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Los establecimientos comerciales se llevan la peor parte.
La mejora de suministro eléctrico vuelve a paralizar la actividad en Cantalapiedra

La mejora de suministro eléctrico vuelve a paralizar la actividad en Cantalapiedra

Iberdrola avisó el viernes del corte argumentando una mayor calidad para el servicio

Jorge Holguera Illera

Jueves, 3 de diciembre 2015, 11:28

La mejora de la red de distribución eléctrica volvió a paralizar la vida de Cantalapiedra durante la mañana de ayer. Las gentes están acostumbradas a los cortes de suministro eléctrico pues se producen de forma periódica. No es la primera, ni la segunda vez que este año se realiza un corte de larga duración. El de ayer duró de 10 a 12:45 horas (dos horas y 45 minutos). Iberdrola avisó el viernes con mensajes colocados en distintos lugares visibles y establecimiento públicos. En el comunicado, la compañía informaba de trabajos para mejorar la calidad de su servicio, motivo por el cual iban a interrumpir temporalmente el suministro eléctrico. El horario estaba estimado entre 10 y 13:30 horas, aunque si finalizaran el trabajo antes, se restablecería de forma inmediata y sin previo aviso, como así fue. Por esta parte los vecinos, hosteleros y profesionales de distintos sectores no se quejan, porque estando avisados el problema es menor. Lo que si tiene a los vecinos preocupados es que ya son varios los cortes de luz realizados, el anterior el 29 de octubre.

Una vecina que estaba comprando en una tienda de alimentación se quejaba ayer de que «desde que han puesto los nuevos contadores no hacen más que hacer reparaciones». Otro señor que se encontraba en una cafetería en penumbras explicaba que un electricista le había dicho que la línea eléctrica es muy vieja y necesita muchas actualizaciones. Por un lado, los especialistas necesitan interrumpir el suministro para trabajar con seguridad y para que el servicio prestado sea cada vez de mejor calidad. No obstante, en Cantalapiedra no se entiende que tenga que ser en el momento del día que más actividad hay, pues se paraliza el funcionamiento de negocios en un espacio temporal en que deberían estar a pleno rendimiento; servicios como los bancarios, los sanitarios, el comercio y otra serie de actividades que funcionan impulsadas por la energía.

Cantalapiedra es una localidad utilizada por vecinos de otras poblaciones cercanas para realizar sus compras o trámites administrativos o bancarios. En este caso, muchas de esas gentes que ayer se acercaron a la villa tuvieron que volverse a su casa sin hacer lo previsto. Por ejemplo, los tres cajeros que hay no funcionaban y las oficinas bancarias cerraron. En Cantalapiedra tienen sucursales Caja Duero, Caja Rural de Salamanca, Banco Popular y Banco Santander. «¿Y sí tengo que hacer un ingreso de dinero urgente y no puedo realizarlo?, declaraba ayer un vecino. El cabreo también se notaba en aquellas personas que aprovechan los primeros días del mes para cobrar sus salarios. En los bancos ya estaban preparados y sabían que tenían que cerrar a esas horas y reanudar su actividad a la vuelta de la corriente eléctrica pues no cuentan con iluminación, ni con ordenadores ni tan siquiera con línea de teléfono para poder trabajar.

Por otro lado, Pedro Pérez, un vecino que fue electricista defendía la necesidad de estas tareas para la mejora del servicio del suministro, «no es porque yo fuera electricista, pero es necesario para que puedan mejorar la línea, antiguamente sí que había cortes cada poco tiempo y sin avisar, justificó.

Ángel Flores, el farmacéutico de Cantalapiedra también entiende que estas tareas son necesarias y explica que en la farmacia pueden ofrecer los medicamentos igualmente porque aunque no hay luz «si es necesario se puede usar una linterna», argumentó. En el caso de la farmacia la gente sabe que hasta que no vuelve la luz no puede acudir a por recetas. De la misma manera sucede con el Centro de Salud, al que los vecinos ayer no acudieron a pedir recetas, eso sí, las pocas consultas que se realizaron «transcurrieron con normalidad», en palabras del médico Ildefonso Esteban. Ello es posible gracias a la buena iluminación natural de los despachos de los facultativos, pues mientras no hubo luz no funcionaron ni las luces, ni la calefacción ni los teléfonos. «No tenemos teléfono fijo pero para urgencias, eso sí, funciona el electrocardiograma porque va con pilas», explicó la enfermera Inés Pérez.

Los establecimientos comerciales se llevan la peor parte, pues los alimentos sufren y los costosos equipos que poseen también. Todas las tiendas, carnicerías y bares estaban ayer en penumbras. Los establecimientos hosteleros permanecieron vacíos, ya que «no habiendo luz no hay cafetera», se quejaba Jesús Pérez, quien también recordó que cuando vuelve la corriente, «el consumo de luz es excesivo y los electrodomésticos se ven forzados».

Los cortes eléctricos, anteriormente de forma menos prevista han ocasionado en Cantalapiedra bastantes averías, razones por las cuales en bares y tiendas que las han sufrido y justificado acumulan bastante cabreo pues, después de realizar las reclamaciones oportunas, la compañía no les ha realizado las indemnizaciones que debería.

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