![Blázquez le pide a los políticos que "hablen, se escuchen y piensen en lo que dice el otro"](https://s1.ppllstatics.com/elnortedecastilla/www/pre2017/multimedia/noticias/201606/03/media/cortadas/Imagen%20GH5A9898_xoptimizadax--575x323.jpg)
![Blázquez le pide a los políticos que "hablen, se escuchen y piensen en lo que dice el otro"](https://s1.ppllstatics.com/elnortedecastilla/www/pre2017/multimedia/noticias/201606/03/media/cortadas/Imagen%20GH5A9898_xoptimizadax--575x323.jpg)
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Cecilia Hernández
Viernes, 3 de junio 2016, 12:40
El presidente de la Conferencia Episcopal Española, Ricardo Blázquez, solicitó ayer a los políticos españoles, como un ciudadano más, que «en esta segunda oportunidad, se acerquen unos a otros, que hablen». Con humildad, «yo no soy quien para recomendar», Blázquez señaló que en esta sociedad «difícilmente podemos entendernos si no hablamos, hay que hablar siempre porque al hablar se ofrece libremente lo que uno piensa y se piensa lo que el otro está diciendo». Y es que, remarcó el cardenal, «en una sociedad plural es insustituible el diálogo».
Blázquez hizo estas declaraciones en la inauguración del congreso Conferencias episcopales: orígenes, presente y perspectivas que se celebra estos días en la Universidad Pontificia, institución de la que es gran canciller, y que se une así a la conmemoración de los 50 años de la Conferencia Episcopal Española. Un momento para «hacer memoria del camino recorrido», como apuntó el prelado cardenalicio, y también para valorar perspectivas de futuro y, sobre todo un ejercicio de «reflexión al que están invitadas todas las facultades de Teología y Derecho Canónico de las universidades de España».
Precisamente en ese ejercicio de memoria manifestó su convicción de que «la Conferencia Española, desde el principio, no solo ayudó a la recepción de las ideas del Concilio Vaticano II en las Diócesis de España, sino que también lo hizo para que las relaciones entre Iglesia y Estado se configuraran de otra forma».
Así, en un recuerdo a la figura del cardenal Tarancón durante los años de la Transición, Blázquez señaló que desde entonces la relación Iglesia-Estado en España es de «mutua independencia y sana colaboración». España se constituyó en un Estado aconfesional en el que «todos, los de una confesión u otra, se pueden sentir con el mismo derecho en la sociedad», afirmó.
No obstante, tras reconocer que «el Estado tiene la obligación de hacer que la convivencia sea correcta», expresó su deseo de que deje «que cada uno, siempre dentro del bien común, presente sus propias iniciativas, no se puede meter la tijera», afirmó un Blázquez que señaló asimismo que «los ciudadanos seremos lo que creamos oportuno ser, en público y privado, en el culto y en la enseñanza, porque si no sería cortar de una manera artificial el ser persona libremente en una sociedad».
Tras sus declaraciones, Blázquez presidió el acto de inauguración del congreso , junto a la rectora de la Universidad Pontificia, Mirian de las Mercedes Cortés, el secretario general de la CEE, José María Gil Tamayo; el vicerrector de Relaciones Institucionales y Comunidad Universitaria, Jacinto Núñez Regodón, y el cardenal y arzobispo emérito de Pamplona, Fernando Sebastián Aguilar.
Tras la interpretación del Ave María por parte de la soprano Amparo Mateos y del pianista David de Miguel, Mirian Cortés recordó que desde 1970 la Universidad Pontificia pertenece a la CEE y por ello en la institución está muy presente «no sólo la responsabilidad de sostener y fomentar el diálogo fe-cultura en general, sino que está en nuestra naturaleza el compromiso de prestar el mayor servicio a la Iglesia, obispos y sacerdotes y a las comunidades eclesiales a través de la formación académica y de otras formas de colaboración», apuntó.
La rectora se refirió, de igual modo, a la acción de la Conferencia Episcopal en la Transición, «cuando demostró, por un lado, el profundo deseo de la Iglesia de integrarse en una nueva sociedad democrática y pluralista y, por otro, aunque no le correspondía desempeñar papel político alguno, era -en palabras de Adolfo Suárez- capaz de llevar paz y serenidad a la mayoría de los ciudadanos», concluyó.
Finalmente, el arzobispo emérito de Pamplona, cardenal Fernando Sebastián Aguilar, durante su conferencia inaugural destacó las cuestiones pendientes que debe afrontar la Conferencia Episcopal Española, como la intensificación del laicismo en la sociedad, la evangelización y la renovación interior, en la línea de «crear un marco cultural reconciliado con la fe, donde la CEE debe ser un foro de reflexión a partir de la ejemplaridad que está llevando a cabo el Papa Francisco para conseguir esta movilización evangelizadora».
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