como anunció Fevesa hace unas semanas, se han negado a participar, nunca mejor dicho, en esta campaña del Ayuntamiento. «Lo primero que tiene que existir es un Reglamento de Participación Ciudadana que establezca de verdad reglas del juego efectivas», señala a este respecto Agustín Sánchez, presidente de Fevesa. De «pantomima» califica a este proceso de elaboración de presupuestos el dirigente vecinal que también recuerda como las asociaciones vecinales ya cumplen con la función de «pedir diariamente» mejoras en sus barrios. De igual modo, desde Fevesa se considera que la partida económica destinada a realizar las propuestas ciudadanas aproximadamente un millón de euros- son «migajas».

En el mismo sentido, se pronunció ayer la asociación de vecinos del barrio de Puente Ladrillo. A través de un duro comunicado, la organización que preside Alberto Méndez quiso poner de manifiesto que durante años las peticiones que han inscrito en el Registro General del Ayuntamiento han tenido «poca o ninguna respuesta por parte de los responsables municipales».

Asimismo, Puente Ladrillo cargó contra el actual Reglamento de Participación Ciudadana, vigente de 2009 y por el que se crearon los Consejos Sectoriales y el Consejo de Ciudad, órganos «nada efectivos para resolver los problemas de los barrios», apuntan desde la asociación vecinal. Es esta una queja muy repetida: los supuestos órganos de participación de la ciudadanía en el Ayuntamiento de Salamanca son en realidad meros foros donde el equipo de Gobierno informa de decisiones ya tomadas y aprobadas. Así sucede con los presupuestos, de los que obligatoriamente se ha de dar cuenta en el Consejo de Ciudad, trámite que, al menos el año pasado, se cumplió fuera de plazo.

«Si el Ayuntamiento hubiera querido la colaboración vecinal no habría suprimido la comisión de Participación Ciudadana que funcionaba con el anterior reglamento», añadieron desde Puente Ladrillo, sin olvidar recordar que «hasta para intervenir en los plenos municipales, tras el turno de ruegos y preguntas, los requisitos que se exigen dificultan mucho que el ciudadano pueda implicarse de modo efectivo».

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Por todas estas razones, desde Puente Ladrillo rechazaron presentar propuestas en esta iniciativa, a la que definieron como un «intento del equipo de Gobierno de dar una falsa apariencia de participación». Y en la misma línea se manifestó otro de los barrios más reivindicativos de la ciudad, Buenos Aires. El coordinador de la asociación de desarrollo comunitario de esta zona, Emiliano Tapia, se mostró taxativo en esta cuestión. «No creemos en la organización municipal tal y como está planteada en este momento».

La situación en Buenos Aires continúa siendo difícil, cuando está cerca de cumplirse un año de la última gran manifestación vecinal en la que se pidieron soluciones, efectivas y rápidas, ante la problemática social que se vive en el barrio. De aquella protesta surgió esa comisión municipal especial sobre Buenos Aires que no se convoca desde hace meses. «¿De qué nos sirve eso que llaman participación?», se preguntó Emiliano Tapia, desesperanzado por la falta de noticias sobre su barrio por parte de aquellos que se comprometieron a buscar soluciones.

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«El problema quizá está en que el PP no se cree realmente la elaboración de los presupuestos participativos», apunta a modo de resumen José Luis Mateos, portavoz del Grupo Municipal Socialista, quien reconoce que la «finalidad es buena» pero que existen «muchas cuestiones del procedimiento que hay que someter a revisión». Más tajante se muestra Virginia Carrera, portavoz de Ganemos, que insiste en que «esto no son presupuestos participativos», ya que, añade, «el equipo de Gobierno no cree en la participación».

Zoes propone

No obstante, sí que ha habido algunas propuestas de asociaciones vecinales, como la del barrio del Oeste. La asociación vecinal Zoes obvió el acuerdo adoptado en Fevesa y decidió presentar «tres propuestas en una», como las define Inma Cid, presidenta de la asociación Zoes. La iniciativa del Oeste va encaminada a lograr un barrio más amable con los peatones, en el que los coches tengan menos importancia y se refiere a tres zonas en concreto: la plaza del Oeste, la calle Gütemberg y la calle Salvador Carmona. Asimismo, los vecinos de la calle Melchor Cano han solicitado también que se adecúe su espacio urbano, ampliando aceras, entre otras medidas.

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Ahora, una vez que el Consistorio recopile todas las propuestas recibidas, comenzará la fase de evaluación técnica, para analizar la vialidad económica y técnica de los proyecto. Las propuestas viables se presentarán con una valoración económica aproximada de su coste. A continuación, el Consejo de Ciudad establecerá el orden de prioridad, teniendo la última palabra la Comisión de Economía, Hacienda y Régimen Interior.

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