El asesino de Yolanda Jiménez apuñala a un funcionario en la cárcel de Dueñas

Roldán Armando Oyuela Licona (R.A.O.L.) el ciudadano hondureño de 35 años de edad encarcelado en la cárcel palentina de Dueñas como presunto autor del brutal asesinato de Yolanda Jiménez el 17 abril en un piso del número 60 del paseo de la Estación agredió con un pincho carcelario el pasado domingo, 8 de mayo, a un funcionario de este centro penitenciario.

Roldán Armando pinchó hasta en ocho ocasiones en la cabeza, el cuello y las manos a un trabajador de la prisión, utilizando para ello este pincho carcelario, fabricado con un peine de plástico afilado, según los datos facilitados por el sindicato Acaip en un comunicado. El trabajador tuvo que se atendido en la propia enfermería del centro penitenciario, siendo trasladado posteriormente al Hospital Recoletas de Palencia, donde fue objeto de un reconocimiento médico.

El altercado tuvo lugar durante la jornada matinal del domingo en el módulo de enfermería, cuando el interno acabó apuñalando al funcionario. En ese momento, el recluso se encontraba sentado en las escaleras de dicho módulo. El trabajador se acercó hasta él y le comentó que no podía permanecer sentado en dicho lugar, instándole a salir al patio del módulo o, si no, acudir a la sala de estar. Fue en este momento cuando el interno le amenazó de muerte y sacó de uno de los bolsillos de su pantalón un peine de plástico afilado por el mango. Rápidamente se abalanzó hacia el funcionario apuñalándole en la cabeza y en una mano. Tras ser reducido, el agresor fue trasladado al módulo 15, estando sometido desde entonces al régimen de aislamiento provisional.

En la enfermería

El funcionario agredido fue atendido en un primer instante en la enfermería de la prisión. Como resultado del ataque, el trabajador, que pertenece al área de vigilancia, recibió varios puntos en la cabeza y en la mano, encontrándose desde entonces de baja médica por las lesiones sufridas, que incluyeron una brecha en la cabeza y varios cortes en manos y cuello.

El grave incidente protagonizado por el presunto asesino resulta especialmente llamativo, dado que cometió esta agresión solo cinco días después de su llegada a Dueñas, a donde fue trasladado procedente de la prisión salmantina de Topas, tras su detención el pasado 18 de abril en una carretera de Terradillos, cuando apenas habían transcurrido 18 horas desde que fuera descubierto el cadáver de Yolanda Jiménez.

La agresión a este funcionario ha permitido conocer una faceta que no había trascendido hasta el momento del perfil de este súbdito hondureño, como es el hecho de que padece un trastorno psiquiátrico grave. Precisamente, durante los días que estuvo encarcelado en el centro penitenciario de Topas estuvo sometido al protocolo de prevención de suicidios, medida que se ha mantenido en la prisión de Dueñas. Debido a su patología mental, estaba ingresado en la enfermería del centro y fue ahí, cuando se encontró con el trabajador en las escaleras del módulo, donde sacó el pincho del bolsillo y comenzó a agredir al funcionario sin medir palabra.

El pasado 20 de abril, justo dos días después de su detención, la jueza ordenó el inmediato ingreso en prisión, sin fianza posible pero en régimen de comunicación, de RoldánArmando, como presunto autor de la muerte de Yolanda Jiménez. Las pesquisas policiales permitieron localizar el cuchillo con el que se cometió el crimen en un descampado contiguo al edificio. Además, se detectó ADN del único sospechoso en el piso, aunque Roldán Armando consideró lógico este hallazgo, argumentando que él estaba conviviendo con la víctima.

La principal hipótesis, tras confirmar la autopsia la hora del asesinato, se centra en que Roldán Armando O. L. mató a Yolanda Jiménez por la mañana. El presunto criminal quiso entonces borrar las huellas del crimen, lo que explica la escasa sangre de la víctima cuando fue descubierto el cadáver. Al parecer, por la tarde regresó al escenario del crimen con el fin de simular un hipotético secuestro. Además, se ensañó especialmente con la víctima, asestándole puñaladas con especial crueldad por todo el cuerpo.