La planta de bioetanol, al 100% pese a la incertidumbre reinante
Se mantienen los 77 trabajadores de BCyL que no han dejado de cobrar su nómina y el maíz es totalmente originario de la región
Jorge Holguera Illera
Viernes, 26 de febrero 2016, 12:17
La incertidumbre y la falta de información son dos adjetivos muy apropiados para calificar la actual situación de la planta de bioetanol de Babilafuente, que atiende a la denominación de Biocarburantes de Castilla y León (BCyL).
Como ya es sabido, dicha empresa se encuentra en un preconcurso de acreedores que vence el 28 de marzo. Mientras tanto el tiempo pasa y ninguna información llega a la villa de la buena agua. Allí nadie se atreve a dar noticia ni negativa ni positiva de la situación de una de las empresas más importantes de toda la región, trascendental en la provincia de Salamanca y fundamental en Babilafuente.
El funcionamiento de la misma tampoco delata alteraciones aparentes ya que sus grandes chimeneas continúan echando humo y entran y salen camiones. Los camioneros si desvelan «incertidumbre y temor» porque «hay poco volumen de trabajo». No obstante, según fuentes que han querido mantenerse en el anonimato, en la actualidad la fábrica de bioetanol se está autofinanciando y está funcionando al 100%.
Por otro lado hay gran incertidumbre tanto por parte de empleados como por parte de almacenistas y otras empresas y personas que de un modo u otro viven de esta empresa.
La fábrica está en funcionamiento y los 77 empleados de Biocarburantes de Castilla y León cobran su salario. Además, la materia prima se compra y paga. El maíz que entra en esta fábrica es pagado previamente porque los almacenistas hasta que no tienen el dinero en el banco, «ingresado y confirmado», no realizan la entrega del cereal. No se fían de una empresa que está en una situación incierta. Algo lógico debido a la publicidad que se está trasmitiendo a través de los medios de comunicación. Que por otra parte es la única fuente de información conocedora y transmisora de las últimas, incluso dentro de esta empresa donde al parecer ni la propia dirección «sabe nada» o no lo dice.
Lo que si es cierto es que la fábrica de bioetanol, que este año cumple una década en funcionamiento, es un recurso que había devuelto la vida y esperanza a esta zona. Grandes son las dosis de vida que esta gran empresa proporciona a los pueblos y negocios, principalmente al municipio de Babilafuente, que se ve beneficiado por importantes fondos económicos. En cuanto a las empresas se refiere, personas conocedoras de esta zona han informado a este diario que en Babilafuente se ha cerrado el restaurante Factory, que ofrecía comidas, cenas y cama para diez personas. No obstante, el alcalde de esta localidad aclara que «este cierre se debe a otras causas» y que aún no se ha notado nada en la zona. Otra empresa que ha cerrado ha sido la Casa Rural de Huerta, que también ofrecía camas para una decena de personas. Estas dos clausuras no tienen por qué ser causa de la actual debilidad de Abengoa. Digamos Abengoa, pues es la matriz de un grupo de empresas entre las que se encuentra Abengoa Bioenergía, propietaria, a su vez, del 100% de Biocarburantes de Castilla y León, que es la planta de bioetanol de Babilafuente.
Pues según fuentes que han informado a este diario, Biocarburantes de Castilla y León, es decir la planta de bioetanol de Babilafuente, es una fábrica autosuficiente, con un funcionamiento ejemplar y avanzado. «La planta de bioetanol es rentable, vende y saca dinero, porque sino no estaría en marcha», destacan para estas líneas.
Algo que hizo mucho daño a esta planta de bioetanol fue el Real Decreto 1085/2015 de 4 de diciembre del pasado año, de fomento de los biocombustibles. Debido a este Real Decreto las ventas de biocarburantes E-85 (15% de gasolina y 85% etanol), que es el producto que se comercializa en España disminuyó el 40%. Cuando se dio a conocer este Real Decreto hubo rumores de que éste iba a ser el estoque final de la fábrica de bioetanol.
Con la caída de Abengoa, el 12 de febrero de 2016, el Grupo parlamentario Socialista presentó una proposición no de ley en las Cortes de Castilla y León ante la Comisión de Economía y Hacienda. Mediante la misma instaban «a la Junta de Castilla y León a realizar, junto con el resto de las administraciones públicas de la Comunidad Autónoma, todas las gestiones que sean necesarias para garantizar el mantenimiento de la actividad y el empleo en la planta de bioetanol actualmente existente en Babilafuente». Se aprobó por unanimidad.
En la actualidad, la empresa Biocarburantes de Castilla y León mantiene los 77 contratos que tiene, de los cuales 67 pertenecen a la planta transformadora de cereal y diez pertenecían a la de biomasa. Ésta última al tratarse de un proyecto piloto, que tenía por misión avanzar en la investigación y la puesta en marcha de nuevos proyectos tras su comprobación en dichas instalaciones de Babilafuente, no produce dinero y se ha dejado aparcada, por ello de momento en ella mantienen tres empleados y los otros siete se suman a los 67 de la planta de cereal.
Biocombustibles
La planta de bioetanol de Babilafuente, entre otros productos secundarios, produce bioetanol. En esta fábrica entra cereal, en estos momentos maíz, en otros trigo e incluso cebada, y sale un ingrediente que se mezcla con la gasolina.
Aquí entran en juego (entre otras) tres grandes claves, una de ellas es la agricultura, otra el petróleo y otra es el medio ambiente. El sector de la agricultura se está viendo beneficiado, principalmente la zona donde se asienta la planta de bioetanol, que gracias al canal produce toneladas de maíz, mucho del cual se consume en esta gran fábrica. También a la planta llega mucho maíz de León y de otras partes de la región y España. Según se ha informado este diario, en estos momentos el maíz que abastece a la planta de bioetanol es totalmente originario de esta región. Algo que hace que, aparte de la gran cantidad de ventajas que de por sí tiene esta fábrica en este ámbito, también se evite la huella de carbono originada por los transportes que se hacen cuando se importa de otros países lejanos.
El medio ambiente también se beneficia de esta industria, porque el bioetanol evita el uso de combustibles fósiles, más agresivos con el medio ambiente, como son los derivados del petróleo. Pero todo cuanto alude al petróleo son palabras mayores, ya que se trata de una sustancia tras de la cual hay un trasfondo que se escapa de las líneas de este pequeño esbozo extraído y dirigido; de y para las gentes que desean que se reanude la normalidad de una fábrica que dicen «es rentable».
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