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Manuel Ángel Martínez observa una obra de Arintero, bajo la mirada de un busto del mismo.
«Arintero es una figura clave en la renovación de los estudios místicos»

«Arintero es una figura clave en la renovación de los estudios místicos»

Jorge Holguera Illera

Sábado, 20 de febrero 2016, 12:49

Hoy se cumplen 88 años del fallecimiento del religioso dominico Juan González Arintero, destacado por ser «una figura clave en la renovación de la mística de las primera décadas del siglo XX» y porque «murió en fama de santidad», entre otras numerosas cuestiones que bien conoce el dominico Manuel Ángel Martínez y de las que extrae estas dos a modo de resumen.

Al hilo de este aniversario, la Facultad de Teología de San Esteban llevó a cabo ayer un acto académico conmemorativo en el que el padre Rafael González Blanco impartió una conferencia titulada: El amor misericordioso y una mística olvidada Marie-Thérèse Desandais en el Aula Magna de San Esteban.

Arintero estudió en la Universidad de Salamanca la licenciatura en ciencias físico químicas, razón que le obligó a interrumpir sus estudios de teología en el segundo año (más tarde se formaría de forma autodidacta). Una contrariedad de la que Manuel Ángel Martínez extrae el lado positivo, ya que «le abrió nuevos horizontes y le dio la oportunidad de entregarse más de lleno al estudio y a la experiencia mística». En esta etapa en Salamanca «experimentó el enfrentamiento que existía entre el mundo de la ciencia y el mundo de la fe» y «desde entonces estuvo preocupado por armonizar la ciencia y la fe», relata Manuel Ángel Martínez.

Terminó sus estudios y marchó a otros destinos, para volver a Salamanca a sus 38 años a enseñar Teología a los estudiantes dominicos. De ahí pasó a Valladolid, donde fundó el Centro de Estudios Superiores Exegéticos-Apologéticos y la Academia de Santo Tomás.

En 1903 vuelve a Salamanca por tercera vez, y tras pasar un año en Roma, regresa para siempre.

Cabe destacar que Arintero se ganó el calificativo de Apóstol por excelencia del Amor Misericordioso, pues dedicó sus últimos años a la difusión de la devoción al mismo. Cuestión que entra de lleno en el Año Santo extraordinario de la Misericordia, que en estos momentos vive la Iglesia Católica y que coincide con el Jubileo de la Orden de los dominicos.

Para entender la devoción el Amor Misericordioso Manuel Ángel Martínez, explica que «en el fondo es una derivación de la devoción al Sagrado Corazón de Jesús».

La mística a la que se aludió en la conferencia de ayer fue vital para que Arintero consagrara sus seis últimos años a la difusión de la Obra del Amor Misericordioso principalmente a través de la revista La Vida Sobrenatural, que él mismo fundó en enero de 1921 y que aún se publica ahora como Vida Sobrenatural, con periodicidad bimensual. De ella, Manuel Ángel Martínez es vocal. En esta revista Arintero iba publicando los escritos de la Madre Teresa Desandais, monja salesa que en principio no reveló su identidad, ya que tanto los escritos como la imagen del Cristo crucificado, pintado por ella, eran enviados a Arintero por mediación de la señorita Ortúzar, que trabajaba en un centro de propaganda a la devoción al Sagrado Corazón en Lyon (Francia).

«La revista La Vida Sobrenatural junto con la fundación del monasterio de clarisas de Cantalapiedra y posteriormente la dedicación a la obra del Amor Misericordioso fue uno de los tres amores del padre Arintero en los últimos años de su vida» según el padre Martínez.

Los santos restos del dominico Arintero descansan en el presbiterio de la iglesia del convento de Cantalapiedra, donde fueron trasladados años después de fallecer. En dicho templo el obispo ha abierto una de las Puertas Santas de la Misericordia.

Actualmente, los frailes dominicos conservan la habitación en la que falleció Arintero a modo de museo en el que se exhiben algunos de sus objetos personales y sobre todo sus obras. Su primer libro publicado es El diluvio universal de la Biblia y la tradición. Demostrado por la geología y la prehistoria. Pero escribió muchas obras más, entre las cuales destaca Desenvolvimiento y vitalidad e la Iglesia: III Evolución Mística por su difusión pues se han hecho nueve ediciones en español, una en italiano y dos en inglés.

En su camino hubo piedras, como la enfermedad de la sordera que Arintero comenzó a padecer desde joven, «agudizándose con el paso del tiempo, lo que le limitó para ciertas tareas, aunque le abrió otros horizontes», destaca el padre Manuel Ángel Martínez. Este fraile que se ha interesado por estudiar la vida del Apóstol del Amor Misericordioso usa palabras de Inocencio Fernández, compañero de Arintero que le define así: «era de carácter dulce, afable, pacífico, condescendiente, aunque algo reconcentrado y taciturno, o poco expansivo».

Virtudes

Muchas son las virtudes que el padre Martínez alaba de Arintero, al que también «llaman Predicador de la Gracia», recuerda en alusión a su «predicación positiva», pues «no es que no hablara del pecado sino que insistía más en el Amor Misericordioso», razona.

El padre Martínez traza la semblanza espiritual de Arintero centrando su atención en ocho actitudes:conversión, caridad, confianza en Dios , humildad, oración, laboriosidad, espíritu de renovación y universalismo.

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