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El Barrio, durante un momento de la actuación en Peñaranda, que tuvo que ser suspendida por la lluvia media hora después de empezar.
La lluvia complica el viernes de ferias en Peñaranda de Bracamonte

La lluvia complica el viernes de ferias en Peñaranda de Bracamonte

Cecilia Hernández

Sábado, 22 de agosto 2015, 12:58

Las tormentas fueron el invitado no deseado del viernes de ferias de Peñaranda de Bracamonte. El fuerte sol de la mañana dejó paso a una tarde lluviosa que complicó el normal desarrollo del programa de festejos previsto. Un gran vendaval levantó las sillas situadas en la plaza de la Constitución, donde por la noche tuvo lugar la actuación del grupo de mariachis Los Charros. Pero lo peor fue la suspensión del concierto de El Barrio, que había congregado a 3.000 personas, poco después de empezarla actuación.

Tampoco les fue mucho mejor a los mayores invitados a la tradicional fiesta que ofrece el Ayuntamiento. El lugar previsto, el patio del colegio Miguel de Unamuno no ofrecía garantías en caso de desatarse la tormenta, por lo que el equipo de Gobierno decidió trasladar la merienda al interior del centro educativo. Trabajadores municipales y los propios concejales colaboraron para rápidamente situar las mesas y sillas en los pasillos y aulas donde, no sin algunas quejas por parte de los mayores, se dispusieron los platos con empanadas y demás viandas. Finalmente, la ausencia de lluvia permitió que el baile posterior se celebrara sin problemas en el patio del colegio, así como la entrega de los galardones y trofeos de los campeonatos de juegos de mesa y tradicionales. Aunque finalmente no llovió con fuerza, y las inclemencias quedaron en tan sólo unas gotas, la filosofía de mejor prevenirse que curar, llevó a tomar esta decisión, como explicaron los ediles y la misma alcaldesa, Carmen Ávila. Previamente, el equipo de Gobierno, acompañados de Carmen Familiar, portavoz del Grupo Popular en el Ayuntamiento, habían visitado las dos residencias de ancianos de la localidad. En primer lugar, la del Sagrado Corazón de Jesús, el popular asilo, y después la San Pedro Advíncula. En ambas, las reinas y damas de las fiestas repartieron pasteles y bailaron con algunos de los internos a los sones de las canciones interpretadas por la dulzaina Alborada. Se trata de un acto muy arraigado en Peñaranda, que se repetirá parcialmente el domingo, último día de las ferias, cuando los que visiten a los ancianos en las residencias sean los cabezudos, también acompañados por la dulzaina.

Si la tarde estuvo dedicada, como decíamos, a los ciudadanos más veteranos, la mañana fue territorio infantil gracias al taller de dibujo y pintura con cucañas que tuvo lugar en el parque de La Huerta. Mientras el escenario donde por la noche debía reinar El Barrio iba adquiriendo forma, los más pequeños de Peñaranda disfrutaron de un rato enfrascándose en el mundo de la pintura, sin temor a mancharse las manos en el desarrollo del proceso creativo.

Y por la noche, aunque con media hora de retraso, llegó el momento más esperado por miles de personas, no sólo de Peñaranda sino llegadas de numerosos lugares de la provincia y la Comunidad. Los barrieros, que así se denominan los fans de José Luis Figuereo Franco, llenaron las calles peñarandinas y el parque de La Huerta, en el que se celebraba el concierto más esperado de las fiestas, que a la postre, también fue la mayor decepción. Según los primeros cálculos de la organización más de 3.000 personas se habían congregado en este recital. El artista, que llegó a Peñaranda en torno a la hora de comer, en todo momento se mostró muy accesible con los fans que se le acercaron. La primera de las tormentas sorprendió a su equipo durante el montaje pero con rapidez se cubrieron los equipos. La segunda, obligó a suspender el acto.

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