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Fernando Rodríguez, en la entrada de la Abadía.

La excelencia turística hecha realidad en la Sierra de Francia

MAría Jesús GUtiérrez

Lunes, 12 de octubre 2015, 13:24

Hablar de Hermanos Rodríguez Puerto es hablar de La Alberca, de restauración y hostelería y también de su buque insignia, la Abadía de los Templarios, aunque éste no es el único hotel de una familia que se inició en este sector hace ya medio siglo.

Fernando Rodríguez Puerto es la cabeza visible o patriarca de esta empresa, en la que trabajan todos los hermanos y quien cuenta los inicios de la misma. «Empezaron mis padres hace 50 años con el bar-fonda La Columna, en la Plaza Mayor, que ya no existe. Cuando se jubiló mi madre lo dejamos».

Tras este negocio se abriría en el año 1985 el hostal-restaurante El Castillo, en la carretera de Mogarraz; y posteriormente llegaría el restaurante La Catedral, en la Plaza Mayor, hace 22 años, es decir, en 1993. Y dos años más tarde, en 1995, abriría sus puertas el hotel Doña Teresa. Fue en el año 2000 cuando se empezó a construir la Abadía de los Templarios, de la que se inauguraron las primeras villas en el año 2005 y en 2008 el hotel, y desde ese año hasta 2012 se siguieron haciendo más villas y un edificio para bodas, quedando completamente finalizado este complejo hotelero en 2012.

Al frente de todos estas instalaciones turísticas están los cinco hermanos Rodríguez Puerto, siendo Fernando el patriarca y el que lleva el día a día de la Abadía de los Templarios. El resto de hermanos -María del Carmen, Marisol, Fran y Jesús María (Chusma)- se encarga cada uno de un negocio diferente.

Con todos estos establecimientos en La Alberca, Hermanos Rodríguez Puerto dan cobertura a todo tipo de público llegado de toda España -con gran predominio de madrileños durante los meses de invierno- y también del extranjero. Y es que han realizado una apuesta de futuro por atraer tanto al público familiar como al individual o de congresos. Cualquier sector tiene cabida en sus instalaciones, y en ellas destaca el buen trato que recibe el cliente.

Pero si hay que reseñar un establecimiento por encima de otro, aunque Fernando Rodríguez habla de todos por igual, ya que «el trato que damos es el mismo en todos», no cabe duda que éste es la Abadía de los Templarios, que podría ser considerado el buque insignia o la joya de la corona de esta empresa, donde tienen cabida todo tipo de eventos, desde familiares -bautizos, comuniones, bodas- hasta vacaciones para la tercera edad o congresos del más alto nivel, recepciones de empresa o cualquier otro evento. Y es que además de dar un buen servicio, en la Abadía de los Templarios ofrecen la posibilidad de contar con un paquete integral en el caso de las bodas, es decir, se encargan de toda la organización, desde el autobús, la animación y la decoración hasta las actuaciones que se requieran, «o cualquier cosa que se necesite, nosotros se la facilitamos, como puede ser el fotógrafo o el audiovisual».

Además, en la Abadía de los Templarios, los clientes encontrarán -junto a las habitaciones y el restaurante-, spa, auditorio para 300 personas, guardería y sala de juegos infantiles, instalaciones deportivas de tenis y padel, piscina-lago exterior y todo acompañado por una serie de actividades: catamaran, vuelo en globo, caballos, tiro con arco... cualquier cosa que se pida. «Creo que somos la única empresa en la Sierra que ofrecemos todo esto», apostilla Fernando Rodríguez.

Por otro lado, hay que señalar que la Abadía de los Templarios cuenta con 47 villas, siendo utilizadas las 25 primeras que se crearon por el Pueblo Inglés, un lugar donde está prohibido hablar en español y cuya empresa las tiene ocupadas 35 semanas al año, es decir, durante todos los meses excepto diciembre, siendo el primer lugar donde la empresa que lleva esta iniciativa se implantó.

Todos estos servicios e instalaciones están abiertas los 365 días del año, incluso en Nochebuena.

El día a día de Fernando Rodríguez y de sus hermanos está completo con la atención directa que realizan en estos negocios, aunque «un empresario siempre tiene algún proyecto en la cabeza» y el de este serrano está en Salamanca, puesto que tiene interés en comprar un hotel.

Pero hasta que llegue ese día, la apuesta de Hermanos Rodríguez Puerto está en La Alberca y la Sierra de Francia, porque como recuerda Fernando, «si tenemos una Sierra que es preciosa y una naturaleza impresionante, con unos pueblos donde se ha conservado la arquitectura, si eso lo acompañas de unas buenas instalaciones y de un buen trato, pues el éxito está asegurado».

En esta apuesta, no hay que olvidar la gastronomía, con una cocina tradicional aunque «cada restaurante lo tenemos enfocado de diferente forma. Si uno tiene una cocina más casera, otro la tiene más elaborada, y otro cuenta con una mezcla de ambas», utilizándose siempre productos autóctonos y de calidad.

Mucho y bueno es lo que ofrecen los establecimientos de los Hermanos Rodríguez Puerto pero si algo hay que destacar, y sobre todo en tiempos tan difíciles como los actuales, es el empleo que generan, ya que dan trabajo de forma fija y directa a un centenar de personas, a los que habría que añadir otros 50 ó 60 empleos con la utilización de extras. Empleos que, en la mayor parte de los casos, son cubiertos con personas de la propia Sierra de Francia, con lo que favorecen el asentamiento de población. «Tenemos también personas de fuera de la Sierra de Francia, porque hay puestos que no los hay aquí y tenemos que buscarlos fuera». Y son los empleados los que motivan e incitan a luchar a Hermanos Rodríguez Puerto. «Hay que pensar en la gente que te ha ayudado. Nosotros tenemos un deber, de las cien personas que tenemos de forma fija muchas han entregado su vida a esta empresa, a esta casa y nuestro deber no es mirar el futuro para nuestros hijos o sobrinos, sino al futuro de toda esa gente que te ha ayudado a tirar para arriba, porque sin ellos esto hubiera sido imposible».

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