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ELENA GÓMEZ / WORD
Lunes, 9 de noviembre 2015, 12:51
La localidad de Cristóbal cerró ayer sus fiestas patronales en honor a San Martín de Tours y lo hizo, como es tradición en los últimos años, hermanándose con uno de los municipios que le rodean.
En esta ocasión fue el alcalde de Colmenar de Montemayor, Jaume Macià, quien recibió la tradicional capa del municipio símbolo de San Martín de Tours de las manos de Domingo Sánchez, alcalde de Horcajo de Montemayor, que fue el pueblo con el que se hermanó Cristóbal el año pasado.
Macià, quien acudió al acto acompañado de un buen número de vecinos, así como también de concejales de su pueblo, recibió además una insignia de la localidad anfitriona y una placa de manos del alcalde de la misma, Antonio Luengo, quien anunció que el próximo año se hará el hermanamiento con Pinedas, acabándose así con los limítrofes, aunque está previsto que también se extienda a otros municipios con los que existe una estrecha relación, como Valdelacasa o Peromingo.
Todo este acto tuvo lugar al finalizar la misa en honor al patrón, al cuál se sacó en procesión por las calles del pueblo y, al finalizar la misma, tal y como manda la tradición, un edil del pueblo hermanado en esta ocasión, y por petición propia y personal, el socialista JuanManuel López se subió a lo alto de una escalera para colocar, tras la recientemente restaurada talla de SanMartín de Tours que hay sobre la puerta de la iglesia, un ramo de flores.
Quienes también recibieron la bendición del patrón, al imponérseles una pequeña capa, fueron dos niños ligados con el pueblo que han nacido en el último año. Se trata de Mario Alonso Alonso, de siete meses, y Aira Mendialdua Cubino, de tan solo tres meses.
Comida de hermandad
Tras la celebración de los actos religiosos y del hermanamiento, los vecinos de Cristóbal así como también los llegados en comitiva desde Colmenar de Montemayor disfrutaron de unos vinos en los bares de la localidad, a los que siguió la tradicional comida de hermandad a base de patatas meneadas, chichas y calbotes de postre, además del café y los tradicionales orujos.
Este año, dicha comida tenía un coste de tres euros pues, aunque el Ayuntamiento se ha hecho cargo de la restauración de la imagen en piedra de SanMartín que corona la entrada a la iglesia, el dinero recaudado se destinará a sufragar otros gastos relacionados con el templo ya que también se han hecho algunas mejoras en el tejado de este, así como en el de la ermita.
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