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ELENA GÓMEZ / WORD
Lunes, 6 de junio 2016, 12:15
La localidad de Valdefuentes de Sangusín fue la encargada de acoger ayer en su iglesia parroquial de Nuestra Señora de la Asunción la VII edición del Encuentro Interprovincial de Coros de Música Tradicional, una iniciativa que gira en torno a la figura de Lourdes Sánchez, profesora de canto de todos los grupos participantes y que hace unos años promovió esta actividad que ayer reunió a cientos de personas en el municipio del valle del Sangusín, llenando por completo la iglesia y teniendo que quedarse algunos a la puerta de la misma por falta de aforo.
Un éxito del que en gran parte tienen la culpa tanto la profesora de los grupos como los integrantes de los mismos que, durante todo el año, ensayan en innumerables ocasiones para prepararse para esta cita anual, sin duda la más importante de su calendario.
Los coros participantes, además del de La Estrella de Valdefuentes de Sangusín que hizo las veces de anfitrión, llegaron desde las localidades de Fuenterroble de Salvatierra, Sanchotello, Los Santos, Cantagallo, Peromingo, Béjar, Cristóbal y Ledrada. Eso en cuanto a la provincia se refiere pues, como bien indica el nombre del evento, se trata de un encuentro interprovincial en el que también participan los coros de las localidades abulenses de Santa María del Berrocal y de Umbrías (que fue la sede del encuentro el año pasado), además del de Pinofranqueado, en la provincia de Cáceres.
Cada uno de los doce coros participantes interpretaron un par de temas en los que pusieron en valor sus dotes para la música, ya que en muchas ocasiones no solo cantaban, sino que también tocaban algún instrumento. Finalmente, como es habitual, todos los grupos actuaron de manera conjunta y anunciaron la sede del encuentro del próximo año: Ledrada.
Así se cerró un evento que no solo se limitó a la parte musical, sino que duró todo el día y que incluyó una visita guiada por el pueblo, la inauguración de una exposición y la proyección de un audiovisual, la celebración de una misa castellana y una comida de confraternidad que reunió a todos alrededor de las mesas situadas bajo la carpa instalada en la plaza del municipio.
Y es que, lo que en un principio unió la música, finalmente se ha convertido en algo más, un encuentro de pueblos, gentes y tradiciones en los que todos dan el Do de pecho.
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