Foto de familia de todos los asistentes al congreso, ayer poco antes de dar comienzo a las sesiones.

La empresa familiar reclama estabilidad y la prórroga de los presupuestos para 2017

El tercer congreso de esta asociación debate sobre liderazgo, armonía familiar y la sucesión

Cecilia Hernández

Viernes, 17 de junio 2016, 12:17

El presidente de Empresa Familiar Castilla y León, José Miguel Isidro, reclamó ayer «pacto de gobierno, que no sólo de investidura», que garantice la estabilidad que el tejido empresarial de la Comunidad Autónoma requiere para «seguir la senda del crecimiento». Isidro hizo estas declaraciones durante la inauguración del III Congreso Regional de Empresa Familiar, que se desarrolla estos días en el Palacio de Congresos y Exposiciones de Salamanca.

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Isidro trasladó un mensaje a la clase política española y reclamó «sentido común» para no volver a caer en el «descalabro» de la fallida décima legislatura. «Necesitamos algo que no hemos tenido hasta ahora, que los políticos dejen de pensar en llegar a la presidencia y pasen a pensar en gobernar». Esa fue la conclusión, aseguró el presidente de Empresa Familiar Castilla y León, que sacó tras el debate a cuatro del pasado lunes.

Las compañías de tradición familiar de la Comunidad no quieren que España caiga en un caso similar al portugués, añadió José Miguel Isidro. Allí, continuó, el gobierno «se dedica a sobrevivir para asegurarse su sitio, pactando con unos y con otros, pero sin gobernar». Más aún, ante el probable nuevo resultado fragmentado que ofrecerán las urnas el próximo 26 de junio, el presidente de Empresa Familiar aseguró que «más nos valdría quedarnos como estamos», por lo que planteó ya la «prórroga de los presupuestos de cara a 2017» y volvió a pedir que «los políticos piensen en la sociedad antes de en pisar moqueta».

Por su parte, la Empresa Familiar de Castilla y León renovó su compromiso de colaboración y trabajo conjunto con la Junta, para así contribuir, entre todos, a que «la región sea más próspera y haya más empleo». José Miguel Isidro aseguró que las empresas que han sobrevivido a los años de crisis económica son ahora más fuertes y tienen «cimientos para crecer», siempre que desde las instituciones «se nos deje hacer y se nos ayude».

No obstante, reiteró que la empresa familiar de la región está «creciendo de verdad», aunque haya en el conjunto del país «una deuda que pesa mucho». Ante las palabras de Álvaro Nadal, jefe de la Oficina Económica de La Moncloa, esta misma semana en Salamanca, Isidro pidió al Gobierno que «arregle este país eléctricamente para mejorar la competitividad de las empresas» puesto que, en su opinión, la reforma eléctrica del actual Ejecutivo fue «el gran destructor de las empresas medianas».

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Menos cargas sociales

También pidió una «reducción de las cargas sociales» que se le atribuyen a las empresas porque «iría en favor de la inversión y de la creación de puestos de trabajo». Recordó que «la empresa necesita dinero y si se va en cargas sociales, no va a inversión y no se crean puestos de trabajo» por lo que consideró imprescindible para bajar el paro y mejorar la competitividad esa «reducción de las cargas sociales».

Asimismo, y sobre a la internacionalización de las empresas, el presidente de Empresa Familiar Castilla y León matizó que «cuando se habla de internacionalización va ligado al crecimiento y no crece quien quiere sino quien puede». Por ello, señaló que «para internacionalizarse hay que haber hecho los deberes y tener masa crítica en tu país de origen».

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La Empresa Familiar de Castilla y León es, según Isidro, «la asociación de este tipo más grande en España en cuanto a número de socios y seguimos creciendo». De hecho, añadió, hay lista de espera para entrar a formar parte de una organización que reúne a cerca de 120 empresas, con 80.000 trabajadores y una facturación global de 8.000 millones de euros, cantidad que equivale al 15% del PIB de Castilla y León y, según datos de la asociación, emplea al 7% de la población ocupada de la región.

Los problemas de este tipo de compañías no difieren demasiado de los del resto de las empresas, aunque, por sus características propias, están ««atadas y ligadas al terreno».

«Lo que da sentido a la empresa familiar es su ánimo de trascender generaciones», manifestó el presidente de EFCL, asociación creada en 1997 en Salamanca y cuyo tercer congreso aspira a consolidarse como un cita anual de referencia para el mundo económico castellano y leonés. Un espacio de reflexión sobre lo que «falta y sobra» en las empresas familiares para ser más «sólidas y rentables» y sobre los problemas particulares que las atañen como la sucesión, -«la dulce transición», la definió José Miguel Isidro recordando las palabras de Vicente del Bosque-, o cómo llegar, consolidar y gestionar el liderazgo, sin olvidar la necesidad de «ventilar la casa y dejar que entre aire fresco». De ahí que el congreso gire en torno al liderazgo, el compromiso o el espíritu de superación.

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Y es que el peso de la familia, en este ámbito, «puede ser muy bueno o muy malo». Isidro recordó un dicho africano que dice que «cuando los elefantes se pelean, la única que sufre es la hierba» e hizo la analogía con la empresa familiar al afirmar que «la mala avenencia entre los socios produce destrucción de valor en la empresa familiar».

Patrocinado por Banco Santander y PwC, además de Movistar, HPE, Willis, Mapfre y Proconsi, el congreso cuenta con destacados ponentes del ámbito nacional e internacional, entre los que destacan la vicepresidenta de la Junta de Castilla y León, Rosa Valdeón, que hoy lo clausurará durante un acto en el paraninfo de la Universidad de Salamanca, la directora de orquesta Inma Shara, que habló ayer sobre el liderazgo que «genera armonía» o el superviviente del holocausto, Siegfrid Meir, quien hoy dará una conferencia.

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