Tamames se despide de su párroco con un homenaje en la fiesta del Cristo del Amparo
El pueblo le regala una placa, a la vez que se descubre una lápida en los muros de la iglesia recordando su paso por el municipio
M. JESÚS GUTIÉRREZ / WORD
Lunes, 28 de septiembre 2015, 12:10
Día grande ayer en Tamames pues los vecinos celebraban la festividad de su patrón, el Cristo del Amparo, una jornada que en esta edición fue especialmente emotiva, ya que fue aprovechada por el párroco, Ernesto Ramos Fuentes, para despedirse de sus feligreses y del pueblo entero en el transcurso de una eucaristía concelebrada por cinco sacerdotes y en la que Anselmo Matilla Santos, natural de Tamames y quien se ordenara hace unos meses, fue el encargado del sermón.
Tras la misa ante un templo abarrotado de gente y en el que un grupo de charras dedicaron sus bailes durante el ofertorio al Cristo, el alcalde, Carlos Navarro, subió al altar para hacer entrega de una placa al párroco en agradecimiento a su labor pastoral y al que se dirigió para decirle que el acto de ayer no era una despedida sino un «gran abrazo del pueblo de Tamames» a la vez que resaltaba que «aquí tienes tu pueblo y tendrás siempre las puertas de sus casas abiertas».
Unas palabras, a las que don Ernesto, como lo llaman en Tamames, respondió señalando: «vine sin hacer ruido un 18 de octubre de 2000 y así me quería ir», recordando que cuando llegó a la localidad pucherera procedente de Aldea del Obispo, un «pueblo pequeño» donde estuvo 33 años, lo hacía con «una entrega generosa a la nueva tarea y no sé si lo he conseguido, pero sí lo he intentado con ayuda de Dios. Vine para ser vuestro párroco y quiero marcharme siendo vuestro amigo».
El párroco recordó los momentos vividos en Tamames y destacó como uno de los mejores el hecho de haber podido «acompañar a Anselmo desde el principio y hasta su ordenación», por lo que dio gracias al Cristo del Amparo.
Concluyó sus palabras pidiendo al Cristo del Amparo, «santo y seña de Tamames, que os siga protegiendo» y agradeció al Ayuntamiento «la ayuda prestada siempre que se lo he pedido», a las cofradías del Cristo del Amparo y del Santísimo Sacramento y a todos los que le han ayudado en la liturgia, por su labor. Y se despidió diciéndoles que desde octubre estará en Boada, donde «estará vuestra casa», para desear unas felices fiestas tanto en su nombre como en el de su hermana Maxi.
Este reconocimiento y homenaje dio paso a la procesión con la imagen del Cristo, en la que participó la corte de honor, la Corporación municipal, los cofrades y cientos de fieles y en la que se contó con los bailes del grupo de charras y de la Agrupación Belenista La Morana de Zamora; que dio paso al descubrimiento de una lápida colocada en uno de los muros de la iglesia en honor del párroco.
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