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Las Águedas se reúnen el día 5 de febrero para celebrar a la santa, aunque en Cantalapiedra la fiesta empieza el día antes.
Las mujeres de Cantalapiedra piden a Santa Águeda su protección

Las mujeres de Cantalapiedra piden a Santa Águeda su protección

María Ángeles Celador Esteban y Mari Cruz Esteban González llevarán las varas de mayordomas de esta cofradía que tiene 36 años de vida

JORGE HOLGUERA / WORD

Lunes, 25 de enero 2016, 12:32

«En Cantalapiedra llevamos haciendo la fiesta de Santa Águeda como 36 años», asegura la actual presidenta de la cofradía, María Luisa Esteban González. Lleva cerca de un lustro presidiendo esta agrupación de 54 mujeres, aunque considera que su responsabilidad es igual a la del resto de las socias, ya que, «lo llevamos entre todas, todas opinamos, todas decimos y decidimos», manifiesta. Esta vecina de Cantalapiedra asegura, para la curiosidad del lector que desconozca la tan salmantina fiesta de Santa Águeda, que ser Águeda «es pasárselo bien dos días y punto». Eso en el caso de Cantalapiedra, pues hay en localidades como la cercana Tarazona de Guareña donde tan sólo lo celebran un día, y otras como Villoria donde han alargado la fiesta hasta tres jornadas. Así se hacía antes en Cantalapiedra, pero con la crisis la tuvieron que reducir a dos días, explica Luisa Esteban. En su caso, se hizo Águeda en el año 1986, «porque estaba aburrida, dije me voy a meter a las Águedas», anota. Y acertó, pues esta fiesta tiene como principal fundamento la diversión, eso sí, entre mujeres. Ellas son de todas las edades, desde jovencitas hasta ancianas. Cada cual la vive a su manera y en el caso de Luisa Esteban recuerda con principal atención «los primeros años, que era cuando más bailaba», manifiesta.

Esta fiesta tiene un claro componente religioso, pero también un marcado carácter extra eclesiástico, pues una vez concluida la misa y la procesión, los demás componentes de la celebración son fundamentalmente bailes y banquetes compartidos. Todo ello está bien programado y un año se enlaza con el otro con diversos símbolos que se conservan año a año. Por ejemplo, desde el año pasado, guardan en sus hogares las varas de la cofradía las dos mayordomas de este año, ya que las recibieron el último día de Santa Águeda de las mayordomas salientes. Este año las mayordomas son Mari Cruz Esteban González y María Ángeles Celador Esteban.

Fundamental en esta fiesta es Santa Águeda, la mujer a la que se debe esta celebración tan especial, por eso a ella, que tanto quieren las féminas que participan de esta fiesta, le piden que les «proteja los pechos», anota Luisa Esteban. Pues a esta Santa la cortaron los senos en vida, por eso se la representa con una bandeja con sus pechos sobre ella.

Las Águedas de Cantalapiedra tienen varias reuniones al año, una de ellas un mes antes de la fiesta, la decisiva para marcar el calendario a seguir en esos dos días. En Cantalapiedra han mantenido la fecha del 5 de febrero, caiga el día de la semana que caiga, no como en otras localidades en las que buscan el final de semana para que puedan estar presentes todas las mujeres. «Hacemos la víspera», relata Luisa Esteban. Esa jornada es la previa al día de Santa Águeda en la que hacen el refresco de las mayordomas, hacen un recorrido por todas las calles acompañadas de música y después cenan. El día de la fiesta, que es el 5 de febrero, tiene un programa muy intenso, ya que lo primero que hacen es acudir a la casa de las mayordomas a buscarlas, después acuden al Ayuntamiento, donde la alcaldesa, que también es Águeda, hace entrega del bastón de mando a una de las Águedas mayores de la cofradía. Posteriormente acuden a misa y hacen una procesión alrededor de la iglesia con la imagen de la santa. Es esta la escena más destacable de toda la fiesta, ya que aparte de que las asistentes lucen sus mejores galas, siempre hay varias que van vestidas de traje charro. Además tanto en la procesión como en cada desfile por el pueblo acompaña la agrupación de dulzainas. Al concluir la procesión acuden a la comida y por la noche al baile en el Salón Pósito.

Una nota característica que comparten las Águedas «a la hora del baile y el café» es «el mantón y una flor en el pelo», describe Luisa Esteban.

En cuanto a la evolución de la fiesta, en opinión de Luisa Esteban, «cada vez va a menos, porque antes teníamos dos días de baile y ahora solo tenemos uno». Pero por otro lado se mantiene el espíritu de unión, ya que «otros días del año estamos adiós, adiós y esos días estamos más unidas todas».

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