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M.J. GUTIÉRREZ / WORD
Lunes, 18 de enero 2016, 12:55
Hace siete años que el Ayuntamiento de Mogarraz, presidido por Concha Hernández, recuperó la tradición del marrano de San Antón, de ahí que el cerdo que en los últimos meses ha deambulado por las calles de este pueblo llevara por nombre Antón VII.
Ayer llegó su hora, el momento en el que es sorteado, ya que se celebraba la festividad de San Antonio Abad, y tras la eucaristía se llevó a cabo en el salón de plenos el sorteo para saber qué persona se llevaría este cerdo.
En dicho acto, la alcaldesa se dirigió a todos los presentes -vecinos y turistas- y puso de manifiesto un hecho que muchos no conocían y es que esta tradición parece no gustarle a todo el mundo y aunque los turistas se muestran encantados cuando se encuentran al cerdo por la calle y no dudan en fotografiarse con él y hasta darle comida, hay quien ha mostrado su disconformidad por mantenerse una tradición de la Edad Media en pleno siglo XXI.
Por ello, la primera edil pidió disculpas en el acto por si alguien puede sentirse ofendido por mantener esta costumbre. «Estamos orgullosos de nuestras tradiciones, aunque somos conscientes de que ciertas tradiciones chocan con los vertiginosos avances sociales », dijo, a la vez que añadía que «se ama, se siente, se vive y se piensa de distinta manera y no en todas partes los antones son aceptados, por lo que pedimos disculpas a quienes su presencia haya podido turbar».
También tuvo la primer edil palabras para el protagonista de la jornada, Antón VII, al que describió como «un vecino ejemplar, silencioso, bonachón y pulcro. A veces un poco periférico queriendo buscar mundo, pero siempre ha tornado a su hogar, como buen mogarreño».
Un cerdo que, como recordaba Concha Hernández después a este periódico, se encuentra protegido por las ordenanzas municipales; además de disponer de todos los cuidados, ya que cuenta con veterinario y también un lugar donde vivir, así como todos los cuidados necesarios. Pero, «sabemos que no a todos les gusta que deambule por nuestras calles», algo que podría llevar a que el Ayuntamiento se plantee si continuar o no con esta tradición.
Por otro lado, y respecto al acto de ayer, el número premiado fue el 636 que, según se supo, pertenecía a uno de los talonarios vendidos por la asociación de cazadores, por lo que probablemente el ganador sea algún amante de la caza, aunque al cierre de esta edición aún no se había presentado el premiado. Todos los asistentes al acto degustaron rosquillas de San Antón y aguardiente.
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