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Ricardo Rábade
Jueves, 20 de agosto 2015, 12:15
Cuéntame el interminable serial televisivo encarnado por la tribu de los Alcántara retrata a la perfección en varios de sus episodios el periplo estival de la incombustible y omnipresente familia en su pueblo originario de Albacete, estancia germinada por los recuerdos infantiles y las fiestas patronales. Los Alcántara no tienen sus ancestros en Salamanca, pero lo cierto es que otra riada de familias, con millares de abuelos, padres y nietos, retornan a la provincia charra cada verano, tanto en julio y agosto, para disfrutar del periodo vacacional y reencontrarse con sus orígenes.
El arraigo del terruño y el encanto vacacional que desprende el apacible sosiego del pueblo cuajan en Salamanca un verano más. Para dar fidedigno testimonio de todo ello irrumpe la Encuesta de Infraestructuras y Equipamientos Locales, auspiciada por el Ministerio de Hacienda y Administraciones Públicas, que arroja un dato absolutamente revelador, como es que nada más y nada menos que unos 302.548 veraneantes eligen los diferentes parajes salmantinos para exprimir los encantos estivales. El informe sus últimos datos actualizados datan de 2013 compara las cifras oficiales del padrón con las estimaciones que los municipios esgrimen sobre las personas que acuden a sus pueblos durante el verano, un concepto bautizado terminológicamente como incremento estacional. El resultado de la encuesta resulta realmente brutal y desprende datos que no dejan indiferente a nadie.
Casos sorprendentes
El pormenorizado desglose de esta marabunta de dígitos arroja realidades absolutamente sorprendentes. En el fronterizo municipio de Fuentes de Oñoro, donde el censo oficial está formado por apenas 252 personas, la población aumenta de manera absolutamente deslumbrante, concretamente en 2.102 personas en los meses de julio y agosto, mientras enLaFuente de San Esteban se aprecia una subida de 2.137. En Boada sucede otro tanto con 1.697 visitantes más y en La Vellés se encauzan por la misma senda durante la presente canícula, con un incremento estacional de 1.538, que se agregan a un censo oficial de solo 462 habitantes.
Si la lupa estadística vislumbra la fisonomía estival de Armenteros, por ejemplo, se confirma la misma tendencia. El padrón oficial de la encuesta cuantifica 342 habitantes, pero entre julio y se contabiliza el desembarco de 444 veraneantes.
En los municipios con mayor población acontecen realidades demográficas similares. En Béjar a los 14.056 habitantes oficiales del padrón de 2013 deben añadirse 9.024 más en concepto de incremento estacional. Y en Ciudad Rodrigo también son dignos de una especial mención las 7.902 personas que conforman el incremento estacional.
La operación flotante está relacionada directamente con esta peculiar operación retorno durante los meses de julio y agosto.Otro estudio estadístico la Encuesta de Turismo de Residentes del INE certifica que, durante el primer trimestre de este año (últimas cifras disponibles), siete de cada diez viajeros de Castilla y León se alojaron en casas de familiares durante sus traslados lo que representa un 71,4%, mientras que el resto utilizó establecimientos reglados, como hoteles y casas rurales. Y, evidentemente, este porcentaje de techo amigo o cama en casa familiar se acentúa con una especial intensidad a largo del verano.
Al final y como reza el dicho popular, resulta que muchísima gente tiene pueblo y que el verano es el mejor momento para visitarlo. Evidentemente, el fenómeno está unido indiscutiblemente a la multiplicación de las fiestas patronales por los diferentes confines de la orografía provincial. Eso sí, los municipios del alfoz, aunque también incrementan su población, no irradian con tanta nitidez este espectacular incremento estacional.
Para entender esta singladura poblacional tan específica de una provincia repleta de municipios, como es Salamanca, debe valorarse especialmente el éxodo migratorio de salamantinos hacia otras provincias, iniciado hace décadas y que ha supuesto el crecimiento y la articulación de diversas generaciones, que aprovechan los meses de verano para tomar contacto y disfrutar de la tierra originaria de sus padres, tíos y abuelos.
Los datos recabados ponen de manifiesto procedencias geográficas que se repiten de forma constante en buena parte de los municipios que se desbordan poblacionamente en julio y en agosto. El País Vasco y Extremadura conforman lugares habituales de procedencia, pero también sobresalen Galicia, Asturias y Madrid.
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