Jorge Holguera Illera
Jueves, 13 de agosto 2015, 13:31
La tranquilidad que normalmente reina en la apacible comunidad de hermanas clarisas de Cantalapiedra fue rota ayer por un posible «brote de intoxicación», que según informó la Junta de Castilla y León afecta a 19 religiosas del mismo. Algo que hizo que Sanidad activara el protocolo establecido. De manera que la Junta inició lo que denominan la encuesta epidemiológica y han puesto en marcha los mecanismos establecidos en el protocolo de control de las intoxicaciones por agua o alimentos. El objetivo del mismo es averiguar la causa que ha provocado la «intoxicación» en estas 19 personas. Según ha informado la delegación de la Junta en Salamanca «las religiosas afectadas presentaban cuadros de fiebre alta, vómitos y diarreas».
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El caso es que el disgusto era grande ayer en el convento de Cantalapiedra tanto por este problema, como por la alarma creada, pues según se ha informado este diario, las hermanas son las primeras asombradas de lo rápido que se había dado a conocer, porque según manifestó la madre abadesa, sor María Aleluya, «en principio no se había diagnosticado todavía la posible patología, si es intoxicación o si es simplemente una gastroenteritis vírica o si es otra cosa», por ello se ha sentido sorprendida y disgustada al darse a conocer esta información antes de verificarse con «las analíticas y cultivos que van a efectuar los técnicos» competentes.
Las hermanas les han enseñado las instalaciones, facturas de todos los alimentos que compran, les han mostrado la despensa, cámaras, refrigeradores, congeladores, producto por producto. Además se han encargado de comprobar que ninguna de las personas que han comido estos días en el monasterio tenga síntomas.
La alarma saltó en la mañana de ayer, cuando el médico de Cantalapiedra llamado por la madre fue a visitar a las únicas tres hermanas «que han estado en la cama porque han tenido temperatura y diarrea», pues el resto de hasta 19 hermanas afectadas de las 47 que viven en el monasterio tan sólo experimentaron síntomas leves que tal y como relató ayer la madre abadesa ya están «bastante bien». El profesional sanitario se encargó de verificar la salud de cada una de las otras religiosas. Al parecer los síntomas comenzaron hace dos días y en opinión de la madre «puede que sea una gastroenteritis vírica propia del verano», aunque están a la espera de las pruebas para ver si se trata o no de una «intoxicación alimentaria». En el monasterio lamentan que se haya hablado de «intoxicación alimentaria» antes incluso de que aparecieran los técnicos de Sanidad, pues la noticia provocó preocupación en sus familiares que ayer no cesaron de llamar.
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