Un momento de la bendición.

Cantalapiedra recupera la típica misa de la Virgen de la Misericordia

San Isidro y la patrona compartieron la bendición de campos

Jorge Holguera Illera

Lunes, 16 de mayo 2016, 12:31

La primera jornada de las fiestas en honor a la Virgen Nuestra Señora de la Misericordia de Cantalapiedra estuvo marcada por diversos tamices destacables. Uno de ellos fue la coincidencia con el día de San Isidro, el patrón de los agricultores, por ello la eucaristía fue compartida y al finalizar se realizó la tradicional bendición de campos con la presencia de la Virgen.

Publicidad

Pero antes, como se tiene por costumbre, se esperó la llegada de los mayordomos para empezar la ceremonia religiosa. Los 11 hombres y mujeres que ayer, hoy y mañana portan las varas pertenecen a la quinta de los nacidos en 1963, peculiarmente entre ellos hay un sacerdote, José Luis Quintero, que ofició la misa y dedicó una emocionantes palabras en la misma. El resto son Juan Martín, Filadelfo Martín, Bernabé Iglesias, Mª Carmen Pérez, Justo Hernández, Mª Luisa Macías, Mª Carmen García, Isabel Martínez, José Antonio González y Luis Miguel López. Estos mayordomos ofrecieron ayer un tocado para la Virgen, que será el que lleve hoy puesto.

La ermita de la Virgen de la Misericordia volvió a ser testigo de una conjunción de emociones y sentimientos de los fieles de la localidad. Además, se volvió a cantar la misa de la Virgen en latín o misa de los amenes, exclusiva de esta villa, que es uno de los grandes valores etnográficos que atesora.

Las gentes que llenaban el templo mariano protagonizaron uno de los gestos más cargados de intensidad, el de la Salve, antes de sacar la Virgen en procesión y al concluir esta, cuatro horas largas después y que concluyeron con los tres ¡Viva la Virgen!.

Terminada la celebración, al refugio del templo, que durante todo el año guarda la imagen de la Virgen de la Misericordia, se dio paso al acto en el exterior. La talla sacada a hombros de cuatro personas, y vestida con manto rojo, tocado bordado en dorados y coronada como reina, recibió la mirada de cientos de personas que la esperaban en la puerta y la acompañaron hasta fuera del recinto ajardinado de la ermita, donde fue depositada en el suelo. En ese momento los niños fueron aupados por sus padres para besar a la Virgen. Al poco tiempo, comenzaron a sonar las dulzainas, que dieron de sí ese ritmo, denominado La Taranina, tan característico de esta fiesta. Durante horas se bailó esta peculiar, jota, tonadilla o baile exclusivo de estos días. Horas después de cientos de besos, de turnarse las gente por coger a la Virgen, y de otros símbolos más se llegó a la puerta de la ermita, donde después de despedir a la Madre de Dios con la Salve comenzó la subasta.

Publicidad

Agustín Bermejo, su esposa, su hija y nietas, se encargaron de meter la Virgen por las andas de adelante y donaron 700 euros. Las andas de atrás, ganaron el donativo de 400 euros que aportó la familia López González, quienes acompañados por abuelos, tíos y hermanos, también muy emocionados metieron a la Virgen en la ermita. Los que metieron la Virgen junto a los mayordomos fueron felicitados y recibieron las enhorabuenas en el posterior convite que se hizo en un Salón Pósito en el que no entraron todas las personas que acudieron a esta primera jornada de las fiestas en honor a la Virgen de la Misericordia.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

0,99€ primer mes

Publicidad