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E. G. / C.H.
Domingo, 6 de marzo 2016, 13:07
Las fiestas alrededor de la matanza del cerdo se siguen sucediendo a lo largo y ancho de la provincia y ayer fue el turno de las localidades de Los Santos y Aldeaseca de la Frontera.
En la primera, muy cercana a Guijuelo, tomaron el relevo de la villa chacinera que acabó el fin de semana pasado con su ciclo de matanzas y organizó una gran fiesta que empezó a media mañana con la puja por el peso del cerdo. Así pues, todo aquel que quería participar daba un euro y una cifra y finalmente se llevaba la mitad de todo lo recaudado. El acertante de este año fue Antonio Sánchez Remigio, quien apostó por 153 kilos, decidiendo donar lo ganado a la asociación Corral Concejo, encargados de organizar esta fiesta, para que puedan seguir con su actividad.
Después se procedió al sacrificio del cerdo, que no se resignaba a morir, mientras las mujeres, ataviadas con el típico traje de las matanzas, preparaban los chorizos, representando incluso las riñas que solían sucederse en estas fiestas y acabando con la cara llena de la sangre del marrano a través de las marcas de los dedos de las otras mujeres.
La música también estuvo presente en la fiesta, primero con el tamboril que animó a bailar a un grupo de mujeres mientras el resto de los presentes degustaban los dulces, el aguardiente y el vino dulce y después con el dúo de tambor y saxofón formado por Cartucho y Regino, todo un clásico en esta matanza.
Tras el chamuscado del cerdo y su despiece explicando qué era cada una de las piezas que se extraían se procedió a la comida popular, mientras que por la tarde hubo demostraciones de los procesos de picado y adobado de la carne del cerdo y juegos populares para los más pequeños.
Una merienda cena y la música y los bailes alrededor de la lumbre pusieron el punto y final a la fiesta.
Aldeaseca de la Frontera
En el caso de Aldeaseca de la Frontera, la fiesta de la matanza se va a prolongar durante todo el fin de semana. Y es que, desde ayer por la mañana se han sucedido los actos en la pequeña localidad cercana a Peñaranda de Bracamonte. La jornada comenzó con el reparto de aguardiente y pastas, seguido de la matanza propiamente dicha de dos cerdos cedidos por Ibéricos Araúzo. Después tuvo lugar el almuerzo típico matancero, a base de hígado encebollado y la explicación de las diferentes partes del cerdo. La comida se basó en un suculento cocido y ya, por la tarde, tras la preparación de las carnes se dio paso a la merienda con sopas de ajo y costilla a la brasa. La fiesta llegó con la música de DJ Briyi.
Hoy la matanza continuará con la degustación de torreznillos y chicharrones y un rico almuerzo con chichas y huevos fritos como protagonistas.
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