«Nos está costando mucho trabajar en el Ayuntamiento por la falta de transparencia»

Fuertes convicciones contemplan a Pilar Moreno, médica de familia del centro de salud de La Alamedilla y ahora concejala por Ganemos en el Ayuntamiento de Salamanca. Un compromiso firme que la llevó a involucrarse en los movimientos sociales y a terminar en esta casi inesperada posición, que mira desde la perspectiva de un «nuevo modo de hacer política» en el que no se plantean cargos vitalicios y duraderos, sino estancias breves, de apenas una legislatura, con el apoyo del resto de compañeros y de las bases, esos grupos de trabajo en los que los ediles de Ganemos van a basar y apoyar su acción política en los próximos meses.

¿Por qué ser concejala de Ganemos?

Yo llevo viviendo en Salamanca 25 años y desde siempre he participado en movimientos sociales y vecinales, y también estuve un par de años en Izquierda Unida. Después llegó la desmovilización que nos afectó a todos y no me volví a plantear entrar en política, aunque sí que es cierto que estábamos esperando que hubiera algo que nos motivara de nuevo. Y para mí ese algo ha sido Podemos, que fue un revulsivo, quizás heredero del 15M y que se atreve por fin a recuperar temas que ya estaban perdidos. Entre ahí y empecé a colaborar en la comisión de Sanidad. Más tarde surgió la agrupación de electores de Ganemos, que se ha constituido de un modo ejemplar y se me planteó la posibilidad de participar para intentar llegar a las instituciones y empezar a cambiar las cosas. Me presenté a las primarias, y aquí estoy. Y además, en definitiva, esto me ha llegado en un momento en el que mi vida personal y profesional me permitía dedicar más tiempo a estas tareas.

¿Para una médica de familia como es usted, cómo ha sido el aterrizaje en el Ayuntamiento?

Desde fuera todo parece más sencillo, la política municipal se ve más cercana a la gente, pero este Ayuntamiento es muy grande, tiene muchas competencias y además ha estado dominado en los últimos 20 años por un solo partido, así que, cuando llegas desde fuera, la sensación que tienes es que hay un rodillo, que ya está todo hecho. Por eso tenemos que estar pendientes constantemente de lo que está ocurriendo. Nos está costando mucho, esa es la verdad. Todo es muy poco transparente y nos toca pelear para conseguir cualquier tipo de información y para que se nos tenga en cuenta más allá de la simple opinión del sí o del no. Pero creo que las circunstancias han cambiado y que se notará, pero llevamos poco tiempo, 100 días con un verano por medio no son nada.

¿Cómo se puede manejar Ganemos frente a esa situación de «todo hecho» que menciona?

Nuestro objetivo es hacer propuestas, y para ello nos vamos a servir de los grupos de trabajo de apoyo a los concejales. Ya hemos tenido dos reuniones y también tendremos asambleas ciudadanas para todo el que quiera acudir. Estamos abiertos a todo el mundo, para que quien quiera pueda ir y proponer medidas. Ahora mismo es verdad que estamos al final de un ejercicio y da la sensación de que todo está ya comprometido. Mucho de lo que nos llega es así, ya hecho, ya firmado y nos deja poco margen de maniobra.

Da la sensación de un David contra Goliat

Sí, porque además tenemos otro problema: que se nos informa, en general, con muy poco tiempo. En este grupo todos los concejales trabajamos y con los plazos tan cortos con los que nos llegan los documentos, no tenemos tiempo para estudiar y plantear propuestas. También, repito, acabamos de empezar, en agosto estuvo todo parado, y se nos tiene que dar más margen.

Ustedes son los únicos que no cuentan con dedicaciones exclusivas o parciales, pese a tener derecho a ello, ¿se han replanteado esa decisión?

Ganemos no somos sólo los cuatro concejales, hay mucha gente detrás, que nos apoyará y colaborará con nosotros. Somos un movimiento, no tan solo cuatro personas que vienen aquí y entre ellas deciden qué hacer. No es una cuestión de dedicar el tiempo completo, es cuestión de dedicar el tiempo necesario. Lo que necesitemos saldrá de nuestro esfuerzo y de nuestro tiempo libre. En nuestro compromiso está que, pasados estos cuatro años, sigamos con nuestro trabajo y tomen el relevo otras personas. No queremos ni necesitamos estar más tiempo.

¿Cuáles son sus objetivos en política?

Cambiar el sistema. No se puede seguir poniendo como excusa la crisis para mantener y consolidar la pérdida de derechos que hemos sufrido en estos años. Hay que apoyar esa lucha y a largo plazo, una vez termine esta legislatura, pasar al activismo.

¿Tienen la sensación de que son el enemigo a batir por parte del equipo de Gobierno?

Nosotros somos independientes del todo, no nos debemos a un partido nacional que marca la tendencia de qué cosas se pueden hacer o no en función de sus intereses. No nos presentamos en las elecciones generales, nuestro compromiso es con el Ayuntamiento. E intentamos no tener miedo, ser atrevidos, y eso a veces molesta mucho, porque hacemos preguntas incómodas. Es lo que ha sucedido con el grupo SIETE, que era un tema del que se hablaba en Salamanca desde hace años pero que nadie se había atrevido a preguntar. Ganemos quiere que se despejen las dudas que existen sobre la actividad policial, sólo eso.

¿Sus próximas actividades?

Vamos a establecer un horario de atención al público, para que todos los ciudadanos que quieran se acerquen a hablar con nosotros, igual que las asociaciones. También vamos a empezar una ronda por las dependencias municipales. Todos los miércoles vamos a pasarnos por esos lugares para que los trabajadores del Ayuntamiento de Salamanca nos conozcan y sepan que estamos aquí para trabajar y apoyarlos. En cuanto a proyectos, está claramente la modificación del Reglamento Orgánico de Funcionamiento del Ayuntamiento, sobre todo en la parte de participación ciudadana y transparencia. Porque, por ejemplo, queremos que las comisiones sean públicas o se graben, y aún no lo hemos conseguido. De igual modo, queremos acercarnos a los barrios, tenerlos en cuenta, y remunicipalizar el Ayuntamiento, volver a que sea esta casa la que gestione y maneje determinados aspectos, por ejemplo, la fundación Salamanca Ciudad de Cultura, que, aunque el alcalde sea el presidente, es externa y gestiona un dinero sin dar cuentas, planteado ya todo hecho y decidido a los propios concejales.