Miguel Cereceda aporta su punto de vista a la obra de Domingo Sánchez
María Jesús Gutiérrez
Domingo, 26 de junio 2016, 12:58
La obra de Domingo Sánchez -el Cementerio del Arte de Morille y su proyecto de escultura habitable de Hondura de Huebra- sigue sumando adeptos, siendo el último de ellos el profesor de Filosofía del Arte y crítico artístico Miguel Cereceda, quien ha visitado esta misma semana los trabajos de este artista de vanguardia.
Cereceda, tras su paso por Salamanca, señalaba ayer a este periódico que ha podido conocer el «proyecto de una escultura habitable que tiene que ver con la idea del desarrollo rural a través del arte Contemporáneo», una escultura que desde que se iniciara se ha ido dando a conocer a través de esta edición de El Norte de Castilla, y de la que Cereceda señala que es «un proyecto que en principio está pensado para instalar en un pueblo aislado con la idea de generar un espacio, un polo de atracción cultural».
Hay que señalar que la idea de una escultura habitable ha sido desarrollada por diversos artistas contemporáneos, pero que en el caso de Domingo Sánchez Blanco será presentada en el Musac, como el gran Museo de Arte Contemporáneo de Castilla y León, para después dejarla en permanencia y como una referencia en Hondura de Huebra. Como también ha hecho con otros de sus proyectos como, por ejemplo, el Museo Mausoleo de Morille, que también es un proyecto en el ámbito rural. Dos proyectos que, según considera Cereceda, «son parte de una misma iniciativa» y al que Domingo Sánchez Blanco sumaría uno más, el de las becas que se desarrollan en Los Jardines del Robledo, de San Miguel de Robledo, creando de esta forma una especie de «triángulo de las Bermudas» artístico en el mundo rural.
En este sentido, el crítico artístico va más allá al señalar que los centros culturales de arte «quizás están ya supersaturados, en Madrid hay tantas exposiciones de museos, galerías y centros de arte contemporáneo que realmente no da tiempo a ir a ver las cosas; y sin embargo, en el entorno rural está muy olvidado y yo creo que esto es una apuesta correcta y muy interesante».
Asimismo, Miguel Cereceda considera que en estos entornos, en los rurales, «el arte adopta esa iniciativa de retorno al campo y de buscar el reconocimiento con la tierra» y por otro lado, y hablando de la escultura habitable de Hondura, señala que es «una obra que, en un momento dado, se puede hacer una producción masiva, es una escultura, un entorno habitable que se puede hacer en serie y que es muy fácilmente transportable y convertir en vivienda». Un proyecto que Miguel Cereceda ha conocido en esta visita a Salamanca, que le ha «entusiasmado, porque me parece que es una iniciativa aparte de original, muy divertida».
Por último, sobre Domingo Sánchez Blanco, Miguel Cereceda -que conoce bien su obra- señala que «es uno de los grandes artistas españoles contemporáneos, con una interesante proyección internacional y con un sentido del arte muy radical y muy diferente de lo que es el arte comercial».
Obra coral
Por otro lado, hay que recordar que para Domingo Sánchez Blanco su escultura habitable es «una obra coral, de confrontación, investigación y experimento», que absorbe todas aquellas opiniones de quienes la conocen, como Miguel Cereceda; todos ellos contribuyen a dar «lustre y brío a la pieza», a la idea del artista, quien considera que «todos los que vienen aportan algo, bien intelectualmente o físicamente, y esto da brillantez a la obra, porque no soy de los artistas que quieren solamente abrazar la obra para el sólo sino que quiero que ese material que yo estoy pilotando o liderando entre en contacto con el resto del mundo».
Una obra que, como todas la que realiza Domingo Sánchez Blanco en este momento de su vida, se centra en lo «periférico, lo rural» y esto se debe a que -como dice el artista- «yo pertenezco a esa misma naturaleza y esa naturaleza me está dando mucho que reflexionar, que pensar y que trabajar. Hay muchos nichos abiertos de posibilidades y oportunidades para crear y trabajar en el mundo rural», y Sánchez Blanco lo demuestra con sus proyectos en tres puntos de la provincia: Hondura de Huebra, Morille y San Miguel de Robledo, así salpica territorios «en cierta forma apaches» donde genera proyectos a través de su rigor personal de artista que «entiendo que es absolutamente auténtico».
Por último, Domingo Sánchez recuerda que para él «el arte debe servir para algo, tiene que cambiar una forma de pensar; en el experimento está todo, yo vengo de ahí y en él deben aglutinarse muchas fuerzas», las que generan de forma conjuntamente el equipo que él arrastro y que, según señala el artista, «son gente que no están conmigo por ningún interés, sino posiblemente porque están más locos que yo, porque yo voy a mi fantasía y cuando lo cuento se ilusionan con ella».
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