Fervorosa devoción por el Cristo de los Milagros

El Cristo de los Milagros no defraudó ayer a los cientos de fieles que esperaban su salida en el entorno de la iglesia de Sancti Spiritus. Pese a que la lluvia fue una amenaza constante durante todo el día, la venerada imagen salió del templo cuando daban las seis de la tarde para completar su recorrido sin mayores incidentes que la premura por las nubes que cubrían el cielo.

Es tiempo de glorias y entre todas estas advocaciones que salen a las calles salmantinas tras la Semana Santa destaca con creces el Cristo de los Milagros, tanto por la devoción que concita a su alrededor como por los siglos que lo contemplan, ya que se trata de una imagen del siglo XIV con una gran historia tras de sí.

Algunos vecinos, no muchos, se sorprendieron ayer al escuchar el gentío y la música. Y es que este ha sido la segunda ocasión en la que la procesión ha transcurrido en horario vespertino. Hasta el año pasado, la salida del Cristo tenía lugar a las siete de la mañana, toda una heroicidad sobre todo para las personas más mayores que, en gran medida, no podían asistir. De ahí que la cofradía tomara la decisión de variar el horario para pasar a la tarde, decisión celebrada por los devotos, como ayer se pudo comprobar en las cercanías de la iglesia de Sancti Spiritus.

Más de 40 cofrades vestidos de riguroso negro cargaron a hombros el paso con la imagen. Al traspasar el dintel de la puerta comenzaron a caer algunas gotas de agua, que se intensificaron al transcurrir los minutos. Tras algunos momentos de duda, los responsables de la cofradía decidieron continuar con la procesión, quizás con algo más de brío y rapidez que en una tarde de bonanza meteorológica para evitar los daños que pudiera provocar la lluvia. Así, en algo menos de una hora el Cristo de los Milagros completó un trayecto que pasó por la Gran Vía, la calle Rosario y el paseo de Canalejas hasta regresar a la iglesia de Sancti Spiritus.

Sin perder el sitio

Mientras tanto, en el interior de este templo, se congregaban ya los fieles, guardando el sitio para la eucaristía que tuvo lugar al finalizar la procesión. Ofició el vicario general de la Diócesis, Florentino Gutiérrez, que participó también en la procesión junto al párroco de Sancti Spiritus. Como representante del Ayuntamiento de Salamanca acudió Carlos García Carbayo, primer teniente de alcalde y concejal de Fomento y Patrimonio.

También se pudo ver a representantes de otras hermandades de la ciudad, tanto penitenciales como de gloria, y de otros lugares de la provincia, como Peñaranda de Bracamonte. De los pueblos también llegaron numerosos fieles, gracias al cambio de hora al que nos referíamos antes.

La agrupación musical del Cristo Yacente de la Misericordia y Agonía Redentora formó parte del cortejo procesional, que comenzó con una invocación al Cristo, protector de esta zona céntrica de Salamanca.